Mostrando las entradas con la etiqueta Historiando cantares. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Historiando cantares. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Nostalgias camperas

Hola a todos.
Se entrega aquí la historia del chamamé "Nostalgias camperas" de "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez, relatada en el libro "El dúo mayor del chamamé: Ubeda-Chávez y su conjunto correntino" de Roberto Gutiérrez Miglio (Ed. El Reino Guaraní, 2006).
Y como ya es costumbre se agrega la letra del tema de la primera grabación de este tema realizada en el año 1956 por don Isaco Abitbol cantando a dúo "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez.
Hasta la próxima.
Pablo





Integrando la embajada artística de Polito Castillo, en el año 1953, fue que se conocieron "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez, formándose el dúo "Ubeda-Chávez", a instancias de Polito Castillo. "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez fueron dos de los incipientes artistas que se incorporaron a la Embajada Cartelera Correntina, presentándose, junto a los demás integrantes de la misma, en los distintos programas radiales y en los distintos salones chamameceros en que actuaba la embajada de Polito Castillo.

Al año siguiente de la integración del dúo "Ubeda-Chávez", en el año 1954 Polito Castillo formó su propio conjunto denominado "Conjunto Regional del Nordeste Argentino", y "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez fueron las voces del mismo.

Ello ocurrió cuando la empresa discográfica Music Hall lo convocó a Polito Castillo para que con un conjunto a su nombre realizara grabaciones, ante el éxito que lograba con su embajada artística. El conjunto quedó entonces integrado con la dirección y glosas de Polito Castillo, el bandoneón de Ramón Bernárdez, el acordeón de Calixto "Cali" Aranda, la 1ra. voz y guitarra de "Paquito" Ubeda y la 2da. voz y guitarra de Héctor Chávez.

A fines de ese año 1954, "Paquito" Ubeda fue requerido por Tránsito Cocomarola, en ese entonces al frente del "Trío Cocomarola" para realizar tres grabaciones haciendo dúo con Gabino Quiroz, ante la imposibilidad de hacerlo en ese momento con el dúo "Vera-Lucero", que era el que integraba el conjunto. De esta manera, en el mes de enero de 1955, el dúo "Ubeda-Quiroz" dejó grabados los chamamés "Esperanza", "Vendrás un día" y "Zulema Nelly".

Por fin, en el año 1956, el dúo "Ubeda-Chávez" registró sus primeras grabaciones. Fueron seis temas, pero con el bandoneonista Isaco Abitbol, los chamamés "Nuestro ayer", "Cuando tú me quieras", "Cacique Catán", "Reproche", "Nostalgias camperas" y "Olguita". No obstante, la grabación de estos discos, el dúo "Ubeda-Chávez" no se incorporó a la agrupación de Isaco Abitbol, sino que continuó perteneciendo al conjunto de Polito Castillo.

"Nostalgias camperas" fue el primero de los chamamés exitosos del dúo Ubeda-Chávez. Fue compuesto en el año 1956 sobre una idea de Héctor Chávez, compartida por Pascasio "Paquito" Ubeda, referida a la nostalgia que produce el recuerdo del pago en que se nació o se vivió de niño.

Efectivamente, este chamamé es una añoranza del pago que los vio nacer, tanto en su letra como en su música. Es la nostalgia que se produce al escuchar canciones que hablan de la tierra y se vuelven a vivenciar lugares que quedaron grabados para siempre en la memoria, con las ilusiones encerradas en el alma. Es la intención de querer recorrer a través del canto y de la música los campos por los que se anduvo en tiempos lejanos, y cuando la distancia y el tiempo le enseñaron a comprender que por más hermoso que pueda ser otro lugar, ninguno puede compararse con ese lugar de la infancia o de la adolescencia.

La idea de la poesía del chamamé "Nostalgias camperas" es valiosa porque tiene un contenido universal, es común en general a todos los hombres.

Al chamamé "Nostalgias camperas", Héctor Chávez lo hizo, como de costumbre, tomando mate en la cocina de su casa de Villa Bosch, donde vive desde el año 1949, y fue uno de los primeros que grabó el dúo Ubeda-Chávez. A la vez, se convirtió en el tema más característico del dúo Ubeda-Chávez.

Este tema fue grabado por primera vez en el año 1956 por Isaco Abitbol con el dúo Ubeda-Chávez (disco "La Fonola del Chamamé - Selección 78 rpm Vol. 9"), y luego por el dúo Ubeda-Chávez con su conjunto en el año 1993 (disco "El esperado regreso del dúo Ubeda-Chávez"), y en el año 1985 lo grabó el conjunto "Cruz de Papel" cantando a dúo "Paquito" Ubeda y Ramón Ubeda (h).


NOSTALGIAS CAMPERAS (chamamé)

Letra y música: Héctor Chávez - Pascasio Ubeda

I

Al oír canciones que hablan de la tierra
me parece ver lugares que nunca podré olvidar
y las ilusiones que mi alma encierra
me hacen comprender que debo volver a mi viejo hogar.

II

Mis pagos, quiero recorrer;
sus campos que me hicieron ver
y aun siendo hermoso otro lugar
no se te puede comparar.

Caminos por los que ambulé,
muy pronto los veré otra vez
y entonces lleno de emoción
palpitará mi corazón.

Bis I y II parte. Fin.



Fuente:

Gutiérrez Miglio, R. 2006. El dúo mayor del chamamé: Ubeda-Chávez y su conjunto correntino. Ed. El Reino Guaraní, Buenos Aires. 80 p.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Tu pañuelo

Hola mis amigos.
Continuando con ésto que dimos en llamar "Historiando cantares", traemos ahora la historia del chamamé "Tu pañuelo" relatada por Roberto Gutiérrez Miglio en su libro "Salvador Miqueri y el legendario dúo Vera-Lucero" (Ed. El Reino Guaraní, 2008).
El chamamé "Tu pañuelo" con letra de Salvador Miqueri y música de Avelino Flores fue grabado por el Conjunto "Vera Lucero" el 14 de noviembre de 1960.
Como ya es habitual, al final del artículo se deja la letra del tema, versión interpretada por el mismo Conjunto "Vera Lucero".
Hasta la próxima.
Pablo




Avelino Flores nació en la localidad de Lanteri, ubicada setenta kilómetros al norte de la ciudad de Reconquista, en la provincia de Santa Fe. En el año 1959 abandonó definitivamente sus pagos santafesinos para radicarse en la ciudad de Corrientes y dedicarse plenamente a la música. Y así fue. Triunfó en Corrientes como músico bandoneonista, como compositor y como director de sus propios conjuntos. Cuando llegó a Corrientes en 1959 se incorporó al Conjunto "Vera-Lucero" con el que estuvo hasta su disolución en el año 1964. Entonces en 1965 formó su propio conjunto el que mantuvo hasta el año 1978, en que se formó nuevamente el Conjunto "Vera-Lucero" y se integró al mismo hasta su disolución definitiva en 1981. Volvió entonces a rearmar su agrupación en 1982, pasando nuevamente en 1983 junto a Salvador Miqueri, integrando ambos el conjunto "Trébol de Ases" desde el año 1999.
Pero volviendo al año 1959, Avelino Flores ya radicado en Corrientes, fue a visitar a Salvador Miqueri a su casa particular, un chalet que alquilaba en la calle San Martín 660, en Mburucuyá, donde residía con su esposa desde que se había casado no hacía mucho tiempo, y le entregó una melodía pidiéndole que le escribiera los versos, que quería que fueran como su despedida al abandonar definitivamente Reconquista y a la vez como su despedida a una noviecita que allí había dejado. Avelino Flores le dejó la música y se fue a buscar, cerca de allí, a otra nueva novia que ya tenía, y Salvador Miqueri, en el living de su casa, se puso a escribir la poesía conforme al pedido que le hiciera Avelino Flores.
Cuando Avelino Flores llegó a la casa de su nueva novia no la encontró porque se había ido a misa, y regresó nuevamente a la casa de Salvador Miqueri. Sólo tardó cinco minutos en ir a buscarla y volver. Y cuando regresó se encontró con la sorpresa de que la poesía ya estaba terminada. Eran los versos del chamamé "Tu pañuelo" que Salvador Miqueri había escrito en sólo cinco minutos.


Salvador Miqueri y Eustaquio Vera: el Dúo Vera-Lucero.


No mucho tiempo después, el 14 de noviembre de 1960, el chamamé "Tu pañuelo" fue el primer tema con que comenzaron las grabaciones del Conjunto "Vera-Lucero", para el Sello Odeón, con Avelino Flores en bandoneón, Arcadio Flores en acordeón, Salvador Miqueri en 1ra. voz y guitarra, y Eustaquio Vera en 2da. voz y guitarra, convirtiéndose la obra desde entonces, en un gran éxito del "Conjunto Vera-Lucero".

TU PAÑUELO (chamamé)


Letra: Salvador Miqueri
Música: Avelino Flores


Recordando cosas pasadas
encontré guardado un pañuelo,
compañero del desconsuelo
de lágrimas derramadas.

Ese pañuelo que me diste
estaba muy bien perfumado,
deliciosamente bordado
que siempre conservaré.


Estribillo

Si fuera aquel pañuelo a contar
las alegrías de nuestro ayer,
cual flores bellas fue aquel querer,
que no pudo ser, triste es recordar.
Tú me entregaste pleno tu amor
y yo mi vida toda te di.
¿Por qué es que tanto después sufrí?
¿Por qué en él vertí, gotas de dolor?

Hoy sólo me quedan nostalgias
de aquel cariño ambicionado,
y este pañuelito bordado
que siempre besé con ansias.

Es por eso que lo he conservado
eternamente en mi existencia,
porque significa la esencia
de lo que nunca murió.



Fuente:

Rodríguez Miglio, R. 2008. Salvador Miqueri y el legendario dúo Vera-Lucero. Ed. El Reino Guaraní. Buenos Aires. pp. 59-60.

Historiando cantares - Cañada Fragosa

Hola a todos.
En este "Historiando cantares" traemos el relato del profesor Emilio José Noya sobre "Cañada Fragosa", chamamé de Julio R. Chapo y Eustaquio Miño.
Dejamos al final, la letra completa del tema y el audio de "Cañada Fragosa" (grabado en el año 1954) interpretado por "Los Gauchos de Mburucuyá" de Eustaquio Miño, y con las voces del dúo Quiroz-Miranda.
Dedicado a la Sra. Segunda "La Negra" Almirón de Lugo, madre de la amiga Delia y enfermera que estuvo al lado de don Eustaquio en sus últimas horas de vida.
Será hasta la próxima.
Pablo

Eustaquio Miño
(Fotografía cedida por Ada Azucena Vallejos)


Por Prof. Emilio Noya

Figura fundamental del cancionero correntino, Eustaquio Miño albergó siempre en lo íntimo de su espíritu el deseo de perpetuar en una composición musical ciertas evocaciones de la adolescencia. Así nace el chamamé "Cañada Fragosa" (La Fonola Chamamecera Selección 78 rpm - Vol. 7), en cuyos versos el poeta Julio Restituto Chapo (1896-1972) refiere los devaneos amorosos del apasionado joven, quien con el arrebato propio de la edad atraviesa las quietas aguas de la misma para visitar a la que sería su futura esposa y madre de diez hijos: Ramona Maidana. Un pingo bautizado "El Mala Junta" fue su compañía inseparable en aquellas aventuras nocturnas, que con frecuencia terminaban con los rayos solares despuntando en el horizonte. Aunque persiste generalizada confusión respecto de su sitio de origen, Miño nació el 20 de septiembre de 1912 en "El Pasito", departamento de General Paz, Corrientes.


La "Cañada Fragosa"
(Fotografía extraída del sitio "Club de Observadores de Aves de Mburucuyá")


La niñez del músico transcurre en el medio rural, donde su padre matiza las actividades labriegas ejecutando aires correntinos con un anticuado acordeón de dos hileras. Esta circunstancia y un hecho fortuito marcaron su destino, en efecto, cierta vez que debe guardar reposo aquejado por una dolencia, se distrae procurando desentrañar los secretos que encerraba el instrumento. Más tarde viaja a Barranqueras y en la ciudad portuaria conoce a Pedro Mendoza, quien le enseña a tocar el bandoneón. Allí se une a un grupo de entusiastas jóvenes, encargados de amenizar los intervalos en cines de barrios con interpretaciones del acervo regional y tangos de la "guardia vieja". Enriquecido por esa experiencia vuelve al medio, instalándose en Mburucuyá.
Con elementos locales decide formar el conjunto "Los Gauchos de Mburucuyá", por cuyas distintas formaciones pasaron valores que luego adquieren notoriedad, pero esencialmente fue un forjador de dúos vocales: Hermanitos Romero, Peregrino-Colman, Vera-Lucero y Quiroz-Miranda. Frecuentes giras por el interior provincial, Chaco, Santiago del Estero y Buenos Aires, donde cumple exitosas temporadas en LS4 Radio Porteña y el "Salón Verdi", cimentaron la popularidad de "Los Gauchos" que llegan a la grabación de placas magnetofónicas en 1954, interviniendo en las mismas los acordeonistas Fortunato Fernández y "Coco" Encinas, el binomio Quiroz-Miranda y Felipe Ferrari (contrabajo).
Pese a que no se lo puede tildar de prolífico, compuso varias piezas de éxitos como sus chamamés "El pasitero", "2 de noviembre", "Don Basilio", "El puestero", "Palo blanco" (cuyo título alude al bastón que emplea el cantor no vidente Alfredo Miranda), "La Querencia" y otras. Bohemio empedernido y generoso gustador de copas en ruedas de amigos ocasionales, fue quemando tragos de su existencia en interminables noches de música y brebajes. Final injusto para quien expuso a lo largo de su tránsito terreno -al margen de incuestionables aptitudes musicales- dotes de modestia y hombría de bien. "El toro buey", como lo apodaban sus allegados, falleció en Mburucuyá el 26 de enero de 1967.


"Los Gauchos de Mburucuyá":
Fortunato Fernández, Eustaquio Vera, Eustaquio Miño y Salvador Miqueri
(Fotografía cedida por Ada Azucena Vallejos)


CAÑADA FRAGOSA
(chamamé)

Letra: Julio Chapo
Música: Eustaquio Miño

En el cofre de mis recuerdos
guardadita llevo la estrella
que alumbró con su luz la huella
que tanta dicha me deparó.

Era noble aquel "Mala Junta",
que así llamaba a mi pingo
doradillo, el flete más lindo
que en la comarca pude lucir.


Recitado

Por la Cañada Fragosa
mi potrillo "Mala Junta"
¡era de menta famosa
y bueno de punta a punta!
Era el noble el parejero
en la cancha, mano a mano
y muy guapo y baqueano
para cruzar el estero.

Estribillo

Por eso yo canto acá
los cuatro amores que tuve,
mi guaina, el potrillo aquel,
Cañada Fragosa y Mburucuyá.

Distraía mis pensamientos
más felices, la bien amada...
y fue entonces que la cañada
con sus encantos me cautivó.


¡Ah, cañada de mis recuerdos!
que a mis años mozos enseñaste
que es más bello aún el contraste
cuando se piensa sólo en amor.



Fuente:
Noya, E. 1989. Historiando cantares. pp. 137-140.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Chamarrita del chupín

Hola a todos.
Todos los años, en la ciudad entrerriana de Diamante se realiza la "Fiesta Nacional del Chupín" que tuvo sus orígenes en "El Rancho de Los Hermanos Cuestas" allá por el 2006, en los festejos de Semana Santa. Este es un encuentro del folklore entrerriano en el que se brinda homenaje a un plato típico elaborado con pescado en una olla negra y que tiene su origen en el "ciuppin" genovés: el "chupín".
Esta comida también se la elabora en varios países de esta parte del continente como ser en Paraguay, Uruguay, Perú y Chile y empleando otros pescados, tanto de río como de mar.
Don Linares Cardozo compuso la "Chamarrita del chupín" siendo grabada y ampliamente difundida por "Los Hermanos Cuestas" (álbum "Canto a Entre Ríos" del año 1974).
El siguiente es un texto extraído del libro de Néstor Cuestas titulado "Linares Cardozo y yo" y en donde se explica brevemente cómo se hace este exquisito plato.
Una receta bien detallada puede encontrarse en el sitio "Pescadores del Paraná".
Hasta la próxima.
Pablo




Por Néstor Cuestas

El maestro Linares Cardozo era profesor de filosofía y más que nadie conocía al hombre y a la mujer entrerrianos. Sabía interpretar fielmente la "entrerrianía" en todas sus expresiones, hasta en la comida, como lo dice en esta magnífica obra, donde aparece la chamarrita personificada enseñándole la receta para preparar el "chupín", plato típico de nuestra provincia. Se hace con un pez llamado "armado", "armau" o "armado chancho" (Nota: llamado así por el sonido que emite al sacarlo del agua), que no tiene escamas sino cuero. Este animal tiene como oficio recolectar basura, ya que "limpia" el lecho del río o de los arroyos. En la receta dada por la chamarrita, aconseja "hamacar" a la "morocha", a la que también llama "negra de tres patas", refiriéndose a la olla en donde se hace la preparación. El "chupín" no se revuelve porque las postas se deshacen, se hace girar la olla a la derecha y a la izquierda para que no se pegue la comida en el fondo.





CHAMARRITA DEL CHUPÍN

Letra y música: Linares Cardozo


Me fui para "La Juanita" (1)
donde se pesca el dorau
y encontré la chamarrita
sacando el cuero a un armau.

"Pucha con la montielera",
le dije en tono burlón,
"...yo me la hacía churrasquera
y no con un cascarón".

La chamarrita me dijo:
"qué sabés de este trajín...
cerrá el pico y aprendé
cómo se hace un buen chupín".

"En una negra de tres patas
todo en frío prepará
con rebanadas de papas
y postas con mucha sal".

"Llenalas de camaditas
cubrí con agua y tapá
y en un fogón barranquero
la morocha acomodá".

"El fuego sin apurar...
en cuantito dé un hervor
un vaso de tintó echás
y hamacala con amor".

"Ya listo a cada bocao
un traguito le has de echar
porque el pescau necesita
mucha agua pa' navegar".

"¡Chas gracias ña chamarrita!"
le dije al ponerle fin,
se las paso a los puebleros
por si gustan de un chupín.


(1) Paraje situado en el departamento Diamante, Entre Ríos, sobre la costa del río Paraná.


 
Fuente:
Cuestas, N.E. 1996. Linares Cardozo y yo. Editorial IGA. 71 p.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Tapera de mis recuerdos

Hola a todos.
En este espacio que se ha dado en llamar "Historiando cantares", traemos aquí la historia del chamamé "Tapera de mis recuerdos", con letra de Julián Zini y música compuesta por el siempre recordado Joaquín "Gringo" Sheridan (el pasado 8 de septiembre se cumplió un año más de su desaparición física).
"Tapera de mis recuerdos" fue grabado por el conjunto "Los de Imaguaré", integrado en su momento por Joaquín Sheridan (bandoneón), Julio Cáceres (recitados y 1ra. voz), Ricardo "Tito" Gómez (2da. voz y guitarra) y Rudi Flores (guitarra).
También está una versión más reciente que incluye los versos recitados por el propio Julián Zini con su conjunto "Neike chamigo", en el álbum "Soy región" (año 2001), cantando Rosita Leiva y acompañada por "Vaquero" Alvarez (bandoneón), "Pochi" Base (1ra. guitarra, canto, bajo y arreglos) y "Kingo" Buscaglia (2da. guitarra y canto).
Como siempre, se añade la letra del tema y el audio al final del artículo.
Hasta la próxima.
Pablo


Una postal cada vez más frecuente en nuestros campos...
(Fotografía extraída del blog "La foto diaria")


Por el Pbro. Julián Zini

En una de mis tantas escapadas, en mis días llamados libres o mis "martes de descanso", solía llegarme hasta la pequeña estancia de mis amigos Lucena, camino a Paso de los Libres, antiguo "Paso Rosario". Cierta vez, convinimos de que yo pasaría el día solo, pues la familia llegaría del pueblo recién por la tarde. Y fue así que llegué a eso de las diez de la mañana. Como teníamos prevista una cacería de vizcachas por la noche, yo andaba armado con un rifle 22. Quise sorprenderles gratamente con algún fruto de mi afamada puntería. Ya había cazado por el camino una hermosa martineta. Y esperaba poder agregar alguna presa más.

Fue así que al llegar a la sombra de las viejas casuarinas, descubro con alegría que en la altura descansaba una arisca bandada de palomas torcazas.
Disimulé mi apuro y me acomodé con el arma. Tuve suerte, más bien que puntería, y en el primer tiro cayó una paloma. Las demás se fueron. Con el tema de que es más fácil desplumar las aves con el cuerpo todavía caliente, me apuré por desplumar mi presa. Después, quise limpiarla y lavarla.
Cacé mi cuchillo y abrí en dos el cuerpito todavía tibio. Le vacié las entrañas y...¡oh sorpresa!, en el fondo de la fuente, junto al takara'a (1) y las tripitas, el pequeño corazón seguía latiendo...Sí señor, seguía latiendo...¡vivía! ¡no quería morirse! No sé qué me pasó. Automáticamente, tomé el corazoncito y lo sostuve en la palma de mi mano izquierda...seguía latiendo...Sentí una gran vergüenza y muchas ganas de llorar...pedí perdón...no podía entender lo que hice...recé...y me quedé en silencio hasta que el pequeño corazón dejó de latir...
Así, sin querer queriendo, volví al mundo de mi infancia y toqué el corazón del paisaje. Sin quererlo, también me descubrí agresor, depredador, destructor de mi mundo, de mi entorno, de mi casa, de mi vida...Aparentemente, nadie lo sabía. Pero yo había matado. Y es tan buena la Madre Naturaleza que el corazón calentito de aquella torcaza, me sigue latiendo en el alma...Con mi compromiso para siempre con la vida, nació esta canción a la que mi compadre, el "Gringo" Sheridan, le puso alas de torcaza...alas de Chamamé...

(1) Molleja, estómago de las aves.



Tapera en un campo argentino
(Fotografía extraída del blog "La foto diaria")

TAPERA DE MIS RECUERDOS
(chamamé)


Letra: Julián Zini
Música: Joaquín Adán Sheridan

Recitado

Cuentan los antiguos que la gente de antes,
previendo el pillaje de gente mondá,
cuando había malones o revoluciones,
o cuando la guerra del Paraguay,
en ollas de hierro o tinajas de barro,
enterraba aquello que era de valor...
muchos no pudieron volver a sacarlo
y allí para siempre enterrado quedó...

Por eso, no falta entre nuestra gente
el que busca entierros o el que ya sacó...
Y algo parecido nos pasó y nos pasa
a los que nos fuimos de nuestra querencia,
llevando el recuerdo de hermosas vivencias
que es como una herencia
que enterró la vida en nuestro corazón...


Cantado

Hoy volví al paisaje de mi tiempo niño,
bajé en la tranquera y me sentí feliz;
gurí portonero, me tiró el cariño,
la vieja moneda de un recuerdo gris...
La senda borrada me dejó en la loma,
bajo el llanterío del casuarinal...
Y sentí la ausencia como esa paloma
que en la quinta vieja llora soledad...

Tapera cavada, la de mis recuerdos;
botijuela rota de mi corazón;
entierro del alma que lo saca el tiempo,
lo gasta la vida y es muerta ilusión...

¡Lo que no daría con tal de que todos
los que se ausentaron rumbo a la ciudad,
pegaran la vuelta y hallaran el modo
de seguir amando su pago natal...!


Recitado

Tutiá de ausencia y abrojito fresco
ganaron el patio barrido de sol...
Una madreselva, novia de los cercos,
se trepó al olvido floreciéndolo...

Se me hace que escucho las voces queridas
y veo siluetas que vienen y van...
que se llena el patio de juegos y risas,
y a mi perro Tigre lo siento ladrar...

La cocina humea, y entonces presumo
que hay chipá-cuerito, pororó y demás...
y es que anda mi madre lagrimeando el humo,
con el mate a cuestas y un largo pensar...

Corredor, fiambrera, queso y mazamorra...
cerca, dos calandrias espiándome...
caballete y calchas...junto a la cotorra,
el pirincho guacho despiojándose...

Algo de silbido y mucho de silencio,
canillera a rayas, sombrero ala diez,
ahí vuelve mi padre con traza de mencho,
mascando un pastito gusto a chamamé...

Hierve de chicharras la siesta de enero,
tajamar y monte son la tentación...
corre lagartijas mi pulso de hondero,
y es que me hice amigo del Dueño-del-sol...

Se me va la tarde juntando lecheras,
cosa de gurises, casi diversión...
Lo único que falta es que al volver hubiera
llegado algún tío que trajo cordión...


Cantado

La luna es pandorga de un cielo inocente,
va en ella el burrito con María y José...
Igual que esa luna, menguante y creciente,
me voy por la vida pero volveré...


Extraído de:

Zini, J. 2006. Avío del alma. Editora Patria Grande, Buenos Aires. pp. 41-43

viernes, 9 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Laguna Totora

Hola amigos.
El chamamé "Laguna Totora" fue la primera pieza musical compuesta por Mario del Tránsito Cocomarola (1918-1974) cuando contaba con 17 años de edad (año 1935). Por otra parte, fue grabado por primera vez por su agrupación denominada "Trío Cocomarola", el 19 de mayo de 1942.
Este tema lleva el nombre de un espejo de agua dulce que se encuentra en la localidad correntina de San Cosme, cuna de "El Taita del Chamamé", y que él abandonara tempranamente a los 11 años para radicarse en la capital correntina en compañía de su familia. Las horas vividas a orillas de la "Laguna Totora" en sus andanzas de niño, fueron la fuente de inspiración para componer este clásico tema.
En el "Historiando cantares" del día de la fecha recordamos entonces a Mario del Tránsito Cocomarola y a esta famosa pieza musical de su autoría que ha sido interpretada por muchísimos conjuntos chamameceros en sus más variadas versiones.
Será hasta la próxima.
Pablo


SAN COSME

La localidad de San Cosme, cabecera del departamento homónimo, queda ubicada sobre la Ruta Nacional Nº 12, a 35 km de la ciudad de Corrientes y a 5 km de Paso de la Patria.

A fines del siglo XVIII en el paraje llamado "De las Ensenadas", por ser zona de lagunas, entre el caserío indígena de los indios guacaras y la Reducción de Itatí, se encontraba disperso un grupo de pobladores dedicados a la agricultura. En el año 1805, debido al crecimiento de la población, el obispo Benito Lue y Riega expresa la necesidad de crear una parroquia y recién el 31 de mayo de 1806 se hace la creación del "Curato de San Cosme de las Ensenadas" bajo la advocación del patrono San Cosme. Queda a cargo como primer cura párroco el Dr. Juan Manuel Neponuseno de Goytia y Casafuz. Y el 12 de febrero de 1825 se materializa la fundación del pueblo que continúa hasta nuestros días.

En sus inicios, San Cosme fue un conjunto de casas acomodadas entre lagunas, sin calles ni manzanas. Estas casas eran de paredes de barro adobado, techos de tejas y de palma o de paja. Muchas veces un cuero haciendo de puerta. 

Este pueblo fue escenario de las acciones bélicas de la "Guerra de la Triple Alianza" (1864-1870) librada por Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay en 1865. San Cosme sirvió como campamento a los ejércitos de vanguardia de las fuerzas aliadas que procedentes de Mercedes se reorganizó en dicho pueblo. En San Cosme vivió el general Bartolomé Mitre durante esta guerra. Allí, en el centro, aún se encuentra la casa que fue habitada por Mitre.

En un principio, las poblaciones de San Cosme e Itatí se confundían suscitando conflictos entre militares y curas. Por eso en 1828 se realizó la división de los curatos, estableciéndose la división de los límites entre San Cosme e Itatí.

San Cosme es un típico pueblo correntino organizado al estilo español, con una plaza central en cuyo entorno se concentran las instituciones públicas y el vecindario más antiguo, destacándose el estilo colonial de las viviendas y construcciones, como así la tranquilidad y seguridad de sus vecindarios más alejados.


Calle y casas antiguas de San Cosme 
(Fotografía del usuario Fernando Mantese)



Entrada a San Cosme sobre la Ruta Nacional Nº 12
(Fotografía del usuario yerbaaprecio2009)

TRÁNSITO COCOMAROLA (sus comienzos)

Mario del Tránsito Cocomarola nació el 15 de agosto de 1918 en un paraje de San Cosme llamado "El Albardón", en un establecimiento de campo dedicado a las tareas rurales de 1400 hectáreas, propiedad de su padre, don Felipe Cocomarola, inmigrante italiano oriundo de la isla de Capri. Su madre fue doña María Vicenta Aquino, nacida en San Luis del Palmar, provincia de Corrientes. De este matrimonio nacieron cinco hijos: María Marcelina, Marcos Augusto, Dionisia del Carmen, Mario del Tránsito y Ceferino Adrián.

Con sólo seis años de edad, Tránsito Cocomarola comenzó a ejecutar el acordeón de dos hileras enseñado por su padre que ejecutaba dicho instrumento y que fue quien le despertó el interés por el mismo. Al fallecer su padre y quedar la familia desamparada con pocos recursos económicos, se traslada a la ciudad de Corrientes, donde Tránsito con sólo once años de edad debió afrontar la responsabilidad de mantener a una madre viuda, a una hermana soltera y a su hermano menor con un pequeño acordeón, único legado material. De esta forma, comenzaba su carrera profesional por una necesidad económica.

La infancia cortada bruscamente y el desarraigo de su paraje natal lo lleva poco más tarde a recrear en dulces melodías la geografía montaraz de su tierra sancosmeña interrumpida solamente por espejos de aguas mansas en los compases inmortales de "Laguna Totora", "El sancosmeño", "San Cosme poty" y "El Albardón".

La predilección por el bandoneón, y su ejecución en forma intuitiva, se le despertó contando tan sólo con doce años de edad (hacia 1930) escuchando a los distintos bandoneonistas de la época. Entre los años 1935 y 1940 cambia el bandoneón por el acordeón. Esta sustitución obedeció a las mayores posibilidades melódicas que ofrecía el bandoneón, y a las limitaciones de escalas y tonos que el pequeño acordeón no permitía. Estas limitaciones no permitían el desarrollo creativo que hacía eclosión en Cocomarola. El bandoneón le aseguraba una mayor riqueza y despliegue melódico y el apoyo de acordes armónicos en la mano izquierda. Además, el sonido del bandoneón estaba firmemente arraigado en Buenos Aires con el auge del tango y esto conduce a una inmediata aceptación en los ámbitos de los sellos discográficos. A los 13 años ya era músico profesional. Hacia 1935 (cuando contaba con 16 o 17 años) forma un trío con Daniel Cantero y Leónidas López, estudiando luego música y bandoneón con Antonio Giannantonio (el autor del chamamé "El pitogüé" ["El benteveo"]), ya por los años '40.

Los primeros temas grabados por Cocomarola con "Trío" en el Sello Odeón, emplea el acordeón y el bandoneón indistintamente y observamos muchos temas de su autoría y de simples melodías. Las versiones grabadas por Tránsito en esta etapa inicial ejecutando su pequeño acordeón de dos hileras -y que posteriormente obsequiara a don Alejandro Barrios en febrero de 1951- fueron los siguientes. Grabados el 17/05/42: "El cangui", "El tuca", "Ipú porá" y "Tory paumé". Grabados el 15/01/45: "Mburucuyana", "La colonia", "Mogote mondá" y "Domingo Vidal". Grabado el 12/12/47: "Orillerita". Grabados el 17/03/48: "El sancosmeño" y "El gualeyo". Los primeros guitarristas del "Trío Cocomarola" fueron alternativamente Colón Cabas, Pedro Pascasio Enríquez y Luis Ferreyra.


LAGUNA TOTORA

En San Cosme se encuentra uno de los espejos de agua de mayor atracción de la región, que comprende más de 10 hectáreas, que es la Laguna Totora, con hermosas playas que se extienden a la vera de la laguna a través de más de 300 metros. Actualmente la Laguna Totora cuenta con servicios de camping con cantina, parrillas y vestuarios, y en la misma se practican diferentes deportes náuticos como canotaje, buceo y surf.



Laguna Totora
(Fotografía extraída del sitio "Lugares de mi país")


Playa de la Laguna Totora 
(Fotografía del usuario Fernando Mantese)

Tránsito Cocomarola, como hijo de San Cosme, no quiso dejar de testimoniar su admiración por la Laguna Totora de sus incursiones juveniles, y le dedicó su tema denominado justamente "Laguna Totora", que fue la primera pieza que compuso cuando contaba con tan sólo 17 años.

"Laguna Totora" integró la serie de los primeros diez temas (todos de su autoría) que grabó el "Trío Cocomarola" el 19 de mayo de 1942: los chamamés "Laguna Totora", "Isla Antequera", "Y suena lindo" ("Ipú porá"), "Mi negrito" y "El tuca"; los valseados "Alegrémonos" y "Entre alegrías" ("Tory paumé"); el schottis "Para los viejos" y las polcas "El triste" ("El canguy") y "Lindo paraje". A continución se presenta el audio de "Laguna Totora" interpretado por el "Trío Cocomarola" (año 1942):


 

Esta pieza musical ha sido grabada por muchísimos conjuntos en sus más variadas versiones. Pero la que quizás más ha trascendido por su estilo "bien maceta" ha sido la de "Los Reyes del Chamamé, inclusive también por las glosas creadas por el gran poeta curuzucuateño Edgar Emilio Estigarribia y que son empleadas en casi todas las grabaciones de los conjuntos chamameceros en la actualidad. Don Edgar Estigarribia escribió las glosas para el chamamé "Laguna Totora" en la versión que grabaron "Los Reyes del Chamamé" en el año 1984 y que salió editado en el álbum "De los reyes a los amigos". Integraban esta agrupación Andrés Cañete y Pedro Cáceres en acordeones, Julio Gutiérrez y Oscar Ríos en voces y guitarras, Miguel Fernández en contrabajo y las glosas de Edgar Estigarribia.

"Columpia la paja brava,
amarillo el chororó (1),
si hasta el pecho colorado (2),
parece haber madrugado
despertando al albardón (3).
Y al mojarse el ko'êmba (4)
con el rocío de la aurora,
llora su luto el karãu (5),
en la Laguna Totora".


(1) Pájaro de color pardo oscuro casi negro y con el pecho amarillo (conocido también como "Pecho amarillo").
(2) Pájaro de plumaje negro con garganta, pecho y parte superior de las alas de color rojizo.
(3) Loma o elevación situada en un terreno bajo o anegadizo, que se convierte en islote con la subida de las aguas.
(4) Amanecer.
(5) Ave acuática zancuda, de plumaje oscuro.

 
Fuentes consultadas:

-Gutiérrez Miglio, R. 2009. Tránsito Cocomarola "El taita del chamamé" y sus cantores. Ed. El Reino Guaraní, Buenos Aires. p. 253
-Krivoshein de Canese, N. y F. Acosta Alcaraz, 2011. Diccionario Guaraní-Español, Español-Guaraní. Colección Ñemetŷ. Ediciones y Arte, Asunción, Paraguay. 294 p.
-Lugares de mi País.
-Municipalidad de San Cosme.
-Piñeyro, E.A. 1996. Tránsito Cocomarola, vida y obra musical. Sembrando Producciones y Compañía Impresora Sudamericana, Corrientes. 169 p.

martes, 6 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Lázaro Blanco

Hola a todos.
El profesor Rubén Manuel Martínez Solís (1920-1996), más conocido artísticamente como "Linares Cardozo" fue un conocido músico, compositor, poeta, pintor y educador entrerriano nacido en ciudad de La Paz. Realizó una notable obra de preservación del folklore entrerriano, en especial de la chamarrita, además de aportar sus propias obras al cancionero folklórico, como la conocida "Canción de cuna costera" y "Soy entrerriano", considerado el himno de la provincia de Entre Ríos. Se ha dicho que la chamarrita como estilo musical hubiera desaparecido de no ser por la obra de don Linares Cardozo.
En el año 1974, Los Hermanos Cuestas -acompañados por la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos y el Coro de la Asociación Verdiana- lanzaron su álbum "Canto a Entre Ríos" enteramente dedicado a la obra de don Linares, con 12 temas de su autoría. El éxito de este disco hizo famoso a Linares Cardozo a nivel nacional e internacional.
Uno de los temas que él compuso fue "Lázaro Blanco", un homenaje al chasqui de San José de Feliciano que murió un 7 de septiembre de 1886 a los 22 años, alcanzado por un rayo en una tormenta y que hoy es una figura religiosa de gran inserción popular en el norte de Entre Ríos y sur de Corrientes. Aunque no tiene el reconocimiento oficial de la Iglesia Católica y sus milagros no han sido reconocidos por ésta, año a año aumenta el número de devotos que se dan cita cada 7 de septiembre en el templete ubicado al costado de la ruta que va a La Paz.
En el "Historiando cantares" de hoy traemos el relato escrito por una bisnieta de Lázaro Blanco, la señora Juana Elvira Arias, que narra el encuentro entre don Linares Cardozo y su abuelo Bruno López, hijo de Lázaro.
Un agradecimiento a "Mange" Casís por el material.
Hasta cualquier momento.
Pablo




El día que Linares Cardozo entrevistó al hijo de Lázaro Blanco

Por Juana Elvira Arias (*)

Aquella tarde escuché al pasar un comentario que me llamó mucho la atención. Transitoriamente vivía en casa de mis abuelos en San José de Feliciano y oír decir a mi tía que vendrían a hacer una entrevista a mi abuelo, por entonces yo tenía apenas quince años y a esa edad uno está a la expectativa de cuando sucede alrededor y más aún cuando supe lo de la entrevista. Me pregunté: ¿Quién y por qué lo entrevistarían?

No pude menos que preguntar, con temor a que me respondieran "porque los menores de edad (por esos tiempos) no teníamos derecho a saber lo que hablaban los adultos"; pero tuve suerte y mi tía Blanca me respondió -va a venir Linares Cardozo a charlar con papá porque quiere componer una canción a Lázaro Blanco.
"¿Y quién es Linares Cardozo?" me apresuré a preguntar. A lo que ella respondió "un músico de La Paz".
Hacía apenas seis meses que juntamente con mi familia nos habíamos trasladado desde Sauce (Corrientes) a Santa Elena, mi cultura era netamente correntina, ¿qué podía saber de los entrerrianos?, en consecuencia, poco sabía.
La primavera comenzaba a coquetear en la plaza, en los jardines, y un invierno gris derrotado por la presencia de coloridas y perfumadas flores preparaba su irremediable partida, tiempo de transición de dos estaciones, que me marcaron a fuego porque presencié el encuentro de un grande como fue Linares Cardozo y el único retoño del chasqui felicianero.
Esa mañana, don Bruno, como lo llamaban a mi abuelo, se levantó más temprano, quizás ansioso a la espera de don Linares. Después de desayunar se dirigió a sentarse en su cómodo sillón mecedor, ubicado junto a la puerta de su dormitorio y a pocos pasos de otra puerta que comunicaba con el inmenso patio invadido por el perfume de un viejo jazminero en flor.
Sin duda todos tenemos una determinada ubicación en la casa; para almorzar, para descansar, para dormir y ese era el lugar elegido por mi abuelo, desde allí veía la calle y la gente que pasaba. Bruno tenía casi ochenta y seis años, edad en la que el hombre se sienta a esperar que el tiempo pase sin más esperanzas que ver otro amanecer. Siempre se sentaba allí con sus fieles compañeros que lo custodiaban; dos perritos blancos con algunas manchas marrones en el lomo (exactamente iguales entre ellos) los cuales al menor movimiento del amo, se movían y mi abuelo los tocaba con el bastón para que no obstaculizaran su andar.
Durante horas permanecía allí, pensaba, miraba lejos, como buscando o tratando de recordar algo o simplemente viendo pasar el tiempo.
Eran las diez y pico de la mañana cuando alguien golpeó las manos, corrí curiosa a atender y la silueta de un hombre desconocido por mí se dibujó en el inmenso portón del rancho.
"¿Es la casa de don Bruno López?" preguntó. Con un andar cansino y "sin hacerse rogar" el hombre desenganchó lentamente el alambre que rodeaba el portón y entró, sonriente y amable; me dijo: "¿Y don Bruno? Yo vine a hablar con él", no alcancé a responder; inmediatamente mi tía salió a su encuentro y ambos se saludaron, delante de ellos yo caminaba presurosa, no quería perderme detalle alguno.
El recién llegado vestía una campera gris oscura casi negra y pantalones del mismo color; entró al rancho y mi abuelo intentó incorporarse, pero don Linares no le permitió. "Quédese ahí nomás don Bruno, no se moleste". Los dos hombres se estrecharon las manos; abrazó con afecto a mi abuelo y una emoción se apoderó de la mirada del músico y dijo: "Es un honor estar en la casa del hijo de Lázaro Blanco"; ambos se emocionaron. Lamenté no haber podido reflejar aquel encuentro en una fotografía. Después de hablar con temas triviales, don Linares le confesó el motivo de su visita. "Quiero componer una canción en memoria de su padre, necesito que me cuente todo lo que se acuerde de él, seguramente tiene tánto para contar".
Bruno se acomodó en su sillón, con las manos se apoyó en su bastón, inseparable compañero, sostenido entre sus débiles rodillas lo volvió a acomodar, miró hacia el suelo como buscando las piezas necesarias para armar un rompecabezas y con un dejo de tristeza, lo miró al entrevistador y comenzó su relato.
"Usted sabe que yo tenía apenas cinco años cuando Lázaro murió (nunca decía "mi padre", siempre lo llamó por su nombre). Pero... lo que recuerde lo voy a contar, mi amigo. Ese paisano nació y se crió en el campo, sabía hacer de todo, conocía los montes como la palma de su mano, por eso fue chasqui, no era fácil este oficio. En primer lugar debía ser valiente y conocedor de estos lugares y Lázaro no le tenía miedo a nada. Además era un hombre muy tranquilo y de palabra. Antes no se necesitaba firmar papeles para cumplir con la gente, con estrechar la mano alcanzaba. Su caballo preferido era un tordillo, pero mire usted qué ironía del destino..." -aseveró don Bruno. "El día que lo mató el rayo, montaba un gateado, por esa creencia que el caballo atraía los rayos. Y bueno...era su destino, tenía que morirse ese día nomás".
"¿Tiene fotos?" le preguntó don Linares, y con una sonrisa casi irónica mi abuelo le respondió "nooo...! No existen foto amigo. No se conocían los fotógrafos en esa época, o por lo menos no venían a las casas de los pobres...".
"¿Qué edad tenía cuando falleció?" vuelve a preguntar don Linares, "veintidós años..." le contestó Bruno, "...y vivió aquí mismo juntamente con mi madre Isabel, con quien no era casado por que no había donde hacerlo, por eso yo llevo el apellido de ella, López y no Blanco como debería ser".
Mate de por medio, costumbre bien entrerriana, hizo más amena y cálida la conversación entre los dos hombres, don Linares le comentó que tenía idea de hacer figurar la foto del chasqui en la tapa de su disco (un LP), convencido de que existía algún retrato.
De acuerdo a los relatos escuchados desde muy pequeña, comprobé que mi abuelo no olvidó ningún detalle de los pocos años que vivió su padre, pese a que había pasado mucho tiempo, lo narró con precisión y emoción, por momentos quedaba callado, silencio que indudablemente fue respetado por el interlocutor.
Una gran emoción invadió a don Linares desde que llegó, cuando mi abuelo hablaba de él lo miraba con respeto y ternura, por momentos escribía, se ponía de pie -adaptándose a los tiempos del anciano que lentamente narraba la historia de su padre.
También don Bruno lo escuchó con interés y atención cuando don Linares se refirió a su vida dedicada al canto y amor a su tierra.
Ambos se nutrieron de sus respectivas historias y se rieron de algunas ocurrencias de uno y otro; realmente fue un encuentro de amigos, como si se hubieran conocido de toda la vida (o desde siempre).
Cumplido su objetivo, el compositor agradeció a don Bruno el tiempo dedicado manifestando además su admiración por la buena memoria y la emoción de haber compartido una charla tan amena con el único descendiente del chasqui felicianero.
Abrazó emocionado a mi abuelo, se despedió de todos y ahí al ladito nomás lo esperaba para saborear un asado y seguir hablando de música al prestigioso músico René López, hijo menor de Bruno y amigo de don Linares.
Junto con el sol que se iba perdiendo en el horizonte, don Linares también se alejaba del rancho del chasqui pensando seguramente en la inspiración de la canción que con el paso del tiempo recorrería la Patria grande.

(*) Autora del libro "Lázaro Blanco, el chasqui milagrero".



LÁZARO BLANCO
(chamamé galopeado)

Letra y música: Linares Cardozo

Humilde cruz de leyenda
cerquita de Feliciano
marca el lugar que cayera
el chasque Lázaro Blanco.
Jinete de clara estampa,
anunciadora del alba
fugaz resplandor del monte
hecho de luna y aguada...


Lázaro Blanco...!
galopando fiel tordillo vuelan
tus pilchas de garzas,
aromadas de espinillo.
Lázaro Blanco...!
noble, baqueano, señero,
por "güeno" creció en el pago
tu destino milagrero...
Gaucho chasquero...!
frescura de arroyo manso,
rescoldo de la amistad;
renovales de tus sueños.
Le dan fuerza a la querencia
ya se prodiga tu tierra
dando varones "enteros".
No quiere entregarse el hombre
sabedor de tu sendero,
sapukay, trino, cencerro,
corazón felicianero...!


Savia fuerte de tu pueblo,
fervor del norte entrerriano,
grabado quedó en las huellas
tu nombre, Lázaro Blanco...!
Ilusión de rancherío,
consuelo de noche larga,
allá va...por cielos gauchos
tu brillazón de esperanza.


 
Fuente:
Revista "Cuando el Pago se hace Canto" - Edición Nro. 31. Pags. 12-13. 2011. Publicación anual de la Fiesta Provincial "Cuando el Pago se hace Canto", La Paz, Entre Ríos.

Editor responsable: Centro Cultural "Cuando el Pago se hace Canto".
Coordinación General: Carlos "Mange" Casís, Italia 1395, La Paz (3190) Entre Ríos, Argentina.
E-mail: carlosmangecasis@hotmail.com

viernes, 2 de septiembre de 2011

Historiando cantares - Viva Boca

Hola amigos.
Traemos aquí otro "Historiando cantares" con la particularidad de que el personaje que nos atañe tuvo dos grandes pasiones: el fútbol y el canto. Estamos hablando del chaqueño Julio Elías Musimessi, aquel recordado guardavallas del Club Atlético Boca Juniors, y que fue uno de los pilares fundamentales para que el equipo "xeneize" obtuviera el campeonato de primera división de fútbol en el año 1954. Fue conocido como "El arquero cantor" puesto que, además del fútbol, también se presentaba en espectáculos públicos y en audiciones radiales demostrando sus dotes para el canto. Y gracias al aporte del amigo Isaquito (fanático hincha de Boca) podemos contar hoy con un audio de la grabación del chamamé "Viva Boca", realizada precisamente en aquel año de gloria para el club y cantada por Julio Musimessi. 
También dejamos la particular versión cantada por Julio Luján (también del año 1954) con el acompañamiento del Cuarteto "Santa Ana" de Ernesto Montiel (que era hincha de Boca).
Vaya este humilde homenaje para don Julio Elías Musimessi que el próximo 4 de septiembre se cumplirán 15 años de su desaparición física.
Dedicado especialmente -y con el permiso de todos los chamameceros "xeneizes" visitantes del blog- para la amiga Delia, correntina, chamamecera e hincha confesa del Club Atlético Boca Juniors.
Hasta la próxima.
Pablo


Julio Elías Musimessi, "El guardavalla cantor".
Portada de la revista "El Gráfico" Nº 1906 (02/03/1956).
(Fotografía extraída del sitio Taringa).

Julio Elías Musimessi nació en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco, un 9 de julio de 1924. Llegó a ser arquero por casualidad. Se cuenta que Julio era un apasionado y bastante hábil para el baloncesto, algo que muy bien conocían sus amigos. Y fue en un potrero de barrio, que en una tarde mientras los muchachos jugaban al fútbol, se lesionó el arquero habitual, por lo que sus amigos -conociendo las habilidades de Julio con las manos- lo propusieron para suplantar al lesionado. Julio, definitivamente no defraudó.

Esta situación lo animó a probarse en el Club Atlético Boca Unidos de la ciudad de Corrientes, donde inició su carrera. En 1944 y con 19 años fichó en el Club Atlético Newell's Old Boys de Rosario donde jugó 11 años en la primera de ese club. Tras jugar 183 partidos, llega al Club Atlético Boca Juniors en el año 1953. Serían en estos dos equipos donde los hinchas disfrutarían de las "felinas" estiradas de Julio Musimessi. De estilo desgarbado, dotado de una gran agilidad, poseía unos movimientos felinos que le permitían llegar a pelotas imposibles -ya sea por arriba o por abajo- pese a su baja estatura. Estas cualidades le valieron el apodo de "El Gato", luego de una asombrosa actuación (según los comentarios de la época, "tapaba todo lo que se venía") en su partido debut con la casaca albiceleste ante el seleccionado de España. Según sus propias palabras, fue el técnico de la selección argentina Guillermo Stábile quien le puso dicho apodo. Además, tenía dos particularidades que lo diferenciaban del resto: no usaba rodilleras y prefería usar las medias bajas, detalles no menores para aquellos tiempos.

Portada de la revista "El Gráfico" Nº 1773 (31/07/1953).
La defensa de la Selección Nacional: Musimessi, Lombardo, Dellacha, García Pérez, Mouriño y Gutiérrez.
(Fotografía extraída del sitio Mercado Libre).

Luego de su debut en el seleccionado nacional frente a España, y gracias a su gran actuación, el por entonces presidente del Real Madrid, Santiago Bernabeu, lo convoca para jugar en dicha institución deportiva. Años después, Julio relataría "...me vinieron a buscar, pero los dirigentes de Boca apelaron a mi sensibilidad de boquense. Me dijeron que por la misma plata tenía que quedarme porque era hincha. Y me quedé...". Estuvo presente en el Club Atlético Boca Juniors desde 1953 hasta 1960. 

Vistiendo la casaca "xeneize", jugó un total de 216 partidos, entre amistosos y oficiales. Como titular en primera división del fútbol argentino jugó 155 partidos (desde 1953 hasta 1959). Su debut oficial en Boca fue ante el Club Atlético Rosario Central el 5 de abril de 1953, donde su equipo igualó sin tantos ante los "canallas". Sin embargo, ya había jugado en dos partidos amistosos (con el Flamengo de Brasil y con San Lorenzo de Almagro). Durante su primer año en el club, las cosas no salieron a la perfección. Pese a incorporaciones interesantes como Eliseo Víctor Mouriño (notable medio eje proveniente de Banfield) y el delantero Rubén Gil, entre otros, la última fecha del campeonato del '53, encontró a Boca en el 7º puesto. 

Sin embargo, fue en la campaña siguiente donde logró conseguir la gloria. El año 1954 fue sin dudas su "gran año". Formó parte de un equipo que trajo una estrella a la institución luego de una década de sequías. La campaña fue exitosa: 21 triunfos, 3 empates y 6 derrotas, con 60 goles a favor y apenas 26 sufridos en la propia valla. Luego de nueve años, Boca salía campeón. A tres fechas del final, Boca le ganó a Huracán por 3-1, y si ganaba en la fecha siguiente contra River, salía campeón. Pero la ilusión de festejar ante su clásico rival se vio frustrada al perder 3-0. Finalmente, en la última fecha del torneo venció a Tigre por 1-0, obteniendo la copa. José "Pepino" Borallo fue el goleador del campeonato con 19 anotaciones, cortándole el tricampeonato que River Plate podría haber obtenido tras haber sido campeón los dos años anteriores. Lo consiguió con los aportes fundamentales de dos figuras: Julio Elías Musimessi y José Borello.




Formación de Boca Juniors que obtuvo el campeonato de Primera División en el año 1954.
(Fotografía extraída del sitio Wikipedia).



Julio Elías Musimessi.
Portada de la revista "El Gráfico" Nº 1841 (19/11/1954).
(Fotografía extraída del sitio Taringa).


Paralelamente en esta época, comenzó a mostrar otras de sus cualidades: el canto. Se presentaba en espectáculos públicos y en audiciones radiales con un programa propio en LR2 "Radio Argentina" de Buenos Aires. Ademas, Julio Musimessi era un habitué del programa radial "La gran payada del fútbol" por "LR4 Radio Splendid" de Buenos Aires, conducido por Juan Monti, uno de los más destacados conductores de la época. A este programa solían ir destacados jugadores y que cantaban bastante bien, como Ubaldo Faina (de San Lorenzo), Gilberto Pascasio Sola (River) y especialmente Julio Elías Musimessi. Luego de hacer los comentarios sobre los partidos recién finalizados, los jugadores invitados dejaban escapar su voz, su talento y su imaginación. A Julio lo presentaban como "Julio Elías Musimessi, el guardavalla cantor". Y fue en el año 1954, y con motivo de la conquista del campeonato, que grabó dos temas: un chamamé de Américo "Lalo" Cipriano y Eduardo Antonio Pauloni titulado "Viva Boca" ("La Fonola Chamamecera" - Selección de discos 78 rpm - Vol. 4) y un vals de Atilano Ortega Sanz llamado "Madrecita querida" ("La Fonola Chamamecera" - Selección de discos 78 rpm - Vol. 3). Ambos quedaron inmortalizados en un disco de acetato de 78 rpm del Sello TK. Para escuchar "Viva Boca" por Julio Elías Musimessi, hacer un click en el siguiente video:


De acuerdo a los registros de SADAIC, Julio Musimessi también fue autor de los temas "A Boca lo queremos" (con Cipriano y Pauloni), "Bienvenido a prime Musimessi" (con Cipriano y Pauloni), "Clodomiro petitero" (con Cipriano y Pauloni), "Glorias boquenses" (con Cipriano y Pauloni), "Mamá" (con José Fuentes), "Me gusta el cha-cha-chá" (junto a Julio Montes y Eduardo Pauloni), "Mi pago querido" (con Carlos Luján y Horacio Martínez), "Partido amistoso" (con Roberto del Pino y Eduardo Pauloni), "Quince estrellas" (con Carlos Luján y Horacio Martínez), "Recuerdos del Cambacuá" (con Francisco Derkahes) y "Si vuelves" (con Ernesto Cucchiaroni).

Y con respecto a "Viva Boca", el tema musical que hoy nos aboca, no podemos dejar pasar por alto otro registro discográfico de dicho chamamé. Fue el que realizó el Cuarteto "Santa Ana" también en el año 1954, con Ernesto Montiel en acordeón y dirección, Francisco "Pancho" Casís en bandoneón, Eduardo Taborda en guitarra y Julio Luján en guitarra y canto. A diferencia de la grabación realizada por Julio Musimessi y su conjunto, en esta versión se destaca la síncopa que le hace el bandoneón de Francisco "Pancho" Casís (Nota: la síncopa es la estrategia compositiva destinada a romper la regularidad del ritmo, por medio de la acentuación de una nota en un lugar débil o semifuerte de un compás). Para escuchar "Viva Boca" por el Cuarteto "Santa Ana" con la voz de Julio Luján, hacer un click en el siguiente video:



"Cuarteto Santa Ana" (año 1954). 
Atrás: Julio Luján y Eduardo Taborda. Adelante: Ernesto Montiel y Francisco Casís.
(Fotografía de Carlos "Mange" Casís).

Don Ernesto Montiel, al igual que muchos otros músicos de aquella época y que buscaban nuevos horizontes en Buenos Aires, se radicó en el barrio porteño de La Boca. Y fue en el famoso Salón "Verdi" de La Boca (ubicado en calle Almirante Brown 736), cuyo dueño era el bellavistense Pedro Mendoza (director de la revista "Iverá"), donde debutó el Cuarteto "Santa Ana" en el año 1942. Demás está decir que don Ernesto fue gran simpatizante del Club Atlético Boca Juniors. También en dicho salón hicieron su debut otras agrupaciones chamameceras como por ejemplo el Conjunto "Tradición" (Lorenzo Valenzuela, Ramón Bernárdez, "Paquito" Ubeda y Héctor Chávez) y el Conjunto "Quevedo-Maidana" (agrupación co-dirigida por Ramón Quevedo y "Toto" Maidana).

El chamamé "Viva Boca" también fue grabado por don Damasio Esquivel ("La Fonola Chamamecera" - Vol. 10), otro confeso hincha de Boca Juniors, que en la década del 30' se mudó de su Rosario natal con toda su familia para radicarse en el barrio de La Boca, para posteriormente vivir allí gran parte de su vida.

Por último, otro fervoroso hincha de Boca fue don Tránsito Cocomarola, a tal punto que a la fachada de su casa en la capital correntina, la hizo pintar con los colores azul y oro. Recordemos que el "Taita", cuando viaja desde Corrientes a Buenos Aires alentado por su amigo Félix Vallejos, se radica en La Boca donde actúa en bares y cantinas del popular y pintoresco barrio.

Volviendo a la vida de Julio Elías Musimessi, en el año 1960 abandona el club de la ribera donde inicia su carrera en el exterior. Continúa en el Green Cross de Santiago de Chile, con el cual logró el campeonato de segunda división. Sin embargo, tiempo después (1961) anunciaría su retiro luego de 18 años de trayectoria.

Revista "Cantando" Nº 81 (año 1958). 
Julio Musimessi anuncia sus deseos de retirarse del fútbol para dedicarse a su pasión, el canto.
(Fotografía extraída del sitio Mercado Libre).


Al retirarse del fútbol, regenteó una cantina en la ciudad de Morón. En 1986, mientras estaba el local para dirigirse a su domicilio, una patota de jóvenes en estado de ebriedad intentó entrar para seguir tomando. Musimessi se resistió y fue gravemente herido por dos balazos. Permaneció varios días internado y recibió la visita de muchos ex-compañeros y rivales, entre ellos el otrora guardameta de River, Amadeo Carrizo. A pesar de las graves heridas sufridas, se pudo recuperar y salir adelante.

El 27 de agosto de 1996 fue internado en el Sanatorio "Agüero" de la ciudad de Morón a causa de un derrame cerebral, donde finalmente falleció en la noche del 4 de septiembre. Tenía 72 años.

Julio Elías Musimessi, un arquero distinto, extravagante, con grandes atajadas sobre sus hombros, de gran personalidad y de un amor hacia el Club Atlético Boca Juniors sin igual. Julio Elías Musimessi, "El guardavalla cantor", "El arquero cantor"...todo un emblema del club que permanece intacto al melancólico paso del tiempo y que revive no sólo en sus recordadas actuaciones deportivas, sino en cada melodía donde resuena su apacible voz.

VIVA BOCA
(chamamé)


Letra: Américo Cipriano
Música: Eduardo Pauloni

Parte I

Yo soy nacido en Corrientes,
la tierra del chamamé,
que lo cantan con cariño
y lo bailan con placer.
Ahora en Buenos Aires
me divierto con amor
cuando voy por los domingos
a ver jugar a un campeón.


Parte II

El cuadro que yo les nombro
tiene camiseta azul
con una franja de oro
y estrellas de norte a sur.
En el arco de mi cuadro
el que ataja es un cantor
que canta porque le gustan
los chamamés de mi flor.


Parte I - Bis

Los que están en las tribunas
a coro cantan con él,
cuando nuestra delantera
los goles suelen hacer.


Coro - bis

¡Boca, Boca, viva Boca!
cantan todos con primor.
¡Dale Boca, viva Boca!,
el cuadrito de mi amor...
¡Dale Boca, viva Boca!
el cuadrito de mi amor...


Fuentes consultadas:

-Wikipedia.org
-Historia de Boca Juniors
-Taringa.net