"Amigos:
Sin considerarme un poeta, quiero contarles que me costó un poco escribir “Destino del Provinciano”. No por sus palabras que la conforman que son sencillas, sino por lo que tenía que contar. No quería tirar "pálidas" ni ser pesimista, por que a pesar de todo, seguramente también como ustedes, tengo esperanzas. Pero hay una realidad que no puedo callar.
Soy un provinciano, orgulloso de mi origen. Hoy lejos de mi terruño, de mi pago natal. Si bien siendo joven experimenté la tristeza que causa el destierro, al irme de mi pueblo por decisión propia en búsqueda de mejores horizontes, no tuve sufrimientos ni faltancias (tal vez por que mis padres pudieron darme lo necesario). Pero fui y soy testigo de los padecimientos que mucha de mi gente, mis hermanos provincianos, que aun hoy lo siguen experimentando y en carne propia. Es verdad que hoy hay más trabajo, que ha mermado el éxodo hacia las grandes capitales (no así del campo a las ciudades), pero también es verdad que aun nos sigue golpeando la pobreza, la miseria, la explotación, el abuso, los salarios de hambre con sus cataratas de consecuencias, la falta de oportunidades en nuestros jóvenes, el olvido en nuestros abuelos. El que no me crea, que se llegue a orillas de su pueblo y conviva un rato con esos hermanos que allí viven, o que se pegue una vuelta por el campo, por una estancia, una chacra y vea en que condiciones y como viven los peones rurales o los pequeños agricultores, o que se venga a recorrer un barrio humilde o una villa miseria del Gran Buenos Aires. Y después que compare como viven unos pocos y otros muchos (laburantes) argentinos. Algunos también, entre los que me incluyo, por las circunstancias de la vida y a la que sumamos seguramente el esfuerzo propio, vivimos bien, sin lujos pero sin que nos falte lo esencial, alimento, vestimenta, salud y estudio en nuestros. Pero nos duele esa otra realidad que la sufren muchos de nuestros hermanos, no solo en el mundo, sino en nuestro propio país, uno de los más ricos por naturaleza.
Pensemos por un instante que el Ramón de estos versos, pudimos haber sido cualquiera de nosotros.
Dios quiera un futuro mejor para nuestros hijos".
"Kico" Blanco
DESTINO DEL PROVINCIANO
que tuvo que decidirse,
sólo encontró dos caminos
el de quedarse o irse.
Ser peón como su padre
ése el de los mil oficios,
trabajo de sol a sol
pero sin ninguno fijo.
El que enriquece al patrón
que hace estudiar a sus hijos
para que después gobiernen
y se repita lo mismo.
Y no lo pensó dos veces,
y se embarcó a Buenos Aires
buscando un mejor destino.
Por fin el micro llegó
a su destino Retiro,
muchos sueños en el alma
poca ropa en su bolsito.
Se serenó al divisar
a sus parientes queridos
cumplieron y le esperaron,
andén el sesenta y cinco.
Esa noche no durmió
y en esa casa de tíos
soñó despierto Ramón
tantos sueños incumplidos.
“De día trabajaré
y en la nocturna me animo
terminar la secundaria
y así alegrar a los míos”.
“Voy a ayudar a mis padres
y hermanos cunumicitos,
tendré un salario digno,
podrán estudiar mis hijos”.
San Cayetano escuchó
después de tantos pedidos,
le llamaron de una obra
sin extras y sin recibos.
De día entre los andamios
y las noches compartiendo
en una pequeña pieza
con sus sobrinos durmiendo.
Telegrama de la empresa,
despedido y mientras tanto
hace un tiempo es cartonero,
"poriajhú" pero honrado.
Ya pasaron varios años
y otra vez desocupado
no falta el vino en la villa,
Ramón extraña su pago.
En una carta su madre
le hizo saber su llamado
"che membú te necesito,
tu padre mal ha enfermado”.
Bicicleta y grabador
sus únicos capitales
alcanzan para el boleto
del micro y llanto que salen.
¿Por qué un criollo honesto
no tiene oportunidades?
¿por qué en mi país tan rico
hay tantas desigualdades?.
¿Por qué el corrupto triunfa?
siempre pierde el laburante,
ya estado cansado mi pueblo
escuchen los gobernantes.
Unos pocos, tienen todo
y el resto solo migajas,
el rico es el que disfruta
Como Ramón, silenciosos
sin violencias deseamos
aunque sea en nuestros hijos
paz, dignidad, buen trabajo.
La realidad sentenció
el final de este relato,
aunque queda la esperanza
de un interior olvidado.
Destinado a ser peón
con su sueño hecho pedazos
vuelve Ramón a su pueblo,
¡Destino del Provinciano!!!