sábado, 10 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Tapera de mis recuerdos

Hola a todos.
En este espacio que se ha dado en llamar "Historiando cantares", traemos aquí la historia del chamamé "Tapera de mis recuerdos", con letra de Julián Zini y música compuesta por el siempre recordado Joaquín "Gringo" Sheridan (el pasado 8 de septiembre se cumplió un año más de su desaparición física).
"Tapera de mis recuerdos" fue grabado por el conjunto "Los de Imaguaré", integrado en su momento por Joaquín Sheridan (bandoneón), Julio Cáceres (recitados y 1ra. voz), Ricardo "Tito" Gómez (2da. voz y guitarra) y Rudi Flores (guitarra).
También está una versión más reciente que incluye los versos recitados por el propio Julián Zini con su conjunto "Neike chamigo", en el álbum "Soy región" (año 2001), cantando Rosita Leiva y acompañada por "Vaquero" Alvarez (bandoneón), "Pochi" Base (1ra. guitarra, canto, bajo y arreglos) y "Kingo" Buscaglia (2da. guitarra y canto).
Como siempre, se añade la letra del tema y el audio al final del artículo.
Hasta la próxima.
Pablo


Una postal cada vez más frecuente en nuestros campos...
(Fotografía extraída del blog "La foto diaria")


Por el Pbro. Julián Zini

En una de mis tantas escapadas, en mis días llamados libres o mis "martes de descanso", solía llegarme hasta la pequeña estancia de mis amigos Lucena, camino a Paso de los Libres, antiguo "Paso Rosario". Cierta vez, convinimos de que yo pasaría el día solo, pues la familia llegaría del pueblo recién por la tarde. Y fue así que llegué a eso de las diez de la mañana. Como teníamos prevista una cacería de vizcachas por la noche, yo andaba armado con un rifle 22. Quise sorprenderles gratamente con algún fruto de mi afamada puntería. Ya había cazado por el camino una hermosa martineta. Y esperaba poder agregar alguna presa más.

Fue así que al llegar a la sombra de las viejas casuarinas, descubro con alegría que en la altura descansaba una arisca bandada de palomas torcazas.
Disimulé mi apuro y me acomodé con el arma. Tuve suerte, más bien que puntería, y en el primer tiro cayó una paloma. Las demás se fueron. Con el tema de que es más fácil desplumar las aves con el cuerpo todavía caliente, me apuré por desplumar mi presa. Después, quise limpiarla y lavarla.
Cacé mi cuchillo y abrí en dos el cuerpito todavía tibio. Le vacié las entrañas y...¡oh sorpresa!, en el fondo de la fuente, junto al takara'a (1) y las tripitas, el pequeño corazón seguía latiendo...Sí señor, seguía latiendo...¡vivía! ¡no quería morirse! No sé qué me pasó. Automáticamente, tomé el corazoncito y lo sostuve en la palma de mi mano izquierda...seguía latiendo...Sentí una gran vergüenza y muchas ganas de llorar...pedí perdón...no podía entender lo que hice...recé...y me quedé en silencio hasta que el pequeño corazón dejó de latir...
Así, sin querer queriendo, volví al mundo de mi infancia y toqué el corazón del paisaje. Sin quererlo, también me descubrí agresor, depredador, destructor de mi mundo, de mi entorno, de mi casa, de mi vida...Aparentemente, nadie lo sabía. Pero yo había matado. Y es tan buena la Madre Naturaleza que el corazón calentito de aquella torcaza, me sigue latiendo en el alma...Con mi compromiso para siempre con la vida, nació esta canción a la que mi compadre, el "Gringo" Sheridan, le puso alas de torcaza...alas de Chamamé...

(1) Molleja, estómago de las aves.



Tapera en un campo argentino
(Fotografía extraída del blog "La foto diaria")

TAPERA DE MIS RECUERDOS
(chamamé)


Letra: Julián Zini
Música: Joaquín Adán Sheridan

Recitado

Cuentan los antiguos que la gente de antes,
previendo el pillaje de gente mondá,
cuando había malones o revoluciones,
o cuando la guerra del Paraguay,
en ollas de hierro o tinajas de barro,
enterraba aquello que era de valor...
muchos no pudieron volver a sacarlo
y allí para siempre enterrado quedó...

Por eso, no falta entre nuestra gente
el que busca entierros o el que ya sacó...
Y algo parecido nos pasó y nos pasa
a los que nos fuimos de nuestra querencia,
llevando el recuerdo de hermosas vivencias
que es como una herencia
que enterró la vida en nuestro corazón...


Cantado

Hoy volví al paisaje de mi tiempo niño,
bajé en la tranquera y me sentí feliz;
gurí portonero, me tiró el cariño,
la vieja moneda de un recuerdo gris...
La senda borrada me dejó en la loma,
bajo el llanterío del casuarinal...
Y sentí la ausencia como esa paloma
que en la quinta vieja llora soledad...

Tapera cavada, la de mis recuerdos;
botijuela rota de mi corazón;
entierro del alma que lo saca el tiempo,
lo gasta la vida y es muerta ilusión...

¡Lo que no daría con tal de que todos
los que se ausentaron rumbo a la ciudad,
pegaran la vuelta y hallaran el modo
de seguir amando su pago natal...!


Recitado

Tutiá de ausencia y abrojito fresco
ganaron el patio barrido de sol...
Una madreselva, novia de los cercos,
se trepó al olvido floreciéndolo...

Se me hace que escucho las voces queridas
y veo siluetas que vienen y van...
que se llena el patio de juegos y risas,
y a mi perro Tigre lo siento ladrar...

La cocina humea, y entonces presumo
que hay chipá-cuerito, pororó y demás...
y es que anda mi madre lagrimeando el humo,
con el mate a cuestas y un largo pensar...

Corredor, fiambrera, queso y mazamorra...
cerca, dos calandrias espiándome...
caballete y calchas...junto a la cotorra,
el pirincho guacho despiojándose...

Algo de silbido y mucho de silencio,
canillera a rayas, sombrero ala diez,
ahí vuelve mi padre con traza de mencho,
mascando un pastito gusto a chamamé...

Hierve de chicharras la siesta de enero,
tajamar y monte son la tentación...
corre lagartijas mi pulso de hondero,
y es que me hice amigo del Dueño-del-sol...

Se me va la tarde juntando lecheras,
cosa de gurises, casi diversión...
Lo único que falta es que al volver hubiera
llegado algún tío que trajo cordión...


Cantado

La luna es pandorga de un cielo inocente,
va en ella el burrito con María y José...
Igual que esa luna, menguante y creciente,
me voy por la vida pero volveré...


Extraído de:

Zini, J. 2006. Avío del alma. Editora Patria Grande, Buenos Aires. pp. 41-43

3 comentarios:

  1. se me hace un nudo en la garganta al escuchar este tema, cuanta realidad ¡¡¡ y esa lejana y hermosa niñez,como dice la cancion;tiempo de chicharras, de andar cabezudeando a la siesta, y el mundo todo nuestro,la mayoria de las personas desde siempre añoran su juventud, yo no, quisiera volver a ser niño, era todo felicidad,se hacian cortos los dias para jugar, pandorga,bolitas,etc. era la felicidad plena,correr tras los panaderos, mariposas,chicharras,la gomera al cuello y lo que siento es que ningun mayor nos pegaba una patada en el c... por andar matando pajaritos, es de lo unico que me arrepiento. saludos

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