viernes, 9 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Laguna Totora

Hola amigos.
El chamamé "Laguna Totora" fue la primera pieza musical compuesta por Mario del Tránsito Cocomarola (1918-1974) cuando contaba con 17 años de edad (año 1935). Por otra parte, fue grabado por primera vez por su agrupación denominada "Trío Cocomarola", el 19 de mayo de 1942.
Este tema lleva el nombre de un espejo de agua dulce que se encuentra en la localidad correntina de San Cosme, cuna de "El Taita del Chamamé", y que él abandonara tempranamente a los 11 años para radicarse en la capital correntina en compañía de su familia. Las horas vividas a orillas de la "Laguna Totora" en sus andanzas de niño, fueron la fuente de inspiración para componer este clásico tema.
En el "Historiando cantares" del día de la fecha recordamos entonces a Mario del Tránsito Cocomarola y a esta famosa pieza musical de su autoría que ha sido interpretada por muchísimos conjuntos chamameceros en sus más variadas versiones.
Será hasta la próxima.
Pablo


SAN COSME

La localidad de San Cosme, cabecera del departamento homónimo, queda ubicada sobre la Ruta Nacional Nº 12, a 35 km de la ciudad de Corrientes y a 5 km de Paso de la Patria.

A fines del siglo XVIII en el paraje llamado "De las Ensenadas", por ser zona de lagunas, entre el caserío indígena de los indios guacaras y la Reducción de Itatí, se encontraba disperso un grupo de pobladores dedicados a la agricultura. En el año 1805, debido al crecimiento de la población, el obispo Benito Lue y Riega expresa la necesidad de crear una parroquia y recién el 31 de mayo de 1806 se hace la creación del "Curato de San Cosme de las Ensenadas" bajo la advocación del patrono San Cosme. Queda a cargo como primer cura párroco el Dr. Juan Manuel Neponuseno de Goytia y Casafuz. Y el 12 de febrero de 1825 se materializa la fundación del pueblo que continúa hasta nuestros días.

En sus inicios, San Cosme fue un conjunto de casas acomodadas entre lagunas, sin calles ni manzanas. Estas casas eran de paredes de barro adobado, techos de tejas y de palma o de paja. Muchas veces un cuero haciendo de puerta. 

Este pueblo fue escenario de las acciones bélicas de la "Guerra de la Triple Alianza" (1864-1870) librada por Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay en 1865. San Cosme sirvió como campamento a los ejércitos de vanguardia de las fuerzas aliadas que procedentes de Mercedes se reorganizó en dicho pueblo. En San Cosme vivió el general Bartolomé Mitre durante esta guerra. Allí, en el centro, aún se encuentra la casa que fue habitada por Mitre.

En un principio, las poblaciones de San Cosme e Itatí se confundían suscitando conflictos entre militares y curas. Por eso en 1828 se realizó la división de los curatos, estableciéndose la división de los límites entre San Cosme e Itatí.

San Cosme es un típico pueblo correntino organizado al estilo español, con una plaza central en cuyo entorno se concentran las instituciones públicas y el vecindario más antiguo, destacándose el estilo colonial de las viviendas y construcciones, como así la tranquilidad y seguridad de sus vecindarios más alejados.


Calle y casas antiguas de San Cosme 
(Fotografía del usuario Fernando Mantese)



Entrada a San Cosme sobre la Ruta Nacional Nº 12
(Fotografía del usuario yerbaaprecio2009)

TRÁNSITO COCOMAROLA (sus comienzos)

Mario del Tránsito Cocomarola nació el 15 de agosto de 1918 en un paraje de San Cosme llamado "El Albardón", en un establecimiento de campo dedicado a las tareas rurales de 1400 hectáreas, propiedad de su padre, don Felipe Cocomarola, inmigrante italiano oriundo de la isla de Capri. Su madre fue doña María Vicenta Aquino, nacida en San Luis del Palmar, provincia de Corrientes. De este matrimonio nacieron cinco hijos: María Marcelina, Marcos Augusto, Dionisia del Carmen, Mario del Tránsito y Ceferino Adrián.

Con sólo seis años de edad, Tránsito Cocomarola comenzó a ejecutar el acordeón de dos hileras enseñado por su padre que ejecutaba dicho instrumento y que fue quien le despertó el interés por el mismo. Al fallecer su padre y quedar la familia desamparada con pocos recursos económicos, se traslada a la ciudad de Corrientes, donde Tránsito con sólo once años de edad debió afrontar la responsabilidad de mantener a una madre viuda, a una hermana soltera y a su hermano menor con un pequeño acordeón, único legado material. De esta forma, comenzaba su carrera profesional por una necesidad económica.

La infancia cortada bruscamente y el desarraigo de su paraje natal lo lleva poco más tarde a recrear en dulces melodías la geografía montaraz de su tierra sancosmeña interrumpida solamente por espejos de aguas mansas en los compases inmortales de "Laguna Totora", "El sancosmeño", "San Cosme poty" y "El Albardón".

La predilección por el bandoneón, y su ejecución en forma intuitiva, se le despertó contando tan sólo con doce años de edad (hacia 1930) escuchando a los distintos bandoneonistas de la época. Entre los años 1935 y 1940 cambia el bandoneón por el acordeón. Esta sustitución obedeció a las mayores posibilidades melódicas que ofrecía el bandoneón, y a las limitaciones de escalas y tonos que el pequeño acordeón no permitía. Estas limitaciones no permitían el desarrollo creativo que hacía eclosión en Cocomarola. El bandoneón le aseguraba una mayor riqueza y despliegue melódico y el apoyo de acordes armónicos en la mano izquierda. Además, el sonido del bandoneón estaba firmemente arraigado en Buenos Aires con el auge del tango y esto conduce a una inmediata aceptación en los ámbitos de los sellos discográficos. A los 13 años ya era músico profesional. Hacia 1935 (cuando contaba con 16 o 17 años) forma un trío con Daniel Cantero y Leónidas López, estudiando luego música y bandoneón con Antonio Giannantonio (el autor del chamamé "El pitogüé" ["El benteveo"]), ya por los años '40.

Los primeros temas grabados por Cocomarola con "Trío" en el Sello Odeón, emplea el acordeón y el bandoneón indistintamente y observamos muchos temas de su autoría y de simples melodías. Las versiones grabadas por Tránsito en esta etapa inicial ejecutando su pequeño acordeón de dos hileras -y que posteriormente obsequiara a don Alejandro Barrios en febrero de 1951- fueron los siguientes. Grabados el 17/05/42: "El cangui", "El tuca", "Ipú porá" y "Tory paumé". Grabados el 15/01/45: "Mburucuyana", "La colonia", "Mogote mondá" y "Domingo Vidal". Grabado el 12/12/47: "Orillerita". Grabados el 17/03/48: "El sancosmeño" y "El gualeyo". Los primeros guitarristas del "Trío Cocomarola" fueron alternativamente Colón Cabas, Pedro Pascasio Enríquez y Luis Ferreyra.


LAGUNA TOTORA

En San Cosme se encuentra uno de los espejos de agua de mayor atracción de la región, que comprende más de 10 hectáreas, que es la Laguna Totora, con hermosas playas que se extienden a la vera de la laguna a través de más de 300 metros. Actualmente la Laguna Totora cuenta con servicios de camping con cantina, parrillas y vestuarios, y en la misma se practican diferentes deportes náuticos como canotaje, buceo y surf.



Laguna Totora
(Fotografía extraída del sitio "Lugares de mi país")


Playa de la Laguna Totora 
(Fotografía del usuario Fernando Mantese)

Tránsito Cocomarola, como hijo de San Cosme, no quiso dejar de testimoniar su admiración por la Laguna Totora de sus incursiones juveniles, y le dedicó su tema denominado justamente "Laguna Totora", que fue la primera pieza que compuso cuando contaba con tan sólo 17 años.

"Laguna Totora" integró la serie de los primeros diez temas (todos de su autoría) que grabó el "Trío Cocomarola" el 19 de mayo de 1942: los chamamés "Laguna Totora", "Isla Antequera", "Y suena lindo" ("Ipú porá"), "Mi negrito" y "El tuca"; los valseados "Alegrémonos" y "Entre alegrías" ("Tory paumé"); el schottis "Para los viejos" y las polcas "El triste" ("El canguy") y "Lindo paraje". A continución se presenta el audio de "Laguna Totora" interpretado por el "Trío Cocomarola" (año 1942):


 

Esta pieza musical ha sido grabada por muchísimos conjuntos en sus más variadas versiones. Pero la que quizás más ha trascendido por su estilo "bien maceta" ha sido la de "Los Reyes del Chamamé, inclusive también por las glosas creadas por el gran poeta curuzucuateño Edgar Emilio Estigarribia y que son empleadas en casi todas las grabaciones de los conjuntos chamameceros en la actualidad. Don Edgar Estigarribia escribió las glosas para el chamamé "Laguna Totora" en la versión que grabaron "Los Reyes del Chamamé" en el año 1984 y que salió editado en el álbum "De los reyes a los amigos". Integraban esta agrupación Andrés Cañete y Pedro Cáceres en acordeones, Julio Gutiérrez y Oscar Ríos en voces y guitarras, Miguel Fernández en contrabajo y las glosas de Edgar Estigarribia.

"Columpia la paja brava,
amarillo el chororó (1),
si hasta el pecho colorado (2),
parece haber madrugado
despertando al albardón (3).
Y al mojarse el ko'êmba (4)
con el rocío de la aurora,
llora su luto el karãu (5),
en la Laguna Totora".


(1) Pájaro de color pardo oscuro casi negro y con el pecho amarillo (conocido también como "Pecho amarillo").
(2) Pájaro de plumaje negro con garganta, pecho y parte superior de las alas de color rojizo.
(3) Loma o elevación situada en un terreno bajo o anegadizo, que se convierte en islote con la subida de las aguas.
(4) Amanecer.
(5) Ave acuática zancuda, de plumaje oscuro.

 
Fuentes consultadas:

-Gutiérrez Miglio, R. 2009. Tránsito Cocomarola "El taita del chamamé" y sus cantores. Ed. El Reino Guaraní, Buenos Aires. p. 253
-Krivoshein de Canese, N. y F. Acosta Alcaraz, 2011. Diccionario Guaraní-Español, Español-Guaraní. Colección Ñemetŷ. Ediciones y Arte, Asunción, Paraguay. 294 p.
-Lugares de mi País.
-Municipalidad de San Cosme.
-Piñeyro, E.A. 1996. Tránsito Cocomarola, vida y obra musical. Sembrando Producciones y Compañía Impresora Sudamericana, Corrientes. 169 p.

2 comentarios:

  1. QUE HERMOSO HISTORIANDO LAGUNA TOTORA, LA VERDAD QUE TAN BELLO LUGAR SE MERECIA UN CHAMAME, Y A VOS PABLITO GRACIAS POR EL HERMOSO TRABAJO QUE HICISTE COMO SIEMPRE TAN COMPLETO Y TAN AMENO- UN ABRAZO CHAMAMECERO - DELIA

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  2. Como siempre Pablo muy didáctica y llena de sentimiento tu explicación. No conocía la historia y, bueno es decir, que siempre se aprende algo nuevo.
    Felicitaciones.

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