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sábado, 28 de julio de 2018

Historiando cantares - Siete Higueras

Isaco Abitbol (año 1941). 

SIETE HIGUERAS

Prof. Roberto Gutiérrez Miglio


El chamamé "Siete Higueras" es una de las obras compuestas por Isaco Abitbol (1917-1994) de mayor significación. Esta obra fue importante a nivel personal para su autor y lo fue y aún lo es dentro del género. Isaco Abitbol compuso "Siete Higueras" cuando solamente tenía 19 años de edad. Y pasó a ser una obra famosa, una obra grabada por una gran cantidad de músicos chamameceros, e incluso podría considerarse una obra clásico dentro del género.

La estancia "Siete Higueras" ubicada en el departamento de Alvear, Corrientes, pertenecía a don Garay, padre de María Dorila Garay, primera esposa de José Abitbol, padre de Isaco Abitbol. Cuando don Garay se enteró de que su yerno José Abitbol era judío, prejuicioso el hombre, se ocupó de que, a su fallecimiento, la estancia "Siete Higueras" no llegara a ser de su propiedad. No obstante, con el correr de los años, y ya fallecido don Garay, y fallecida también su hija María Dorila y su esposo José Abitbol, la estancia "Siete Higueras" pasó en propiedad a su hijo "Chelo", sin perjuicio de los derechos correspondientes a sus hermanos también herederos. Finalmente, a la muerte de "Chelo" Abitbol, la estancia quedó en manos del casero de la misma y de sus descendientes.


Isaco Abitbol dejó registrado musicalmente su recuerdo y sus vivencias en la estancia "Siete Higueras", en tanto que su letra recuerda con nostalgia el tiempo que ya se fue y que transcurrió en esa finca de campo, como así también los amores juveniles idealizados a través del tiempo, y los deseos no solamente de retener espiritualmente ese pasado, sino también el deseo de poder regresar al mismo cuando ya el tiempo inexorable transcurrido no puede volver. De esa forma la vivencia queda sublimizada a través de la poesía. Y en el caso de "Siete Higueras", con una comunión de melodía y poesía que permite desarrollar fielmente esa intención musical y poética.


Una de las satisfacciones personales que este chamamé le dio a Isaco Abitbol fue la posibilidad que tuvo de grabarlo al inicio de su larga trayectoria en los estudios de grabación. En efecto, cuando Isaco Abitbol grabó por primera vez, lo hizo con el conjunto de Emilio Chamorro, aunque figurando en la etiqueta del disco y figurando en la empresa grabadora como "Trío Correntino Emilio del Campo". La empresa grabadora era Odeón, y Emilio Chamorro adoptó ese nombre para poder grabar allí, ya que con su nombre verdadero, con el "Trío Correntino de Emilio Chamorro" lo venía haciendo en la empresa RCA Víctor, y por lo tanto no podía grabar simultáneamente en ambas empresas con el mismo nombre y conjunto. Entonces, estando en el elenco de artistas de la empresa RCA Víctor como Emilio Chamorro, para poder estar en la empresa Odeón, se autodenominó "Emilio del Campo".


Y efectivamente, con el "Trío Correntino Emilio del Campo", Isaco Abitbol grabó por primera vez, y lo hizo en dos oportunidades, en dos días cercanos. El primer día de grabaciones fue el 2 de noviembre de 1937 y registró en el disco los temas "Taragüi rapé" y "Che clavel poty", y el segundo día, que el 9 de noviembre de 1937, registró "Cambá Cuá" y "Siete Higueras". Con 20 años de edad no solamente llegó a grabar sino que lo hizo con uno de los temas de su inspiración, "Siete Higueras".


El "Trío Correntino Emilio del Campo" estaba compuesto por Isaco Abitbol en bandoneón y Emilio Chamorro y Constante Aguer en voces y guitarras. No obstante en el segundo día de grabaciones se incorporó Osvaldo Sosa Cordero para decir las glosas de los dos temas que grabaron ese día que fueron "Cambá Cuá" y "Siete Higueras".




Y justamente, en lo que a la glosa del chamamé "Siete Higueras" se refiere, en esta primera grabación de la obra, Osvaldo Sosa Cordero hace una glosa en guaraní (disco compilado "La Fonola Chamamecera" Vol. 8).

Con posteridad, en el año 1979, Isaco Abitbol volvió a grabar con su conjunto el chamamé "Siete Higueras", de manera puramente instrumental, sin canto y sin glosa (álbum "Expresión de mi tierra").



Pero ya antes, el 15 de junio de 1970, "Siete Higueras" había sido grabado por Tarragó Ros y su conjunto (álbum "Mensaje de campo y cielo"), cantando a dúo Gregorio de la Vega y Miguel Fernández, habiéndosele incorporado un recitado a cargo de Oscar Albornoz, que alcanzó mayor difusión que el original de Osvaldo Sosa Cordero.


En cuanto a la coautoría de la obra por parte de Mauricio Cardozo Ocampo, es interesante rescatar que, al margen de la extensa obra autoral de música paraguaya de este autor, "Siete Higueras" es uno de los tres únicos chamamés, juntamente con "Nido sagrado" y "Angélica", que compuso Mauricio Cardozo Ocampo en relación a la música del Litoral.

La letra original de la obra y el recitado incluido por Oscar Albornoz lograron conjugarse en una unidad coherente de belleza y nostalgia.

SIETE HIGUERAS (chamamé)

Letra: Mauricio Cardozo Ocampo y Eliseo Corrales
Música: Isaco Abitbol

Cantado

Lejos de mis pagos quedó el recuerdo
de unos ojazos que eran mi pasión,
y sus miradas que eran hechizos
dejó a mi alma llena de dolor.

Morenita de esos pagos
que eras reina del lugar,
hoy mi alma que te extraña
hasta tí quiere llegar.
"Siete Higueras" de mi vida,
la estancia de mi pesar,
prefiero que me muriera
si hasta tí no he de llegar.

Glosa

A la estancia "Siete Higueras"
va mi recuerdo de amor
evocando aquel paisaje
donde no anidó el dolor.
En una noche de otoño
volveré con mi cantar
para quedarme en el tiempo
que nunca pude olvidar.

Cantado

Volveré algún día, morenita mía,
a cantarte alegre mis rezos de amor,
brillará de nuevo toda mi esperanza,
será tuyo entonces mi corazón.

Grabado por el "Trío Correntino Emilio del Campo", con Emilio Chamorro, Constante Aguer e Isaco Abitbol. Recitado de Osvaldo Sosa Cordero (09/11/37).
Grabado por Tarragó Ros y su conjunto. Tarragó Ros y Andrés Cañete en acordeones, Rodolfo González en bandoneón, guitarras y voces de Gregorio de la Vega y Miguel Fernández. Recitado de Oscar Albornoz (15/06/70).
Grabado por Isaco Abitbol y su conjunto, instrumental (año 1979).

Fuente:
Gutiérrez Miglio, R. 2013. Isaco Abitbol "El patriarca del chamamé" y sus cantores. Ediciones El Reino Guaraní. Buenos Aires. p. 290-293.

lunes, 16 de julio de 2018

Teresa Scarpetto - Entrevista

Hola a todos.
Gracias al amigo Rubén Gallinger, quien gentilmente me hizo saber de este artículo, comparto esta entrevista realizada a la señora Teresa Scarpetto, reconocida poetisa y autora entrerriana. Quizás muchos la recuerden por ser autora de los versos del chamamé "Pagos del Litoral", y que posteriormente don Ernesto Montiel musicalizara. El tema fue grabado por primera vez el 11 de noviembre de 1957 por el Cuarteto "Santa Ana" con la voz de Roberto Galarza.
Aquí, la entrevista realizada por Silvio Gorge y Héctor Luis López, a traves de los micrófonos de FM RIEL de la ciudad de Basalvilbaso (Entre Ríos).
Hasta pronto.
Pablo


"EL CHAMAMÉ ESTÁ SIEMPRE EN MI CORAZÓN"



Hiria Teresa Scarpetta, conocida artísticamente como Teresa Scarpetto, es una destacada poetisa y autora, nacida en Altamirano Sur, Departamento Tala, Entre Ríos.


Teresa Scarpetto junto a un ejemplar de la revista "Iverá" en cuya tapa se encuentra su esposo "Cacho" Arriola

Desde temprana edad se interesó por la música del Litoral escuchando audiciones radiales conducidas por Polito Castillo o Pirca Rojas, comenzando entonces a escribir informalmente letras para obras instrumentales que en principio fueron difundidas en los programas de los mencionados realizadores, pero a comienzos de los años '50, las poemas fueron publicados en la revista nativa "Iverá", lo cual marcaría un antes y un después.

Tras vivir la niñez y adolescencia en la zona rural de Líbaros, precisamente en Colonia La Joya se radica en Basavilbaso, en una casa de la esquina de Manzur y 3 de Febrero, hasta que se muda a Buenos Aires, donde conoce al acordeonista "Cacho" Arriola - posteriormente su esposo y padre de Sergio, su único hijo-, quién la relacionó con destacados cultores del género chamamecero.

El miércoles 11 de julio, Silvio Gorge y Héctor Luis López, a traves de los micrófonos de FM RIEL tuvieron la oportunidad de hablar con la creadora entrerriana quién con gran emoción manifestó: "es una gran alegría poder hablar con gente de Basavilbaso, mis pagos, viví muchos años en ese lugar, donde descansan los restos de mis padres y mi marido, porque pensaba volver. Si bien nací en Altamirano Sur, soy un poco de aquí y allá…".

La "Negra" -como le dice con cariño su amiga Teresa Larrosa- era una gran anfitriona -junto a sus padres Solindo Scarpetta y Eleuteria Villaverde, y "Pitina", su hermana- recibía en el comedor "ovalado" de la casona -entre otros- a Tarrago Ros, Mario Millán Medina, Ernesto Montiel y Coco Diaz. "En lo del fotógrafo Mendoza, en Manzur al fondo, era muy frecuente ver a la "Negra" con sus amigos músicos...en uno de esos "viajes" ella me presentó a quien sería su amado esposo, un correntino "churro", al que le pedimos que la cuidara, porque era una gran mujer", contó Larrosa.

"Lo conocí cuando integraba el Cuarteto Esperanza, yo no era muy enamoradiza, pero me cayo bien. Él era muy bueno, por eso murió joven, tenía 39 años. No puedo escuchar sus discos, porque lloro mucho, y así me pasa con todos. Pero el chamamé está siempre en mi corazón…", dice Scarpetto.

Luego al ser consultada sobre sus comienzos Teresa recordó: "apareció en mi vida la revista "Iverá", y me agradó porque a mí siempre me gustó la música del Litoral, comencé a leerla y empecé a escribir sobre lo que leía". Pero entre recuerdos Scarpetto siente gratitud de que "mis chamamés, gracias a Dios, todavía andan bien...siempre me encuentro con gente que me dice escuché -entre otros- "Pagos del Litoral", pero acá en la Capital Federal se pasa muy poco folklore, en la provincia sí…".

Emocionada al rememorar sus años felices en Colonia La Joya afirma: "tengo muchos recuerdos de ese lugar, vivimos mucho tiempo en esa linda casa, pero luego mi padre se la vendió a un tío del actual Presidente de la Nación (Mauricio Macri) y nos fuimos a vivir a "Basso"; les cuento que me habían puesto en la Comisión de la Escuela en la Colonia (La Joya) y llevamos a muchos músicos, pero Tarragó Ros fue una novedad…".

Fue muy emotivo poder hablar con Teresa Scarpetto, la creadora de muchos éxitos, como "Pagos del Litoral", "Cantar del Paraná", "Sin tu amor", "Canción de mis pagos", "Espejos del Paraná", "A Ernesto Montiel", "Mis cantares", "Nací en el pago" y "Sé que volverás", entre otros; títulos compartidos con celebrados músicos como Luis Casafuz, Julio Luján, Ramón Bermúdez, Anselmo Luque, Juancito "El Peregrino", Adolfo Barboza, Eduardo Miño, Carlos Talavera y Ernesto Montiel. Teresa Scarpetto, poetisa y autora entrerriana.

Artículo extraído del sitio web de FM Riel, Basavilbaso, Entre Ríos, Argentina
Domingo 15 de julio de 2018

Para conocer más:
Historiando cantares - Pagos del Litoral
Historiando cantares - Eterno imposible
Cacho Arriola - La moda del chamamé

domingo, 14 de enero de 2018

Historiando cantares - Tiempo de reencuentro

Hola amigos.
En el año 1986, Ricardo "Tito" Gómez junto con los hermanos Joaquín "Gringo" y Miguel Angel "Michel" Sheridan se desvinculaban de "Los de Imaguaré" dando origen al "Grupo Reencuentro", en compañía del "Bocha" Santiago Sheridan (recién repatriado desde Asunción del Paraguay) y Orlando "Carozo" Gutiérrez. Comenzaron con el nombre de "Quinteto Reencuentro". Con esta agrupación grabaron los dos primeros discos: "Neike chamigo" y "El canto de nuestra gente". Más tarde "Carozo" Gutiérrez abandonaría el grupo para ser músico de Teresa Parodi y daría lugar a Carlos Miño.


El chamamé "Tiempo de reencuentro" fue compuesto por Ricardo "Tito" Gómez y fue grabado en 1986 formando parte del álbum "Neike chamigo" del "Grupo Reencuentro". Al momento de su grabación, la agrupación estaba conformada por Miguel Angel "Michel" Sheridan (1ra. voz, dúos y guitarrón), Orlando "Carozo" Gutiérrez (1ra. guitarra), Joaquín "Gringo" Sheridan (bandoneón y acordeón de dos hileras), Ricardo "Tito" Gómez (dúos, 3ra. voz y guitarra) y Santiago "Bocha" Sheridan (1ra. voz y 3ra. alta). Como músicos invitados estuvieron Mateo Villalba y Oscar Alem.

Ricardo "Tito Gómez

Ricardo "Tito" Gómez en su libro autobiográfico digital "De las musas en mi vida" (Capítulo XIV) relata cómo nació su chamamé "Tiempo de reencuentro".


Al respecto, "Tito" afirma que "...soy el único autor de "Tiempo de reencuentro"....la compuse a solas en una madrugada en un viaje en tren a Corrientes capital. Después permití que el "Gringo" Sheridan firmara la declaración ante SADAIC de que también era suya…por generosidad hacia aquel amigo de la infancia… solo fue eso…. ESA NO ES LA VERDAD… Me pertenece solo a mí y pongo a Dios por testigo en esto…"


TIEMPO DE REENCUENTRO

El lunes 7 de enero de 1986, de madrugada, estaba con mi equipaje en la estación Mercedes del Ferrocarril General Urquiza esperando el tren "El correntino", que todavía hacía Buenos Aires - Corrientes. Éste venía atrasado y lo tomé como a las 01:30 hs y como saqué pasaje de primera, el vagón estaba a oscuras, repleto de gente durmiendo. Vale decir que me esperaba un largo viaje de pie. Acudía al primer encuentro con Joaquín "Gringo" Sheridan para dar forma a mi proyecto, el que se transformaría luego en el “Grupo Reencuentro”. Durante ese viaje, sentí la necesidad de preparar algún tema nuevo para el primer ensayo. Me brotó de pronto la melodía de un tema instrumental y hasta su nombre: “Tiempo de Reencuentro”, el que fuera luego el primero de una larga lista. En el viaje en tren, para este primer ensayo, me preguntaba qué temas haríamos con este nuevo grupo ya que no tenía nada compuesto para él; y en este punto me detengo para hacer notar mi pérdida del sentido de pertenencia de las canciones grabadas por "Los de Imaguaré" o sea la pérdida de lo inherente a mí, a mi propia creación, esas canciones… eran de "Los de Imaguaré". Esa situación me iba preocupando en el viaje; ¿qué tocaríamos? En el tren, camino a Corrientes comencé la creación "in mente", (ya que no tenía guitarra) de una melodía para estrenar en ese primer ensayo. Me proponía conseguir que la misma sonara en síncopa, para diferenciarla de todo lo que había compuesto hasta entonces; porque repito, quería que de allí en más, todo fuera diferente, superior. También mentalmente le incorporé los acordes y cuando tuve todo eso armado en la cabeza, el resultado me encantó. Mi preocupación consistía en no olvidar la melodía- ¡no tenía guitarra ni grabador! Entonces en pleno fervor creativo, comencé a tararearla despacito para fijarla en la mente y luego cada vez más fuerte. Me parecía una verdadera joyita que sonaría maravillosamente en el bandoneón del "Gringo". Como suele suceder con la mayoría de las genialidades, tropecé con la incomprensión: los pasajeros, entre chistidos y calificativos, protestaron: ¿quién es ese loco que va gritando mientras todos estamos durmiendo? Sin amilanarme, proseguí mi canto, pero ya en voz muy baja. Si prestan atención al escuchar "Tiempo de reencuentro" notarán que el acompañamiento imita el ruido que hace el tren al pasar las juntas de los rieles, ese fue el elemento rítmico que me acompañó a la hora de crear. Cuando llegué a la terminal, cubrí casi corriendo las dos cuadras y media que me separaban de la casa de “Gringo”. Cuando éste abrió la puerta ante mis golpes desesperados, le grité: "¡Gringo, Gringo, sacá tu bandoneón yá, que tengo una música y no me la quiero olvidar!". Se la canté nota por nota; y sólo descansé, cuando él la tuvo fijada en su instrumento. Fue ese, el primer tema que grabamos en nuestra primera placa “Neike Chamigo” en el sello Odeón, en otoño del '86.


Continúa "Tito" Gómez diciendo: "Y para que vean que hay otros músicos capaces de tocarla tan bien o mejor que el "Gringo", subo acá la versión inédita de Rudy y Nini Flores que la hicieron muy suya en una versión que se llama inédita porque está grabada en un estudio pero no está en ningún disco de ellos."

"Tiempo de reencuentro" en versión de los hermanos Rudy y Nini Flores.

"Tiempo de reencuentro" en versión de "Grupo Reencuentro" (1er. disco).

"Tiempo de reencuentro" en versión de "Grupo Reencuentro". Actuación en vivo en "Video Cable" de la ciudad de Bella Vista, Corrientes, 8 de septiembre de 1989 (minutos antes del trágico accidente). Músicos: "Tito" Gómez, Carlos Minño, "Gringo" Sheridan y "Michel" Sheridan.

lunes, 17 de julio de 2017

Historiando cantares - El burro

Hola mis amigos.
En esta oportunidad quiero compartir la historia del clásico chamamé de don Mario Millán Medina (1914-1977): "El burro". 
El texto fue extraído del libro "Mario Millán Medina, el cantor chamamecero. La otra lectura de sus canciones", excelente obra del profesor Enrique Antonio Piñeyro quien realiza un exhaustivo análisis de esta composición, la cual va más allá del mero sentido humorístico que tiene la letra. En palabras del profesor Piñeyro, fue uno de los temas de Millán Medina "más controvertidos y menos comprendidos".
Aquí la historia y el análisis de este clásico del cancionero litoraleño.
Hasta la próxima.
Pablo


Don Mario Millán Medina
(fotografía gentileza del Sr. Rubén Diez, Goya, Corrientes)

Profesor Enrique A. Piñeyro

Uno de sus temas más controvertidos y menos comprendidos, sin lugar a dudas, fue el chamamé "El burro". Se presentan en él los tres encuadres que nos permitirán conceptualizar el verdadero sentido metafórico de carácter agreste, vulgar y hasta prosaico de sus versos. Afirmarnos que se necesita "la otra lectura", es decir, una mirada diferente para traducir la interacción "significado-significante" que el texto propone.

En síntesis, "El burro" es una figura animal que equivale, en este tema, al hombre que por su edad ya entrada en los 70 años no posee las destrezas, habilidades, cualidades y fuerza física para encarar el trabajo de campo. Las tareas que cuando joven asumiera tenían requerimientos especiales y específicos.

También su vigor sexual se ve menguado y solo le resta "durar un poco más", mientras se lamenta y se compadece de su declinación, que la considera lógica en su vaga conceptualización biológica.

El mismo Millán Medina explicó a un estudioso de Goya, profesor en Letras y eminente investigador, el profesor Bernardo Ranalletti, que "...un anciano, mencho correntino, muy capaz en su vida de tropero, domador y puestero, fue quien en una charla le dijo una vez: "y aquí ando, viejo y rengo, lamentándome como el burro viejo" y agregó "...ya no puedo hacer lo que antes podía, para vivir aquí en el campo...ni las changas me dan...dicen que ya no sirvo ndayé...". Otros datos sobre este diálogo lo reseñaremos con posteridad a la transcripción de los versos del citado chamamé para lograr una mayor comprensión del texto.

De este diálogo toma la idea y surge la concepción de una filosofía de carácter existencial. El cantautor emplea un lenguaje lírico para explicar esta etapa de declinación finita y mortal del "avá", toma la realidad del hombre y sus circunstancias.

El tema musical citado traduce en tres minutos de versos y melodía el símbolo e imagina la situación vivencial que requiere un metalenguaje y una decodificación del contenido que lo expresa.

La canción, con  melodía y ritmo de chamamé, destinada al consumo masivo del oído y mentalidad del paisano correntino, lleva a Millán Medina a establecer en un vocabulario comprensible y popular que conduce a re-pensar la vida del paisano.

Los intentos para calificar este vocabulario conforman una estructura del lenguaje que a primera vista se evidencia como de un pintoresquismo lingüístico, propio del hablar vulgar del correntino. En la actual filosofía y antropología se denomina "Desconstrucción del lenguaje" e "Interpretación estructural de la metáfora", como lo explican Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Jacques Derrida y otros.

Por lo tanto, este tema musical nos invita a realizar "la otra lectura", que acentúa la interpretación más allá de lo real y nos introduce al universo imaginario y simbólico, del mágico vocabulario popular que posee el habla del correntino y que merece realmente un análisis del carácter integral.

Transcripción de los versos del chamamé de Mario Millán Medina:

EL BURRO (chamamé)

(registrado en SADAIC el 07/07/52)

Letra y música: Mario Millán Medina

Me llaman don Policarpo
porque soy el burro viejo.
Me quieren sacar del puesto
porque hay pocas aguadas.
Yo prefiero la manada
aunque no haya capií.
Me voy a quedar aquí
para morir en mi ley,
en mi ley debo de morir...

Yo soy animal del campo
y mi vida es muy agitada.
Metido en la manada
al lado de la madrina.
Si es que le hago cosquillas
ya me da una pateadura.
Levanto mi caradura
y ya le empiezo a rebuznar,
y le empiezo a rebuznar...

Yo siempre seré mentado
en cualquier estancia honesta.
Pasaré los alambrados
aunque me pongan horqueta.
Me tuzan a la mandioca
con la cola bien pelada.
Igual voy a quedar aquí
metido entre la manada.
En mi ley debo de morir,
en mi ley debo de morir...


EL DIÁLOGO QUE INSPIRÓ AL COMPOSITOR

Se transcriben a continuación los fragmentos del diálogo que motivaron a Mario Millán Medina para escribir los versos de la composición "El burro".

"Me llamo Policarpo Araujo, tengo 70 años ya...soy puestero (1) de este campo y porque ya soy viejo me quieren sacar del "puesto" donde vivo hace como 35 años ya...Me dijieron (2) que en este campo del patrón ya no hay "aguadas" (3) para tomar las 800 cabezas de ganado del dueño...Pero eso es mentira...Aunque no haya "capií" (4)...pasto eso...yo me voy a quedar aquí, trabajando en lo que puedo...para morirme en mi ley de correntino...en mi forma he de morir pue (5)...siempre fui "mencho avá" (6) y puestero...en este mi rancho...Yo pronto fui nacido y criado en el campo y mi vida, fue de siempre, de mucho trabajo...Fui tropero, domador, marcador en yerra, pialador, boyero y...después a la (7) final nicó soy puestero...cuidador del puesto cuatro de esta estancia que se llama "Santa Lucía", del campo del patrón karaí caté (8)...esto co es Lavalle (9)...Siempre estuve metido entre la manada (10), entre hombres menchos y antes siempre de a caballo...Cuando era joven jue yo (11) hago yunta (12) con los avá de trabajo...Me arrimaba jue tamién (13) a las guaynas (14)...en los bailes y la musiqueada...yo sabía jué estar entre las kuñá (15)...nunca fui un caradura...siempre miré de frente y sé ser hombre respetuoso con las mujeres...Trabajé mucho en mi vida y fui pronto honrado...por eso soy mentado (16) en cualquier estancia honesta (17)...soy fiel y honrado y sé defender lo mío aunque ahora me quieran poner "la horqueta" (18) por el cuello y como a los caballos me quieren tuzar a la mandioca (19)...me quieren hacer pronto de los Autonomistas...creen que van a judear por mí (20)...creen que porque ya soy viejo ya no sirvo y me van a llevar de aquí para allá...pero yo igual pronto me voy a quedar aquí...metido entre los avaité (21)...y en mi ley he de morir, así como de siempre jué (22)...fui hombre de trabajo...

REFERENCIAS: vocabulario de uso rural en Corrientes.

(1) PUESTERO: el designado para habitar el puesto. El que vive en el puesto. Cuidador de una zona o parcela de la estancia.
(2) DIJIERON: dijeron.
(3) AGUADAS: lagunas, pasos de agua, tajamar, etc. Lugar donde beben agua los animales (vacunos, equinos, lanar, etc.). Puede ser natural o excavada para recoger agua de lluvia o por canalización de alguna laguna cercana.
(4) CAPIÍ: paja, pastizal, pasto blando, comida del ganado vacuno y equino.
(5) PUE: pues.
(6) MENCHO AVÁ: hombre mensual, empleado de las estancias correntinas. Puede trabajar en diversos quehaceres: tropero, domador, en yerras, boyero, pialador, puestero y otras actividades que requieren habilidades y destrezas especiales.
(7) A LA FINAL: al final.
(8) KARAÍ CATÉ: señor rico.
(9) ESTO CO ES LAVALLE: esto es el departamento Lavalle, Corrientes.
(10) MANADA: se aplica generalmente al rodeo o conjunto de equinos. Aquí se trata de una metáfora que refiere al grupo de hombres que trabajan juntos en la estancia.
(11) JUÉ YO: yo fui.
(12) HAGO YUNTA: hago pareja o dúo para trabajar.
(13) TAMIÉN: también.
(14) GUAYNAS: mujeres jóvenes.
(15) YO SABÍA JUÉ ESTAR ENTRE LAS KUÑÁ: yo sabía siempre estar entre las mujeres en forma decente, respetuosa.
(16) MENTADO (de mentar): que tiene buena fama.
(17) ESTANCIA HONESTA: estancia donde se trabaja legalmente.
(18) HORQUETA: es un pedazo de rama (generalmente de guayabo, tala o guayaiví) con un ángulo agudo (con sus lados o brazos de más de 80 cm cada uno), al que se le hace un agujero en el mango o parte de donde nace la horqueta (de unos 40 cm). Utilizado como herramienta para estirar los alambrados. Este palo o trozo de madera se usa también para colocar atado al cuello de los animales (vacunos, sobre todo) que tienen por hábito atravesar los cercos e introducirse en los plantíos, chacras, campos, etc., y se les coloca para evitar que crucen los alambrados de campos ajenos.
(19) ME QUIEREN TUZAR A LA MANDIOCA: acción de cortar la crin y cola del caballo (tuzo). En la zona rural de Corrientes el tuzo de los equinos denotaban la opinión política del jinete o propietario. Los del partido político "Liberal" (Azules) le dejaban cerquillos sobre la cara en el tuzo de la crin y la cola larga. Los del partido "Autonomista" (Colorados), como partido político contrario, dejaban la crin al ras y la cola tuzada al palote o a la mandioca. 
(20) JUDEAR POR MÍ: quieren jugar conmigo, con mi pensamiento político.
(21) AVÁ ITÉ: los hombres verdaderos, de trabajo.
(22) ASÍ COMO DE SIEMPRE JUÉ: así como siempre yo fui, mi manera de ser siempre.
(23) (Expresión usada en los versos) METIDO ENTRE LA MANADA (ver referencia N° 10), AL LADO DE LA MADRINA. Madrina: yegua tutelar que lleva colgado del pescuezo un cencerro para indicar su presencia a la tropilla o conjunto de animales yeguarizos o de caballos mansos, acostumbrados a andar siempre juntos y obedecer la dirección de la "madrina", orientado por el arreador.

Aquí el compositor consigna una costumbre que refiere a la "obediencia para ejercer el trabajo de campo, siguiendo las órdenes del capataz u orientador del grupo de tareas que en cada caso le requieran".

CONFIGURACIONES ACLARATORIAS

Estas voces, giros idiomáticos, modismos, regionalismos, lenguaje rural, yopará (fusión mestiza del guaraní y el español), metáforas, metalenguaje, códigos verbales y palabras que poseen significaciones especiales, tienen que ser asumidas de acuerdo con el matiz y la oportunidad dónde, cómo y cuándo se la expresa.

Caben en la verificación del compositor Mario Millán Medina, de una manera específica, casi secreta, que requiere una necesaria decodificación. Este cantautor emplea con sutileza y evidente conocimiento lingüístico muchas ideas para estructurar cada una de las palabras de sus versos, que luego las musicaliza adecuadamente.

Quien desconoce la verdadera historia real que se esconce detrás de cada estrofa, no logra interpretar esta canción. Las diversas versiones grabadas que hemos escuchado en ejecuciones discográficas de varios cantantes, no trasuntan el real significado que este chamamé expresa. Las vivencias del peón rural en Corrientes son captadas por el compositor de una manera integral, y en cada verso, evidencia una determinada situación psicosocial, económica y cultural digna de ser analizada.

Hans-Georg Gadamer en su libro "Arte y verdad de la palabra" (Editorial Paidós, Buenos Aires, 1998), en el Cap. 7 "Los límites del lenguaje", consigna: "La poesía es una gran instancia que permite experimentar el carácter propio y extraño del lenguaje"..."Esto mismo le pediría yo al intento de decir con palabras propias lo que ha pensado otro (en sus versos) y lo que aparece entre nosotros con un ropaje lingüístico distinto, ya sea como palabra o como texto...".

Y concluye..."me gustaría aludir, como límite del lenguaje, a lo que está por encima de lo lingüístico, al límite más allá del cual está lo no dicho y quizás, lo que nunca podrá ser expresado".

Futuras investigaciones referidas al mencionado compositor podrán determinar, con mayores méritos, las confusiones que pueden emerger de sus versos, sino se consideran que los mismos, en sus entrañas, poseen un orden estructural con una fuerte raigalidad y con funciones notorias referidas a la genuina identidad correntina.

viernes, 7 de abril de 2017

Historiando cantares - El conseguidor

Mario Millán Medina

EL CONSEGUIDOR

Por el Profesor Enrique A. Piñeyro

Este chamamé, letra y música de Mario Millán Medina, hace referencia a un personaje que existió y él lo conoció en una oportunidad. Su nombre era BENITO ALBORNOZ, de origen muy humilde, quien al quedar huérfano de padres fue criado desde muy niño por unas hermanas de apellido GOROSITO que vivían en una chacra de su propiedad, en el paraje Crucecitas, departamento Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Luego, ya joven, Benito recorría el pueblo cercano vendiendo huevos "caseros", gallinas, hortalizas varias, fruto del trabajo en la chacra de sus madres adoptivas. Todos los habitantes de la zona utilizaban en realidad el apodo de "GOROSITO", pues su nombre y apellido verdaderos eran desconocidos. Provenía indudablemente de quienes generosamente lo habían recogido y lo trataban como a un hijo. 

En una oportunidad, un vendedor de Lotería de Entre Ríos, le ofrece un "entero" convenciéndolo que de esta manera se haría rico, saliendo de su pobreza. Benito compra el billete y sucede el milagro. Su número, elegido al azar, es premiado con la denominada "La Grande", máxima cantidad de dinero del sorteo. Transformándose desde ese día en un verdadero millonario. Esto ocurre en la década de 1950. Sus progenitoras sustitutas le ayudan a invertir el dinero y le compran un extenso campo en la zona y muy pronto inicia la compra de animales vacunos, transformándose en un ganadero de prestigio. Se erige en "patrón" y su generosidad era muy reconocida. Cada cierto tiempo organizaba en su "estancia" con musiqueada chamamecera y baile en la que el ya famoso "Gorosito" intentaba pre-seleccionar a la quien sería su futura esposa. El término utilizado era "conseguir la pretendienta". Quien tenía éxito en la conquista amorosa era un "conseguidor".

Millán Medina narra esta situación ya que en una oportunidad fue contratado por el ya famoso "Gorosito Albornoz", como cantor con su conjunto musical a uno de estos "bailes comprados". Así se denominaba porque "el dueño de casa era el comprador del baile", era quien pagaba a los músicos, toda la comida (asado y gustosos platos criollos del arte culinario correntino), la bebida en abundancia y asumía decisiones para elegir la "dama casadera". La numerosa concurrencia invitada, de toda la zona o "pagos" cercanos interpretaba aquella "musiqueada" como un genuino "festejo con chanzas". Esto incluía "chamamé con bastonero y con relaciones", "chamamé con premios", "concurso de zapateo chamamecero" y otras "licencias" (en la Castilla Antigua era: "La facultad o permiso para hacer una cosa / Abusiva libertad para decir u obrar". Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, Madrid, 1970, 19° Edición). Artilugios que conforman actitudes propias de una idiosincrasia peculiar y campiriña del pasado correntino rural. Eran costumbres de "otros tiempos". El hecho ocurre en 1950, es decir más de 60 años atrás. Hoy todo esto ha cambiado y es historia olvidada. Millán Medina recopila, escribe la letra en versos, narra y canta en 3 minutos aquella historia donde confluyen personajes reales, usanzas añosas de las "conquistas amorosas y de apareamiento", de posibles "amoríos, romances y casorios". Todo esto conlleva la "chamameceada con festejos". Maneras de "ser y estar" que es producida por "obligaciones". Respetuoso comportamiento de "los damos con las damas" preparadas para "el encuentro o romance" al participar en la "musiqueada comprada". Eran solamente las ocasiones propuestas por el "patrón del lugar y del baile", como las "chanzas" que permitían ciertas "licencias".

De acuerdo con los versos de Millán Medina, Gorosito logra conseguir a una guaina. Los versos dicen..."Había en el pago una linda guaina/ a quien a ella nadie le apalabró/ y fue bailando este chamamé/ que Gorosito la conquistó..."/. Los asistentes persuadidos del hecho exclaman: "¡No tenés guaina Gorosito!". Y agregan luego una explicación breve "Mirá pues la que decía que no/ se va dormida en sus brazos/ rendida al Conseguidor...". Y finaliza el tema musical con la expresión de alegría o zapateo de Benito y la estrofa consigna: "Zapatea el que ha conseguido/ ella se zarandea muy despacito/ no falta ya quien le diga/ "¡no bailás nada Gorosito!".

Nota: "El conseguidor" fue inscripto en SADAIC el 24/12/1974.


EL CONSEGUIDOR (chamamé)


Letra y música: Mario Millán Medina


Cuando se toca este chamamé
hasta los viejos paran la oreja
y cuando empieza ya su compás
por sacar la dama se atropella.

El más bailado de todo el pago
porque le llaman "El Conseguidor",
al que no baila se lo lleva preso
y hablar la dama es obligación.

No se respeta al bastonero,
a la casada, ni a la soltera,
a toda se la apalabra
y se convencen hasta las viejas.

Zapatea el que ha conseguido,
se balancea muy despacito.
No falta ya quién le diga:
"¡No bailás nada, Gorosito!".

Cuando se toca este chamamé
se ruborizan algunas guainas,
y entre que bailan y que no bailan
van de "siñuelo" las veteranas.

Allá en el pago una guaina linda
que nunca a nadie lo aceptó
y bailando este chamamé
pues Gorosito la convenció.

"¡No tenés guaina, Gorosito!",
mirá la que decía que no...
se va bailando en tus brazos,
rendida al Conseguidor.

Zapatea el que ha conseguido,
se balancea muy despacito.
No falta ya quién le diga:
"¡No bailás nada, Gorosito!".







sábado, 11 de marzo de 2017

Historiando cantares - Niña del ñangapirí

Hola amigos.
Con el permiso del maestro Ricardo "Tito" Gómez, comparto este relato escrito por él en donde cuenta la historia de la melodía del chamamé "Niña del ñangapirí". Pero antes quiero dejarles un poco de la historia de su paso por dos agrupaciones que fueron fundamentales para expresar toda su creatividad artística musical.

LOS DE IMAGUARÉ

El grupo "Los de Imaguaré" nació el 5 de julio de 1977. En el año 1978, el conjunto estaba integrado por Julio Cáceres (guitarra y voz), Joaquín "Gringo" Sheridan (bandoneón y acordeón), "Pocholo" Airé (guitarra) y Roberto Galarza (guitarrón). "Pocholo" Airé se va y cuando surge la propuesta de una grabación (el 1er. disco larga duración), Cáceres y Sheridan viajan a Buenos Aires con Oscar "Cacho" Espíndola (invitado solamente para esta grabación) y Roberto Galarza para grabar "Viajeros de sueños" en agosto de 1978. En este disco aparece por primera vez "Niña del ñangapirí" cantado por Julio Cáceres. A pesar de no integrar todavía el grupo, "Tito" Gómez era el principal melodista de los versos de Julián Zini. De los 12 temas grabados, la autoría de "Tito" Gómez aparece en 6 temas ("Desde la patria chica", "Canto agradecido", "Niña del ñangapirí", "Nuestros sueños y la distancia", "A orillas de tu silencio" y "A un amigo verdadero").
En octubre de 1978, Roberto Galarza se retira y se integra Carlos Núñez. Con él presentan el disco en giras por todo el país. En octubre de 1978 también se integra Ricardo "Tito" Gómez, quedando entonces conformada la agrupación de la siguiente manera: Cáceres, Sheridan, Núñez y Gómez, quienes graban el 2do. trabajo titulado "El camino del amor". Carlos Núñez se aleja, se reintegra nuevamente "Pocholo" Airé y graban el 3er. disco titulado "Chamamecero" en julio de 1980. Posteriormente, se va "Pocholo" Airé y entra Rudy Flores y graban el 4to. disco "Nuestro canto" en 1981, siendo éste el último disco en el que participa "Tito" Gómez con "Los de Imaguaré".


"Los de Imaguaré". Año 1979. Julio Cáceres, Carlos Núñez, "Tito" Gómez y Joaquín Sheridan.


REENCUENTRO

Años más tarde, en 1986, Ricardo "Tito" Gómez se "reencuentra" con el  "Gringo" Sheridan (habían sido compañeros de grupo en "Los de Imaguaré") y forman el "Grupo Reencuentro" junto también a los hermanos Miguel Angel "Michel" Sheridan y Santiago "Bocha" Sheridan, más Orlando "Carozo" Gutiérrez (los hermanos "Gringo" y "Michel" Sheridan habían dejado "Los de Imaguaré" en el año 1985). Con esta agrupación grabaron los dos primeros discos "Neike chamigo" (1986) y "El canto de nuestra gente" (1987). Más tarde se va "Carozo" Gutiérrez y entra Carlos Miño. Con esta nueva agrupación graban "Por el viejo camino" (noviembre de 1988), siendo el último disco que graban los hermanos Sheridan ya que fallecen trágicamente en 1989 en Bella Vista. En el año 1992, el grupo graba el disco "Al fin de cuentas" y acá aparece nuevamente "Niña del ñangapirí" con las voces de Santiago "Bocha" Sheridan (1ra. voz), Mario Prieto Linares (2da. voz) y "Tito" Gómez (3ra. voz), más el acompañamiento de "Pocholo" Airé en guitarra y Roberto Romero en acordeón. Este fue el último disco de "Reencuentro" en el que participó "Tito" Gómez. Posteriormente, el grupo graba el último trabajo titulado "Por este sueño azul" (año 1993) con otros integrantes (Santiago "Bocha" Sheridan, Mario Prieto Linares, Ramón "Pocholo" Airé y "Ricardito" Silva).



Grupo "Reencuentro" (Año 1987). De izquierda a derecha: Miguel Angel "Michel" Sheridan, Carlos Miño, Joaquín "Gringo" Sheridan, Ricardo "Tito" Gómez y Santiago "Bocha" Sheridan.


Resumiendo...

Participación de Ricardo "Tito" Gómez en grabaciones con "Los de Imaguaré":
"El camino del amor" (1979)
"Chamamecero" (1980)
"Nuestro canto" (1981)

Participación de Ricardo "Tito" Gómez en grabaciones con "Grupo Reencuentro":
"Neike chamigo" (1986)
"El canto de nuestra gente" (1987)
"Por el viejo camino" (1988)
"Al fin de cuentas" (1992)


NIÑA DEL ÑANGAPIRÍ

Por Ricardo "Tito" Gómez

Corrían los años '70 y siempre apasionado por las motos, me enteré que había llegado una al pueblo, fui a verla y me quedé muy loco, más que de costumbre. Yo ya tenía una, muy maltrecha de tanto correrla pero ésta era cero kilómetro y sabía que si la compraba la iba a poder preparar para las carreras de motos que siempre fueron mi pasión, paralelamente con la música. Tan maravillado me tenía esta máquina, que me iba todas las noches a mirarla a la mueblería de Seiguer con un temor parecido al pánico para que nadie me la comprara. Además, sabía, que de vender la mía podría comprarla con el dinero obtenido por esa venta a crédito porque don Seiguer ya me había financiado la primera moto y yo había cumplido con regularidad las cuotas, o sea, que tenía el crédito asegurado para la nueva. Entonces puse un aviso en el diario y en esa espera estaba cuando me llamó Julián para que fuera a la Iglesia Las Mercedes, de mi pueblo adoptivo de Mercedes, soy nacido en la Liverpool del chamamé o sea, Curuzú Cuatiá, gracias a Dios. A regañadientes fui y me dijo que quería que le pusiera música a un nuevo poema, ya que él, me había elegido como su melodista, era su elegido, cosa que no me resultaba tan simpática en ese momento motoquero en el que estaba, como diría el genio escritor de mi hermano Bosquín Ortega, vivía mis locuras "equidistante de manubrios y diapasones". Entonces tomé la guitarra y le puse la música de la primera parte y me asaltaron las ganas de saber si podía concretar la operación de la moto nueva; resultado... quedó la melodía por la mitad y le dije: "me voy Julián porque tengo que hacer". En el altillo que queda frente a la Iglesia de Las Mercedes, donde nos reuníamos todas las tardes a ensayar "Los Hijos del Paiubre", se juntaron Joaquín "Gringo" Sheridan, Francisco Cerimele, Carlitos Núñez, Julio Cáceres y el propio Julián Zini, a tratar de completarla con la música del estribillo. Después de vanos intentos infructuosos ya que los versos de "ese estribillo" tenían una métrica bastante larga que requería un desarrolllo melódico importante, no lo podían terminar. Entonces Julián dijo: "acá hay una sola salida, hay que llamarlo a Tito" y alguno de los allí reunidos le dijo: "vo´ nomá sabé que el loco va a venir, si está desesperado tratando de vender su moto". Entonces Julián con una sonrisa socarrona contestó: "ya vas a ver cómo va a venir". Yo estaba plastificado al lado del teléfono esperando que me llamaran para comprarme mi vieja moto, entonces apenas sonó el teléfono, con toda premura levanté el tubo y del otro lado que escuché? La voz de Julián que me decía: "vení rápido para acá que aquí hay un comprador para tu moto". Las cuadras que me separaban de la Iglesia eran apenas metros para mi ansiedad. Iba en la vieja moto a todo lo que daba, despreciando la aceleración, los frenos, y pensándome regresando en la nueva máquina. Cuando llegué al altillo, le pregunté a Julián: "¡¡¿Dónde está el comprador de mi moto?!" y respondió él: "En seguida viene, fue a hacer una diligencia y ya vuelve". Me puso una guitarra en los brazos, la letra enfrente de los ojos y encendió un grabador diciendo: "mientras tanto, terminame pues la canción que me dejaste inconclusa", y yo sin ninguna gana y como para que me deje de hinchar el cura, le puse la música del estribillo como al descuido, porque mi mente estaba en ese otro tema que me tenía preocupado.


Jamás imaginé que esa canción hecha como al descuido, iba a ser el clásico que me identifica en la actualidad, más que ninguna de mis otras canciones. Los misterios que tiene la gente cuando hace suya una canción...Un lindo recuerdo...


La foto es meramente ilustrativa, aunque la "Niña del ñangapirí" era una cosita así, muy similar a la niña de la foto en lo de bellamente juvenil...

Nota del administrador del blog: al final..."Tito" vendió la moto y se compró la nueva...



NIÑA DEL ÑANGAPIRÍ

Letra: Julián Zini
Música: Ricardo "Tito" Gómez


Hoy anduve por el monte de mis años inocentes
pellizcando la dulzura roja del ñangapirí,

y un noviembre de hace mucho se estrujó contra mis dientes,

y sangró un bello recuerdo de mi tiempo cunumí...

Yo era chico todavía, gurisito cabezudo,

que aprendió a robarle al monte su dulzor primaveral.

Y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo
cuando te cambié un puñado por un beso, te acordás...?

Yo me fui como los ríos, sur abajo de la vida...
Vos quedaste en mi Corrientes y ya nunca más te ví...
Hoy que vuelvo niño-hombre con el alma dolorida,
te recuerdo emocionado, niña del ñangapirí...!

Recitado

Y ojalá que un viento norte, 
de esos vientos musiqueros
que en la noche de mi pueblo
desparraman serenata y sapukay,
lleve lejos, no sé a dónde...
y te deje en tu ventana 
esta flor de mi ternura
que nació por recordar...

Yo era chico todavía, gurisito cabezudo,
que aprendió a robarle al monte su dulzor primaveral.

Y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo

cuando te cambié un puñado por un beso, te acordás...?

Yo me fui como los ríos, sur abajo de la vida...

Vos quedaste en mi Corrientes y ya nunca más te ví...

Hoy que vuelvo niño-hombre con el alma dolorida,
te recuerdo emocionado, niña del ñangapirí...!

"Niña del ñangapirí", por "Los de Imaguaré" (año 1978, disco "Viajeros de sueños"). Canta: Julio Cáceres.

"Niña del ñangapirí", por "Grupo Reencuentro" (año 1992, disco "Al fin de cuentas"). Cantan: "Bocha" Sheridan, Mario Prieto Linares y Ricardo "Tito" Gómez.