domingo, 17 de marzo de 2019

Historiando cantares - La calandria

El chamamé instrumental "La calandria", de notable inspiración y destacada y bella melodía, fue concebido por Isaco Abitbol no solamente como un chamamé más de su autoría, como una obra más, sino como una pieza musical muy especial, ya que en sus notas comprente tanto la ambientación y el paisaje en los cuales se desarrolla la idea musical, como la misma esencia y canto del ave, sublimando éste a través de la melodía, que tiene la infinita nostalgia del bien perdido.

Y esa sublimación, esa infinita nostalgia del bien perdido, se da justamente porque la verdadera inspiradora de "La calandria" era una muchacha de la ciudad de Alvear a la que cortejaba Isaco Abitbol en su juventud, pero el padre de ella no lo quería porque aspiraba a que su hija se casara con un profesional o con alguien que le diera la suficiente seguridad económica que un bohemio, un músico como Isaco Abitbol, preveía que no le iba a poder dar, ello al mejor estilo de los pueblos y de la época. Isaco Abitbol, entonces, se fue a Buenos Aires para tratar de triunfar y volver luego triunfante a Alvear a buscar a la guaina de sus amores. Pero sucedió que cuando Isaco Abitbol volvió a Alvear, después de un tiempo, la mujer amada ya se había casado con otro.

La calandria, la más visible en su representación musical de la obra, es un pájaro de unos 27 cm de largo, gran caminador y de rápida carrera, que tiene el plumaje con colores apagados con el dorso pardo-grisáceo con débiles rayas oscuras. Sus alas son cortas y más oscuras con algo de blanco en algunos ejemplares, con cola larga, y con el vientre y el cuello blanquecinos. Su pico es largo y delgado el cual le sirve especialmente para capturar los insectos de los cuales se alimenta.

La calandria es una excelente cantora, con un gorjeo muy agradable que tiene la capacidad de imitar el canto de otras aves, los ruidos de su entorno, el silbido humano y también la música que escucha. Su canto armonioso posee notas muy variadas que no se repiten dos veces seguidas en el mismo orden.

Y justamente en el chamamé "La calandria", Isaco Abitbol recoge esas características de su canto, en la primera de las dos partes musicales que bien definidas y distinguibles tiene la obra, a través de la música y de los instrumentos, en particular del bandoneón, en forma sublimada, figurativa e imitativa.

En la primera grabación de "La calandria" realizada por el Cuarteto "Santa Ana" en el año 1946, se incorporó un recitado inicial a cargo de Ricardo Llanos (nota: también conocido como Julio Montes, ambos seudónimos de Hugo César Sosa), figurando la autoría de Isaco Abitbol en forma exclusiva. En las grabaciones siguientes, años 1968 y 1984, ya aparecen como autores Isaco Abitbol y Julio Montes.

El chamamé "La calandria", entonces, fue grabado por el Cuarteto "Santa Ana" dirigido por Isaco Abitbol y Ernesto Montiel (Nota: con bandoneón de Isaco Abitbol, sin acordeón) el 12 de diciembre de 1946 con recitado a cargo de Ricardo Llanos, seudónimo utilizado por Julio Montes cuando ingresó al Cuarteto "Santa Ana" (Nota: disco "Trébol de Oro del Chamamé - Lo mejor de lo mejor - Volumen 1"). Luego, fue grabado por Isaco Abitbol y su conjunto en el año 1968 con recitado a cargo de Roberto Galarza (Nota: disco "En la bailanta", con Isaco Abitbol en bandoneón, Roberto Galarza en voz y guitarra, y Migdonio Pérez en guitarra), luego en una grabación tomada en vivo en el Estadio Obras el 8 de junio de 1984 (Nota: disco "Grande maestro!!!", con guitarras de Ángel Dávila y Antonio Tarragó Ros), y en el año 1986 en el marco de la discografía de León Gieco (Nota: disco "De Ushuaia a la Quiaca - Volumen 3", grabado en la estación de tren de Curuzú Cuatiá, con León Gieco en guitarra). Finalmente, lo volvió a grabar el Trío Correntino "Pancho Cué" en el año 1993 (Nota: disco "La sinfónica chamamecera", con Isaco Abitbol en bandoneón, Rubén Miño en acordeón y Nicolás Antonio Niz en guitarra, editado en 2005).


Tapa del disco "En la bailanta". Incluyó "La calandria", con recitado de Roberto Galarza. Año 1968.

Tapa del casette "Grande Maestro!!!". Incluyó "La calandria", con guitarras de Ángel Dávila y Antonio Tarragó Ros. Grabado en vivo en el Estadio Obras, Buenos Aires, año 1984.

Tapa del disco "La sinfónica chamamecera". Incluyó "La calandria" ejecutada por Isaco Abitbol (bandoneón), Rubén Miño (acordeón) y Nicolás Antonio Niz (guitarra). El tema fue grabado en 1993 y fue incluido en el disco editado en 2005.

LA CALANDRIA - chamamé

Música: Isaco Abitbol
Glosa: Julio Montes

Según reza una leyenda 
de mis selvas correntinas,
la Calandria era una guaina
muy cantora y peregrina.
Ambulando por los montes
iba la guaina cantando
y alegrías y canciones
a su paso iba dejando.
Por su canto dulce y puro
Dios premió luego a esta china,
transformándola en calandria
de mis selvas correntinas.


Grabado por el Cuarteto "Santa Ana" con recitado de Ricardo Llanos (12/12/46), por el conjunto "Isaco Abitbol-Roberto Galarza" con recitado de Roberto Galarza (1968), y sin recitado en 1984, 1986 y 1993.

Actuación en vivo de Isaco Abitbol (bandoneón) y Nicolás Antonio Niz (guitarra)

NOTA DEL AUTOR DEL BLOG:

Existe una versión cantada de "La calandria", con letra de Ramón Ayala, la cual ha sido grabada por María Ofelia (disco "La calandria", año 1995), Rosendo y Ofelia (disco "Enamorados de la libertad"), Teodoro Cuenca (disco "Misiones, la magia de un sueño", año 1995), entre otros.

LA CALANDRIA (versión letra)

Autor: Ramón Ayala

Llorar, sufrir, cantar con lágrimas del alma...
penar, volar, buscar por la selva quemada.
Sentir su voz cuando la muerte se ha llevado
un tiempo azul de alas que no volverán.


Soy la Calandria que solloza por su herida...
soy el dolor del monte preso en su agonía.
Soy el clamor del río lleno de horizonte...
soy la pasión que vuelve cada amanecer.

Estribillo

Por el camino vuelve a mí
un tierno canto de cristal,
un espejismo, un frenesí,
un regresar del más allá.
Con la sombra va muriendo el día
y es noche eterna en mi corazón.
El rumbo del sol, 
por el viento fugaz,
en recuerdo se enciende
su piel montaraz.
Sólo plumas ruedan por mi alma
en el desierto de mi soledad.

Por qué Señor el hombre pasa por la vida,
sin ver el sol que habita en las cosas sencillas...
el resplandor del monte vivo en su alegría,
matando el pájaro y su propio corazón.

No quiero ser un árbol muerto en el camino
crucificado sin madera ni destino.
Ya no tendré jamás el sueño de su pico,
la miel del alma que enjoyara su sabor.


Fuente:
Gutiérrez Miglio, R. 2013. Isaco Abitbol "El patriarca del chamamé" y sus cantores. Ediciones El Reino Guaraní. Buenos Aires. p. 270-272.

sábado, 16 de marzo de 2019

Mirando pasar la vida - Ciprián Hernández

El pasado 1° de febrero en la ciudad de Corrientes fallecía el poeta, autor y compositor Ciprián Hernández. Comparto un artículo periodístico escrito por Guido Rodríguez y adjunto asimismo la obra "Mirando pasar la vida" (uno de los tres libros que publicó el mismo Ciprián Hernández).
Nuestro recuerdo para este gran baluarte de la cultura correntina.
Hasta la próxima.
Pablo


EL CHAMAMÉ DE LUTO: FALLECIÓ CIPRIÁN HERNÁNDEZ



Por Guido Rodríguez (*)

Ciprián Hernández fue un luchador férreo en el ámbito del chamamé, desde chico escuchaba las glosas de Isidro Luciano Prado que realizaba en las audiciones radiales de LT7 “Radio Provincia de Corrientes”, se sintió atraído y comienza a escribir sus primeros versos. A los pocos años de su juventud se radica en Buenos Aires, allí entabla una relación de amistad con Pedro Mendoza de la recordada revista “Iverá” y comienza a publicar sus primeas líneas poéticas.

La puerta grande se le abre gracias a Paquito Aranda que le graba su primera obra titulada “Mis Penas y Mi Guitarra” en el año 1980 cantando Pérez-Gamarra, a partir de allí comienza a forjar un camino con sus versos dentro del género chamamecero. La difusión del chamamé , con autores e intérpretes se realiza dentro de la audición de Jorge Fernández “La Embajada de la Flor” de la cual presentaba un tema musical con una glosa de su autoría.

A principios de la década del `90 recibe la invitación de Simón de Jesús Palacios para recitar en el disco “A La Patrona de Concepción” las obras “Salud Pueblo Misionero”,”Al Amigo Tito Arroyo”, y “Al Amigo Mano Santa” , con lo cual le llegaron ofertas para poner su voz como recitador en distintos trabajos discrográficos de figuras como Fito Ledesma, Alejandro Barrios, Hermanos Velázquez, Aníbal Maldonado, Sosa-Mambrín, Ramírez-Otazo, Luis Zoloaga, Trío Santa Lucía, Alejandro Chamorro, Hugo Leiva y la Nueva Estirpe, Gomecito, Héctor Porra, Balma Trio, Pérez-Gamarra, Coquimarola, Roberto Galarza,Reyes-Aquino, Daniel Martel, Ignacio Barrios, y Aldo Ayala por citar algunas. De carácter autoral Ciprian Hernández es autor de más de 150 obras como el caso de “A los que el río se llevó” un pequeño homenaje a los músicos que fallecieron en la tragedia de Bella Vista en 1989,”Aliento de Buena Fe”, “Asi Canta el Litoral”, “Dale Baruzzo un Sapucay” un homenaje para el héroe Roberto Baruzzo que luchó en la Guerra de Malvinas, “Doctor Tono González”, “El Chamamé no es chacota” que junto a Fito Ledesma compusieron esta obra que demuestra la verdadera identidad del género, “Enero en La Paz” firmada junto a Roberto Galarza dedicada especialmente al festival “Cuando el Pago se hace Canto” inmortalizada en la versión Julio Lorman y Mario Suárez, “Peregrinos de Itati” firmada junto a su socio autoral Osvaldo Gamarra, una obra dedicada a la patrona de Corrientes la Virgen de Itati, grabada por “Perez-Gamarra”, “Las Hermanas Leiva”, “Los Chaqueños Hermanos Paz”, entre otros.

Publicó sus poemas en tres libritos que se difundieron entre distintos productores chamameceros bajo los títulos “Para el Recuerdo”, “Raíces de Mi Tierra” y “Mirando Pasar la Vida”, solventadas desde su propio bolsillo. Sus trabajos discográficos fueron “Orgullo Provinciano”, “Ciprián Hernández y sus amigos Chamameceros”, “Homenaje a Isidro Luciano Prado”, “Boca Unidos de Corrientes” y “El Hombre”, también realizó un trabajo prolijo y didáctico junto al profesor Enrique Piñeyro y Fermín Ibarra tituladas “Raíces Chamameceras” volúmenes 1 y 2, que destaca un pequeña síntesis biográfica de nuestros pioneros del chamamé, acompañada por recitados de su autoría.

Gracias a la invitación de la poetisa Marita Cardozo, comienza a colaborar en el Reino Guaraní y en distintos libros de Roberto Gutiérrez Miglio, con libros biográficos sobre Verón-Palacios, Salvador Miqueri, Úbeda-Chávez, Quevedo-Maidana, Marcos Bassi, Tránsito Cocomarola, Fito Ledesma, Manuel Zbinden, Isaco Abitbol, y Ernesto Montiel.

Desde el año 2001 produjo y condujo su programa “ Mateando con Ciprián” que salía todos los sábados a las 10 de la mañana por FM Cardinal Cristi, propiedad de Beto Moreira, en la ciudad de Corrientes.

Libre de su faceta artística, Ciprián Hernández participó en dos capítulos “Cirilo Miranda y el San La Muerte” y “Mascadita” de la productora “Payè” de Camilo Gómez Montero rodada en los meses abril y mayo de 2011, filmada en la localidad de La Verde, cercanías de Resistencia, Chaco y en el barrio San Benito de la ciudad de Corrientes.

Para finalizar deseo homenajear a éste verdadero amigo con éstas líneas que es parte de su pluma dedicada al chamamé.

EL CHAMAMÉ NO ES CHACOTA


El chamamé no es chacota, es cultura popular,
es herencia de un cantar, que ostentamos fielmente.
Es música de Corrientes, es emblema de humildad.
Es el mismo sapucay que por la venas se mete
y contra todo arremete no le teme al temporal.

El chamamé no es chacota, se lo debe respetar,
no hay que ridiculizar ni cometer la torpeza
de hacer mil piruetas de llamar la atención.
Porque los instrumentos no son elementos de gimnasia,
son símbolos de una raza y hay que darles tal valor.

El chamamé no es chacota, es pura autenticidad.
Lindo sería preservar sin hacer imitaciones
demostrando condiciones y no entrar a deformar.
Comencemos a crear con el respeto debido,
no mancillemos chamigo lo que supimos heredar.


(*) Coleccionista y difusor del chamamé en Buenos Aires. 
Artículo publicado en el diario "El Litoral" (01/02/19).


Nota: el autor del blog cuenta con la publicación original impresa, siendo de su propiedad.


Santafesino de veras (canción litoral) - Partitura musical

Misionera (galopa) - Partitura musical

Lunita de Taragüi (chamamé) - Partitura musical

El cosechero (rasguido doble) - Partitura musical

viernes, 15 de marzo de 2019

Varios intérpretes - El canto de La Paz


01. HOMENAJE A JOSÉ "TONI" ZÁRATE.
02. CANTO A LA PAZ - chamamé. Carlos Martínez y "Aires de mi tierra".
03. PA' MÁS DATOS DE LA PAZ - rasguido doble. Jesús Piaggo.
04. PARA HABLAR DE MI CIUDAD - canción. Grupo "La ventana".
05. SOY TAGÜÉ - chamamé. Carlos Méndez y su conjunto.
06. LA PAZ, MI CIUDAD BLANCA - poema. Héctor Abel Yedro.
07. VIEJO PALANQUERO - canción. Mario Soto.
08. LA PAZ QUE DEJO - chamamé. "Cacho" Miño y "Los Ribereños".
09. AL VIEJO CANTOR - canción litoraleña. Horacio "Chino" Martínez.
10. SUEÑO Y DISTANCIA - chamamé. "Aires de mi tierra".
11. BRAVÍO CABAYÚ - chamarrita. Ramón Santich.
12. LA FLOR DEL TIMBÓ - chamamé. Marcela y Clara.
13. TIEMPOS DE CARNAVAL - canción. "Tito" Zabala.
14. RANCHERA DE MIS RECUERDOS - ranchera. Trío "Jalil-Martínez-Jalil".
15. AL AMIGO - chamamé. Zoilo Cejas y su conjunto.
16. DESPIERTA CIUDAD Y MADRE - chamamé. Luis López.
17. LA CRUZ SOLITARIA - chamamé. Clemente Bustos y su conjunto.
18. CARRETERO DE MONTIEL - chamarrita. Coro "Voces de La Paz".

Gentileza de Carlos "Mange" Casís.

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Corrientes entre la leyenda y la tradición

La presente publicación "Corrientes entre la leyenda y la tradición" fue escrita por Emilio José Noya y contó con la participación de Guillermo Perkins Hidalgo. Corresponde al Capítulo 7 de la obra "Todo es Historia", dirigida por Félix Luna y se publicó en octubre de 1987 en la ciudad de Buenos Aires.
Los autores hacen un recorrido por la artesanía y el santoral profano, así como una recopilación de diversas leyendas y supersticiones del Iberá tomadas de testimonios brindados por informantes, acompañados de excelentes fotografías.

Nota: el autor del blog cuenta con la publicación original impresa, siendo de su propiedad.
  

jueves, 14 de marzo de 2019

Historiando cantares - Anahí

Hola amigos del blog.
Les dejo hoy la historia de esta canción-leyenda de la flor del ceibo, de obra de Osvaldo Sosa Cordero (1906-1986), poeta, glosista, autor y compositor correntino nacido en Yaguareté Corá (hoy Concepción). Para más datos sobre su biografía, recomiendo consultar el sitio de la Fundación "Memoria del Chamamé".
Será hasta la próxima.
Pablo

Osvaldo Sosa Cordero nació en el pueblo de Yaguareté Corá, hoy llamado Concepción, en la provincia de Corrientes, el 6 de julio de 1906 y falleció en la ciudad de Buenos Aires el 19 de septiembre de 1986.

Fue poeta y entre otras obras escribió el "Romancero Guaraní", y fue autor de tangos grabados por exitosas orquestas típicas como "Buenas noches Buenos Aires", "Embrujo", "Yo llevo un tango en el alma", "Para Corrientes", la milonga "De pura cepa" y los candombes "Café" y "Charol", este último de gran suceso en la voz de Alberto Castillo, entre otros.

Osvaldo Sosa Cordero
Fotografía extraída de la Fundación "Memoria del Chamamé"

También fue autor de temas litoraleños como "Tus raros antojos", "Naranjerita", "La novia del Paraná", "Juan Payé", "Nendivei", la segunda letra de la obra musical de Damasio Esquivel "Alma guaraní" y "Cambá Cuá", entre muchos más.

Además, tuvo su propio conjunto musical denominado "Osvaldo Sosa Cordero y sus Correntinos" con el cual llegó a registrar grabaciones.

Radicado con sus padres desde chico en la ciudad de Buenos Aires, ya al comienzo de la década del '30 escribía temas guaraníes encargados por Jaime Yankelevich, importante productor discográfico y radial, con destino a ser estrenados por Samuel Aguayo. Así nacieron algunas de sus obras musicales.

En el año 1943, Osvaldo Sosa Cordero tenía a su cargo los números litoraleños del espectáculo folklórico denominado "Voces de mi tierra" que presentaba el empresario teatral Pascual Carcavallo en el teatro "Presidente Alvear" de la calle Corrientes 1659, donde Francisco Canaro presentaba su comedia musical "Buenos Aires de ayer y de hoy". Para el espectáculo "Voces de mi tierra" fue que Osvaldo Sosa Cordero escribió su canción guaraní "Anahí", basándose en la leyenda de la flor del ceibo.

Su inspiración nació cuando en el año 1943 tuvo que concurrir a Tribunales, al edificio ubicado enfrente de la plaza Lavalle, a hacer un trámite. Al salir de allí se sentó a descansar en la plaza pensando en el tema musical que debía componer para presentar en la obra aludida. En esa plaza Lavalle, que con el nombre de "Plaza del Parque", porque justamente donde actualmente está Tribunales, estaba el "Parque de Artillería", en los días de la década del '10 era uno de los espacios verdes de la ciudad mejor cuidados, con sus canteros florecidos y sus árboles de distintas especies, ya que contaba con grandes aromos, pinos, cedros, ceibos de Jujuy, y otras especies como el ombú y una enorme magnolia que rodeaba el asiento circular adonde por las tardes amigos y vecinos se reunían en animadas tertulias. Y allí, en la plaza Lavalle, se sentó Osvaldo Sosa Cordero pensando en el tema musical que debía componer para la obra. Y al ver los ceibos allí existentes, en la parte de la plaza que da a Tucumán y Talcahuano, de flores rojas y brillantes, elaboró, inspirándose en ellos, el tema en base a la leyenda, asignándole el nombre de "Anahí" a la princesa guaraní, heroína de la misma.


La flor de ceibo, según la leyenda, simboliza la pureza y altivez de la raza guaraní. Por tal motivo, recuerda la bravura de una princesa india, valiente e indomable, de rostro feo y voz sumamente dulce, llamada Aka'e, y a los valientes guerreros que habitaban las orillas del río Paraná. Aka'e un día fue aprisionada por enemigos de los indios guaraníes, pero logró huir de su cautiverio dando muerte al centinela que la custodiaba. Fue apresada nuevamente y por dicha muerte fue condenada a morir en la hoguera. Fue atada a un árbol y al llegar la noche, fue incendiada en presencia de todos, siendo envuelta por las llamas. El árbol y la india, al quemarse, fueron adquiriendo una extraña forma y un extraño color, y al llegar la aurora estallaron en múltiples flores, transformándose en una nueva planta con flores rojas, que fue la flor de ceibo. Este martirio encarna la bravura de toda una raza que jamás se quiso doblegar: la raza guaraní.

El nombre "Anahí", en realidad "Ana-í", es el nombre "Ana" utilizado en diminutivo, "Anita", pero en diminutivo guaraní, con la "i" final. El nombre Ana proviene del hebreo "Hannah" que significa "dotada de misericordia". Ese nombre "Anahí" o "Ana-í" no era utilizado por los guaraníes ni fue inventado por Osvaldo Sosa Cordero. Los primeros registros del nombre "Anahí" datan recién de la década del '20.

Una vez terminada la canción "Anahí", fue estrenada en la citada obra "Voces de mi tierra" en el teatro "Presidente Alvear", y fue grabada por el conjunto "Osvaldo Sosa Cordero y sus Correntinos", con la voz de Jovita Luna, el 6 de diciembre de 1943.

Samuel Aguayo la grabó el 25 de septiembre de 1951 con su conjunto guaraní, y el 10 de abril de 1958 con su gran orquesta paraguaya.

ANAHÍ - guarania

Letra y música: Osvaldo Sosa Cordero

Anahí, las arpas dolientes
hoy lloran arpegios que son para tí.
Anahí, recuerdan acaso
tu inmensa bravura reina guaraní.
Anahí, indiecita fea
de la voz tan dulce como el aguaí (1).
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto,
perduran tus fueros en la flor rubí.

Defendiendo altiva tu indómita tribu
fuiste prisionera,
condenada a muerte ya estaba tu cuerpo
envuelto en la hoguera,
y en tanto las llamas lo estaban quemando
en rojas corolas se fue transformando,
la noche piadosa cubrió tu dolor
y el alba asombrada
miró tu martirio hecho ceibo en flor.

(1) Árbol frutal, su fruta.

Texto extraído de:
Gutiérrez Miglio, R. 2008. Samuel Aguayo, el rey de la canción guaraní. Ediciones El Reino Guaraní, Buenos Aires. 96 p.

domingo, 24 de febrero de 2019

Julio Gutiérrez - Tras los pasos del maestro Tarragó Ros

Una vida ligada al chamamé

Entrevista a Julio Gutiérrez realizada por el diario "SINTESIS" (14-10-18).


Guitarrista y acordeonista chamamacero nacido en el barrio Los Pacuces de San Lorenzo, brilló con el legendario Tarragó Ros de quien siguió su huella musical con “Los Reyes del Chamamé”, primero y con “Los Grandes del Chamamé” hasta la actualidad.

Desde siempre, su vida estuvo ligada a la música del Litoral. “Llegó a mi vida cuando era un niño que jugaba a ser músico con un bandoneoncito de juguete, de una sola flauta que hacía un único sonido. Me sentaba al lado de mi padre y de otros músicos que venían a nuestra casa y ‘tocaba’ con mi instrumento. Cuando tenía cinco años llegó a la familia un acordeón verdulera que era para mi hermano Miguel Ángel, que tenía 9 años, pero me entusiasmó más a mí. A los tres meses ya había sacado el primer tema que escuchaba en la radio o interpretado por mis tíos que venían de visita. Así me inicié como acordeonista”, recuerda, mate de por medio Julio Gutiérrez charlando con SINTESIS.

Su vida personal y artística, siempre estuvo ligada a la figura del legendario Tarragó Ros a quien idolatra como a su propio padre. Desde que lo vio por primera vez, su contacto estuvo siempre ligado a la música.

“En el año 1959, cuando tenía 7 años, se presentó en la escuela de barrio Las Quintas el maestro Tarragó Ros y mi padre me llevó a conocerlo personalmente. A él lo escuchábamos todos los martes cuando tocaba quince minutos en LT8 de Rosario, de 12 a 12.15. Cuando lo conocimos, mi padre le preguntó si me dejaba tocar con él y accedió. El maestro me sostenía por la espalda porque el peso del acordeón me volteaba. Después de la presentación me regaló 100 pesos de esa época. Un orgullo”
, recuerda emocionado.

“Yo toco con su estilo, que siempre me identificó. Así me fui haciendo acordeonista y antes de los diez años toqué con mis hermanos en pistas de baile en Buenos Aires. En esa época nos presentamos en Puerto Gaboto donde también estaba Tarragó. Cuando me vio me preguntó si había llevado mi acordeón, le respondí que sí, pero él me dijo que iba a tocar con el suyo. No lo podía creer”, resume el artista.

“Con los años me afiancé como músico y llegué a tocar en el primer y segundo gran festival que se hizo en San Lorenzo, en el Campo de la Gloria, donde se presentaron los más grandes de ese tiempo como Los Fronterizos, Los Quilla Huasi, Los Chalchaleros, Los de Salta, Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Ramona Galarza y Los Andariegos, entre otros consagrados. Allí el coro del Colegio San Carlos con Ariel Ramírez interpretó La Misa Criolla y me convocaron a sumar mi acordeón, en la parte en la que originalmente tocaba Raúl Barboza, fue inolvidable”.

Pero aunque el acordeón fue su primer instrumento, después se enamoró de la guitarra a la que nunca más abandonó y que lo ubica entre los mejores ejecutantes chamameceros de ese instrumento.

“Toqué el acordeón hasta los 12 años, cuando empecé con la guitarra. Mi papá era guitarrero tanguero y me enseñó los dos primeros tonos: ‘La Menor’ y ‘Dominante La’ y a partir de ahí, empecé a practicar durante cuatro horas diarias, hasta los 14 años, al mismo tiempo que iba a la escuela 113 Sargento Cabral. Aprendí a dominar la guitarra y me convocó para tocar en el Club Red Star, el maestro Tito Andino (nunca conocí a otro guitarrista de la talla, capacidad y ductilidad de Andino) junto a Carlos Oronao. Acompañábamos a Héctor Núñez conocido como Larry con quien nos presentamos en la noche en la que también tocaron los Quilla Huasi. Con gente así me codeaba desde el principio, por entonces tenía solo 14 años”, destaca Gutiérrez.

Pero la historia se empecinaba siempre en cruzarlo con “el maestro”.

“Una noche actuando en los carnavales del Club Provincial de Rosario, me encontré con el maestro Tarragó, que se acordaba de mí, se acercó a saludarme y elogió mi forma de tocar la guitarra. El tiempo pasó, ya tenía 23 años, cuando el 11 de abril de 1975, en el bar comedor que mi familia tenía frente al ex frigorífico 'Ardeol', mirábamos con mis padres a Tarragó por televisión y notamos que no estaba en su conjunto el guitarrista Gregorio De la Vega. Dos días después, golpearon las manos y era la policía –que por aquel entonces solo iba a la periferia a dar malas noticias- pero esta vez no fue así. Con ellos estaba don Tarragó que me fue a buscar para sumarme a su grupo para ocupar del lugar de De la Vega. Cuando me lo propuso me quedé mudo pero mi madre le respondió por mí y, por supuesto, le dijo que sí”, asegura.

“Me citó en su oficina de Rosario, me hicieron una pequeña prueba y me sumé. Desde ese momento Tarragó nunca más me tuteó. Me dio plata y me mandó a ‘Calzados Farol’ a comprarme un par de botas y me dio una caja con los trajes para las presentaciones. Una semana después, casi sin ensayar, ya estábamos camino a Entre Ríos”
, destaca Julio.


Tapa del disco "Seguimos su huella, maestro" (año 1978).

“Así empezó mi derrotero de tocar junto al maestro con la guitarra y con el acordeón. Grabamos el disco ‘Bien de Campo’ en los estudios Emi Odeón que se hizo con arreglos improvisados que me encargó sobre la marcha para los 12 temas del disco. Después me felicitó. Él siempre me elogió y me aconsejó y entre los dos nació un afecto muy especial que todavía perdura en mí”, asegura.

“En el año 76 fuimos a Cosquín y conocí a don Bartolomé Palermo, santafesino de Villa Guillermina, gran guitarrista, que me enseñó notas para agregar a mi escala cromática y le dijo a Tarragó que me cuidara porque yo era muy bueno. Así me fui haciendo en el ambiente. Carlos Talavera del 'Cuarteto Santa Ana', también elogió al maestro por haberme sumado a su conjunto. No podía ser más feliz mi vida con la música”, agrega orgulloso pero “sin creérsela”.

Junto al maestro chamamecero, estuvo hasta el día de su muerte ocurrida el 15 de abril de 1978. "La terrible noticia me la dio mi hermana que la había escuchado por radio y televisión, mientras yo esperaba que me vinieran a buscar para una presentación. Fue un gran dolor, porque era como un padre para mí", cuenta Gutiérrez.

"Después de su muerte seguimos tocando con el nombre de ‘Los Reyes del Chamamé’, como propuesta de la discográfica. Ya estaban elegidos los temas para el próximo disco y la grabadora nos propuso hacerlo igual con el nombre de ‘El conjunto de Tarragó Ros’ para el disco 'Seguimos su huella, maestro'. Pero a su hijo Antonio no le gustó que usáramos el nombre de su padre y no autorizó la salida del disco hasta un año después, pero solo por esa vez".


"Así continuamos con el nombre de 'Los Reyes del Chamamé', -Estigarribia, Cañete, Ríos y yo- durante diez años más, hasta que por distintas desavenencias, nos separamos. Después con el amigo Cáceres formamos 'Los Grandes del Chamamé' el 14 de septiembre de 1988, que aún perdura, siempre con nuestro repertorio de chamamé, chamarritas y valses, al estilo del maestro", destaca Julio.

Aunque tuvo pareja, la vida no le dio hijos. "Mi familia siempre fue la guitarra, el acordeón y la música" confiesa. Además de las presentaciones junto a su grupo, desde hace 30 años tiene alumnos a quienes enseña los secretos de la ejecución del acordeón y de la guitarra, los días lunes, martes, jueves y viernes en su casa de Sargento Cabral 1377 y cada 15 días lo hace en Victoria. Quienes quieran tomar clases solo deben acercarse a su casa o llamar a los teléfonos 432954 o 15534677. "Solo necesitan dos biromes, una roja y una azul, un cuaderno de hojas rayadas y el instrumento", invita.

Un escenario esquivo

Aunque conoció muchísimos escenarios en todo el país, a Julio Gutiérrez hay uno que sigue sin abrirle sus puertas: el del "San Lorenzo, un Canto a la Libertad".

"Lamentablemente el chamamé está mal catalogado, para muchos es una música de segunda categoría, incluso en grandes festivales como el de Cosquín, donde se discrimina. Y en particular, a mí me discriminaron siempre en el festival de San Lorenzo. Y no hablo del gobierno municipal, sino de las personas que ellos eligieron para organizarlo, quienes me propusieron tocar pero gratis. O sea que mi trabajo de tantos años, con Disco de Oro, siete 'Luna Park', veinte 'Cosquín', dieciocho 'Jesús María', veinticinco 'Federales' y recorrer el país a lo largo y a lo ancho, para ellos no vale nada. No hay respeto por una trayectoria como la mía que hasta el día de hoy nadie ostenta en esta ciudad"
, lamenta Julio.


Publicado en Diario Síntesis (14 de octubre de 2018)

sábado, 23 de febrero de 2019

Che Trío Porá Grupo - Hermanos (2016)


01. LA COLONIA - chamamé (Tránsito Cocomarola).
02. SOLAMENTE CON MIRARTE - chamamé (Alfredo Alonso).
03. LA CHAJÁ - chamamé (popular).
04. HERMANOS - chamamé (Sebastián Fernández - J.M. Mombaje).
05. DANZA PARAGUAYA - galopa (Agustín Barrios).
06. MI BIEN AMADA - chamamé (Tránsito Cocomarola - Emilio Chamorro).
07. VIRASORO, MI PUEBLO - chamamé (Sebastián Fernández - Oscar Playuk).
08. SARGENTO CABRAL - chamamé (Carlos A. Castellán - Pedro Sánchez).
09. PUERTO ESPERANZA - chamamé (Roque L. González - Alfredo Almeida).
10. LA SUERTE - chamamé (Isaco Abitbol - Tránsito Cocomarola).
11. POCHOLEANDO - chamamé (Sebastián Fernández - M.A. Núñez).
12. POR LA CAÑADA - chamamé (Roque L. González).
13. LA YERRA - chamamé (Emeterio Fernández - Isaco Abitbol).

Sebastián Fernández: guitarra y guitarrón
Oscar Playuk: acordeón
Ramiro Rodríguez: voz y guitarra

Invitados:
Marcos Núñez: guitarra
Juan Duarte: contrabajo
Juan Carlos Fernández: bandoneón
Ricardo Avalos: guitarrón
Víctor Renaudeau: violín

Grabado entre octubre 2015 y mayo 2016

Agradecimiento al amigo Mango Vargas

Luis "Pajarito" Silvestri - Homenaje a los 100 años de Tránsito Cocomarola (2018)

Hola amigos del blog.
En esta ocasión les dejo un disco de Luis "Pajarito" Silvestri, joven bandoneonista entrerriano oriundo de San Jaime de la Frontera pero radicado desde hace muchos años en Federal. Este disco contó como único intérprete al mismo "Pajarito", quien ejecutó todos los instrumentos e hizo todas las voces. La producción estuvo a cargo de Orivaldo Mengual, conductor del programa "A hora do chamamé" que se emite por la 104 FM, de Campo Grande (estado de Mato Grosso do Sul).
Agradezco enormemente a "Pajarito" por haberme entregado de sus propias manos este material discográfico para su difusión en "Nostalgias de mi Litoral". Muchas gracias hermano y que continúen los éxitos por los caminos de la música.
Pablo



"Pajarito" Silvestri en el camping de la ciudad de Federal (Entre Ríos). Sábado, 10 de febrero de 2019.

Biografía

Bandoneonista, autor y compositor, Luis Salvador Silvestri (h), conocido artísticamente como "Pajarito Silvestri" nació en San Jaime de la Frontera (departamento Federación, Entre Ríos) el 5 de marzo de 1983. 

Se inició en la música guiado por su padre, el bandoneonista entrerriano Luis Silvestri, realizando sus primeras presentaciones a la temprana edad de 7 años. Junto a su padre realizó sus primeras actuaciones como músico profesional. En el año 1999 funda junto al cantante Mario Suárez y los hermanos Diego "Tolato" y José "Tano" Trzuskot, el conjunto "Nostalgia Guaraní". Con esta formación permanece por espacio de una década, realizando presentaciones en los principales festivales del Litoral como el de Federal (Entre Ríos) donde obtuvieron el "Premio Consagración", en el "Festival del Chamamé de Mburucuyá" (Corrientes), en el "Festival de Cosquín" (Córdoba) y en la "Fiesta Nacional del Chamamé" de Corrientes, grabando además tres discos. 

En el año 2003 realiza un paréntesis en la carrera del conjunto, para integrar junto a Mario Suárez, por espacio de un año, el "Cuarteto Santa Ana" dirigido por el misionero Carlos Talavera, con el que tienen la oportunidad de realizar grabaciones para el sello "GLD". 

Desvinculado de "Nostalgia Guaraní" en el año 2010, comienza a presentarse como solista, alternando además junto a otras agrupaciones como el conjunto "Alma de Montiel", "Los de Imaguare" y acompañando a la cantante santafesina Gabriela Roldán con quien compartió una gira por Europa. 

En 2015 realiza una gira por el sur de Brasil y de regreso a Entre Ríos forma un nuevo conjunto titulado "Enramada", integrado por Andrés Mc Intire, Marcelo Díaz y Cristian Osuna con el que realizó presentaciones en los principales escenarios de Entre Ríos y una nueva gira por escenarios brasileños. En este año recibió por parte del diario "Uno" de Paraná, el premio "Escenario" por su trayectoria artística. 

En la faz autoral, llevan la firma de Silvestri obras como "Flor entrerriana", "Recordando a Joaquín", "Cielo de ilusión", "El padrino", "Refugio para mi ocaso", "Sueño y distancia", "El manto" y "Paisajes de mi infancia", por citar algunas. 

Luis "Pajarito" Silvestri está radicado en la localidad de Federal (Entre Ríos) dedicado a su carrera artística y a la docencia del instrumento.

Fuente: Fundación "Memoria del Chamamé"



01. AMOR ARDIENTE - chamamé (Tránsito Cocomarola - Antonio Niz - Julio Chapo).
02. EL SANCOSMEÑO - chamamé (Tránsito Cocomarola - Pedro R. de Ciervi).
03. RETORNO - chamamé (Tránsito Cocomarola - Salvador Miqueri).
04. LA FLECHA - chamamé (Roque Librado González).
05. EN TU VENTANA - chamamé (Tránsito Cocomarola - Roberto Ferradás Campos).
06. KILÓMETRO 11 - chamamé (Tránsito Cocomarola - Constante Aguer).
07. POR TU CARIÑO - chamamé (Félix Vallejos - Brígido González).
08. MI BIEN AMADA - chamamé (Tránsito Cocomarola).
09. PANAMBÍ - chamamé (Tránsito Cocomarola - Santiago Adamini).
10. LA SUERTE - chamamé (Tránsito Cocomarola - Isaco Abitbol).
11. EL BOYERO - chamamé (Tránsito Cocomarola - Eustaquio Vera).
12. AMOR SUPREMO - chamamé (Tránsito Cocomarola - Salvador Miqueri).
13. EL CANGÜI - chamamé (Tránsito Cocomarola).
14. MÍRAME - chamamé (Tránsito Cocomarola - Santiago Adamini).
15. TU PAÑUELO - chamamé (Salvador Miqueri - Avelino Flores).
16. LAGUNA TOTORA - chamamé (Tránsito Cocomarola).

Intérprete:
Luis "Pajarito" Silvestri: bandoneón, acordeón, guitarra, bajo y voces

Producción: Orivaldo Mengual (Programa "A hora do chamamé")

Estudio de grabación: "El Trino" (Villaguay, Entre Ríos, Argentina)
Técnico de grabación: Leo Rodríguez

Foto tapa: Conrado Arévalo
Foto interna: Joaquín Morell

Grabado en septiembre de 2018

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