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lunes, 17 de julio de 2017

Historiando cantares - El burro

Hola mis amigos.
En esta oportunidad quiero compartir la historia del clásico chamamé de don Mario Millán Medina (1914-1977): "El burro". 
El texto fue extraído del libro "Mario Millán Medina, el cantor chamamecero. La otra lectura de sus canciones", excelente obra del profesor Enrique Antonio Piñeyro quien realiza un exhaustivo análisis de esta composición, la cual va más allá del mero sentido humorístico que tiene la letra. En palabras del profesor Piñeyro, fue uno de los temas de Millán Medina "más controvertidos y menos comprendidos".
Aquí la historia y el análisis de este clásico del cancionero litoraleño.
Hasta la próxima.
Pablo


Don Mario Millán Medina
(fotografía gentileza del Sr. Rubén Diez, Goya, Corrientes)

Profesor Enrique A. Piñeyro

Uno de sus temas más controvertidos y menos comprendidos, sin lugar a dudas, fue el chamamé "El burro". Se presentan en él los tres encuadres que nos permitirán conceptualizar el verdadero sentido metafórico de carácter agreste, vulgar y hasta prosaico de sus versos. Afirmarnos que se necesita "la otra lectura", es decir, una mirada diferente para traducir la interacción "significado-significante" que el texto propone.

En síntesis, "El burro" es una figura animal que equivale, en este tema, al hombre que por su edad ya entrada en los 70 años no posee las destrezas, habilidades, cualidades y fuerza física para encarar el trabajo de campo. Las tareas que cuando joven asumiera tenían requerimientos especiales y específicos.

También su vigor sexual se ve menguado y solo le resta "durar un poco más", mientras se lamenta y se compadece de su declinación, que la considera lógica en su vaga conceptualización biológica.

El mismo Millán Medina explicó a un estudioso de Goya, profesor en Letras y eminente investigador, el profesor Bernardo Ranalletti, que "...un anciano, mencho correntino, muy capaz en su vida de tropero, domador y puestero, fue quien en una charla le dijo una vez: "y aquí ando, viejo y rengo, lamentándome como el burro viejo" y agregó "...ya no puedo hacer lo que antes podía, para vivir aquí en el campo...ni las changas me dan...dicen que ya no sirvo ndayé...". Otros datos sobre este diálogo lo reseñaremos con posteridad a la transcripción de los versos del citado chamamé para lograr una mayor comprensión del texto.

De este diálogo toma la idea y surge la concepción de una filosofía de carácter existencial. El cantautor emplea un lenguaje lírico para explicar esta etapa de declinación finita y mortal del "avá", toma la realidad del hombre y sus circunstancias.

El tema musical citado traduce en tres minutos de versos y melodía el símbolo e imagina la situación vivencial que requiere un metalenguaje y una decodificación del contenido que lo expresa.

La canción, con  melodía y ritmo de chamamé, destinada al consumo masivo del oído y mentalidad del paisano correntino, lleva a Millán Medina a establecer en un vocabulario comprensible y popular que conduce a re-pensar la vida del paisano.

Los intentos para calificar este vocabulario conforman una estructura del lenguaje que a primera vista se evidencia como de un pintoresquismo lingüístico, propio del hablar vulgar del correntino. En la actual filosofía y antropología se denomina "Desconstrucción del lenguaje" e "Interpretación estructural de la metáfora", como lo explican Claude Lévi-Strauss, Jacques Lacan, Jacques Derrida y otros.

Por lo tanto, este tema musical nos invita a realizar "la otra lectura", que acentúa la interpretación más allá de lo real y nos introduce al universo imaginario y simbólico, del mágico vocabulario popular que posee el habla del correntino y que merece realmente un análisis del carácter integral.

Transcripción de los versos del chamamé de Mario Millán Medina:

EL BURRO (chamamé)

(registrado en SADAIC el 07/07/52)

Letra y música: Mario Millán Medina

Me llaman don Policarpo
porque soy el burro viejo.
Me quieren sacar del puesto
porque hay pocas aguadas.
Yo prefiero la manada
aunque no haya capií.
Me voy a quedar aquí
para morir en mi ley,
en mi ley debo de morir...

Yo soy animal del campo
y mi vida es muy agitada.
Metido en la manada
al lado de la madrina.
Si es que le hago cosquillas
ya me da una pateadura.
Levanto mi caradura
y ya le empiezo a rebuznar,
y le empiezo a rebuznar...

Yo siempre seré mentado
en cualquier estancia honesta.
Pasaré los alambrados
aunque me pongan horqueta.
Me tuzan a la mandioca
con la cola bien pelada.
Igual voy a quedar aquí
metido entre la manada.
En mi ley debo de morir,
en mi ley debo de morir...


EL DIÁLOGO QUE INSPIRÓ AL COMPOSITOR

Se transcriben a continuación los fragmentos del diálogo que motivaron a Mario Millán Medina para escribir los versos de la composición "El burro".

"Me llamo Policarpo Araujo, tengo 70 años ya...soy puestero (1) de este campo y porque ya soy viejo me quieren sacar del "puesto" donde vivo hace como 35 años ya...Me dijieron (2) que en este campo del patrón ya no hay "aguadas" (3) para tomar las 800 cabezas de ganado del dueño...Pero eso es mentira...Aunque no haya "capií" (4)...pasto eso...yo me voy a quedar aquí, trabajando en lo que puedo...para morirme en mi ley de correntino...en mi forma he de morir pue (5)...siempre fui "mencho avá" (6) y puestero...en este mi rancho...Yo pronto fui nacido y criado en el campo y mi vida, fue de siempre, de mucho trabajo...Fui tropero, domador, marcador en yerra, pialador, boyero y...después a la (7) final nicó soy puestero...cuidador del puesto cuatro de esta estancia que se llama "Santa Lucía", del campo del patrón karaí caté (8)...esto co es Lavalle (9)...Siempre estuve metido entre la manada (10), entre hombres menchos y antes siempre de a caballo...Cuando era joven jue yo (11) hago yunta (12) con los avá de trabajo...Me arrimaba jue tamién (13) a las guaynas (14)...en los bailes y la musiqueada...yo sabía jué estar entre las kuñá (15)...nunca fui un caradura...siempre miré de frente y sé ser hombre respetuoso con las mujeres...Trabajé mucho en mi vida y fui pronto honrado...por eso soy mentado (16) en cualquier estancia honesta (17)...soy fiel y honrado y sé defender lo mío aunque ahora me quieran poner "la horqueta" (18) por el cuello y como a los caballos me quieren tuzar a la mandioca (19)...me quieren hacer pronto de los Autonomistas...creen que van a judear por mí (20)...creen que porque ya soy viejo ya no sirvo y me van a llevar de aquí para allá...pero yo igual pronto me voy a quedar aquí...metido entre los avaité (21)...y en mi ley he de morir, así como de siempre jué (22)...fui hombre de trabajo...

REFERENCIAS: vocabulario de uso rural en Corrientes.

(1) PUESTERO: el designado para habitar el puesto. El que vive en el puesto. Cuidador de una zona o parcela de la estancia.
(2) DIJIERON: dijeron.
(3) AGUADAS: lagunas, pasos de agua, tajamar, etc. Lugar donde beben agua los animales (vacunos, equinos, lanar, etc.). Puede ser natural o excavada para recoger agua de lluvia o por canalización de alguna laguna cercana.
(4) CAPIÍ: paja, pastizal, pasto blando, comida del ganado vacuno y equino.
(5) PUE: pues.
(6) MENCHO AVÁ: hombre mensual, empleado de las estancias correntinas. Puede trabajar en diversos quehaceres: tropero, domador, en yerras, boyero, pialador, puestero y otras actividades que requieren habilidades y destrezas especiales.
(7) A LA FINAL: al final.
(8) KARAÍ CATÉ: señor rico.
(9) ESTO CO ES LAVALLE: esto es el departamento Lavalle, Corrientes.
(10) MANADA: se aplica generalmente al rodeo o conjunto de equinos. Aquí se trata de una metáfora que refiere al grupo de hombres que trabajan juntos en la estancia.
(11) JUÉ YO: yo fui.
(12) HAGO YUNTA: hago pareja o dúo para trabajar.
(13) TAMIÉN: también.
(14) GUAYNAS: mujeres jóvenes.
(15) YO SABÍA JUÉ ESTAR ENTRE LAS KUÑÁ: yo sabía siempre estar entre las mujeres en forma decente, respetuosa.
(16) MENTADO (de mentar): que tiene buena fama.
(17) ESTANCIA HONESTA: estancia donde se trabaja legalmente.
(18) HORQUETA: es un pedazo de rama (generalmente de guayabo, tala o guayaiví) con un ángulo agudo (con sus lados o brazos de más de 80 cm cada uno), al que se le hace un agujero en el mango o parte de donde nace la horqueta (de unos 40 cm). Utilizado como herramienta para estirar los alambrados. Este palo o trozo de madera se usa también para colocar atado al cuello de los animales (vacunos, sobre todo) que tienen por hábito atravesar los cercos e introducirse en los plantíos, chacras, campos, etc., y se les coloca para evitar que crucen los alambrados de campos ajenos.
(19) ME QUIEREN TUZAR A LA MANDIOCA: acción de cortar la crin y cola del caballo (tuzo). En la zona rural de Corrientes el tuzo de los equinos denotaban la opinión política del jinete o propietario. Los del partido político "Liberal" (Azules) le dejaban cerquillos sobre la cara en el tuzo de la crin y la cola larga. Los del partido "Autonomista" (Colorados), como partido político contrario, dejaban la crin al ras y la cola tuzada al palote o a la mandioca. 
(20) JUDEAR POR MÍ: quieren jugar conmigo, con mi pensamiento político.
(21) AVÁ ITÉ: los hombres verdaderos, de trabajo.
(22) ASÍ COMO DE SIEMPRE JUÉ: así como siempre yo fui, mi manera de ser siempre.
(23) (Expresión usada en los versos) METIDO ENTRE LA MANADA (ver referencia N° 10), AL LADO DE LA MADRINA. Madrina: yegua tutelar que lleva colgado del pescuezo un cencerro para indicar su presencia a la tropilla o conjunto de animales yeguarizos o de caballos mansos, acostumbrados a andar siempre juntos y obedecer la dirección de la "madrina", orientado por el arreador.

Aquí el compositor consigna una costumbre que refiere a la "obediencia para ejercer el trabajo de campo, siguiendo las órdenes del capataz u orientador del grupo de tareas que en cada caso le requieran".

CONFIGURACIONES ACLARATORIAS

Estas voces, giros idiomáticos, modismos, regionalismos, lenguaje rural, yopará (fusión mestiza del guaraní y el español), metáforas, metalenguaje, códigos verbales y palabras que poseen significaciones especiales, tienen que ser asumidas de acuerdo con el matiz y la oportunidad dónde, cómo y cuándo se la expresa.

Caben en la verificación del compositor Mario Millán Medina, de una manera específica, casi secreta, que requiere una necesaria decodificación. Este cantautor emplea con sutileza y evidente conocimiento lingüístico muchas ideas para estructurar cada una de las palabras de sus versos, que luego las musicaliza adecuadamente.

Quien desconoce la verdadera historia real que se esconce detrás de cada estrofa, no logra interpretar esta canción. Las diversas versiones grabadas que hemos escuchado en ejecuciones discográficas de varios cantantes, no trasuntan el real significado que este chamamé expresa. Las vivencias del peón rural en Corrientes son captadas por el compositor de una manera integral, y en cada verso, evidencia una determinada situación psicosocial, económica y cultural digna de ser analizada.

Hans-Georg Gadamer en su libro "Arte y verdad de la palabra" (Editorial Paidós, Buenos Aires, 1998), en el Cap. 7 "Los límites del lenguaje", consigna: "La poesía es una gran instancia que permite experimentar el carácter propio y extraño del lenguaje"..."Esto mismo le pediría yo al intento de decir con palabras propias lo que ha pensado otro (en sus versos) y lo que aparece entre nosotros con un ropaje lingüístico distinto, ya sea como palabra o como texto...".

Y concluye..."me gustaría aludir, como límite del lenguaje, a lo que está por encima de lo lingüístico, al límite más allá del cual está lo no dicho y quizás, lo que nunca podrá ser expresado".

Futuras investigaciones referidas al mencionado compositor podrán determinar, con mayores méritos, las confusiones que pueden emerger de sus versos, sino se consideran que los mismos, en sus entrañas, poseen un orden estructural con una fuerte raigalidad y con funciones notorias referidas a la genuina identidad correntina.

viernes, 7 de abril de 2017

Historiando cantares - El conseguidor

Mario Millán Medina

EL CONSEGUIDOR

Por el Profesor Enrique A. Piñeyro

Este chamamé, letra y música de Mario Millán Medina, hace referencia a un personaje que existió y él lo conoció en una oportunidad. Su nombre era BENITO ALBORNOZ, de origen muy humilde, quien al quedar huérfano de padres fue criado desde muy niño por unas hermanas de apellido GOROSITO que vivían en una chacra de su propiedad, en el paraje Crucecitas, departamento Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Luego, ya joven, Benito recorría el pueblo cercano vendiendo huevos "caseros", gallinas, hortalizas varias, fruto del trabajo en la chacra de sus madres adoptivas. Todos los habitantes de la zona utilizaban en realidad el apodo de "GOROSITO", pues su nombre y apellido verdaderos eran desconocidos. Provenía indudablemente de quienes generosamente lo habían recogido y lo trataban como a un hijo. 

En una oportunidad, un vendedor de Lotería de Entre Ríos, le ofrece un "entero" convenciéndolo que de esta manera se haría rico, saliendo de su pobreza. Benito compra el billete y sucede el milagro. Su número, elegido al azar, es premiado con la denominada "La Grande", máxima cantidad de dinero del sorteo. Transformándose desde ese día en un verdadero millonario. Esto ocurre en la década de 1950. Sus progenitoras sustitutas le ayudan a invertir el dinero y le compran un extenso campo en la zona y muy pronto inicia la compra de animales vacunos, transformándose en un ganadero de prestigio. Se erige en "patrón" y su generosidad era muy reconocida. Cada cierto tiempo organizaba en su "estancia" con musiqueada chamamecera y baile en la que el ya famoso "Gorosito" intentaba pre-seleccionar a la quien sería su futura esposa. El término utilizado era "conseguir la pretendienta". Quien tenía éxito en la conquista amorosa era un "conseguidor".

Millán Medina narra esta situación ya que en una oportunidad fue contratado por el ya famoso "Gorosito Albornoz", como cantor con su conjunto musical a uno de estos "bailes comprados". Así se denominaba porque "el dueño de casa era el comprador del baile", era quien pagaba a los músicos, toda la comida (asado y gustosos platos criollos del arte culinario correntino), la bebida en abundancia y asumía decisiones para elegir la "dama casadera". La numerosa concurrencia invitada, de toda la zona o "pagos" cercanos interpretaba aquella "musiqueada" como un genuino "festejo con chanzas". Esto incluía "chamamé con bastonero y con relaciones", "chamamé con premios", "concurso de zapateo chamamecero" y otras "licencias" (en la Castilla Antigua era: "La facultad o permiso para hacer una cosa / Abusiva libertad para decir u obrar". Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española, Madrid, 1970, 19° Edición). Artilugios que conforman actitudes propias de una idiosincrasia peculiar y campiriña del pasado correntino rural. Eran costumbres de "otros tiempos". El hecho ocurre en 1950, es decir más de 60 años atrás. Hoy todo esto ha cambiado y es historia olvidada. Millán Medina recopila, escribe la letra en versos, narra y canta en 3 minutos aquella historia donde confluyen personajes reales, usanzas añosas de las "conquistas amorosas y de apareamiento", de posibles "amoríos, romances y casorios". Todo esto conlleva la "chamameceada con festejos". Maneras de "ser y estar" que es producida por "obligaciones". Respetuoso comportamiento de "los damos con las damas" preparadas para "el encuentro o romance" al participar en la "musiqueada comprada". Eran solamente las ocasiones propuestas por el "patrón del lugar y del baile", como las "chanzas" que permitían ciertas "licencias".

De acuerdo con los versos de Millán Medina, Gorosito logra conseguir a una guaina. Los versos dicen..."Había en el pago una linda guaina/ a quien a ella nadie le apalabró/ y fue bailando este chamamé/ que Gorosito la conquistó..."/. Los asistentes persuadidos del hecho exclaman: "¡No tenés guaina Gorosito!". Y agregan luego una explicación breve "Mirá pues la que decía que no/ se va dormida en sus brazos/ rendida al Conseguidor...". Y finaliza el tema musical con la expresión de alegría o zapateo de Benito y la estrofa consigna: "Zapatea el que ha conseguido/ ella se zarandea muy despacito/ no falta ya quien le diga/ "¡no bailás nada Gorosito!".

Nota: "El conseguidor" fue inscripto en SADAIC el 24/12/1974.


EL CONSEGUIDOR (chamamé)


Letra y música: Mario Millán Medina


Cuando se toca este chamamé
hasta los viejos paran la oreja
y cuando empieza ya su compás
por sacar la dama se atropella.

El más bailado de todo el pago
porque le llaman "El Conseguidor",
al que no baila se lo lleva preso
y hablar la dama es obligación.

No se respeta al bastonero,
a la casada, ni a la soltera,
a toda se la apalabra
y se convencen hasta las viejas.

Zapatea el que ha conseguido,
se balancea muy despacito.
No falta ya quién le diga:
"¡No bailás nada, Gorosito!".

Cuando se toca este chamamé
se ruborizan algunas guainas,
y entre que bailan y que no bailan
van de "siñuelo" las veteranas.

Allá en el pago una guaina linda
que nunca a nadie lo aceptó
y bailando este chamamé
pues Gorosito la convenció.

"¡No tenés guaina, Gorosito!",
mirá la que decía que no...
se va bailando en tus brazos,
rendida al Conseguidor.

Zapatea el que ha conseguido,
se balancea muy despacito.
No falta ya quién le diga:
"¡No bailás nada, Gorosito!".







sábado, 11 de marzo de 2017

Historiando cantares - Niña del ñangapirí

Hola amigos.
Con el permiso del maestro Ricardo "Tito" Gómez, comparto este relato escrito por él en donde cuenta la historia de la melodía del chamamé "Niña del ñangapirí". Pero antes quiero dejarles un poco de la historia de su paso por dos agrupaciones que fueron fundamentales para expresar toda su creatividad artística musical.

LOS DE IMAGUARÉ

El grupo "Los de Imaguaré" nació el 5 de julio de 1977. En el año 1978, el conjunto estaba integrado por Julio Cáceres (guitarra y voz), Joaquín "Gringo" Sheridan (bandoneón y acordeón), "Pocholo" Airé (guitarra) y Roberto Galarza (guitarrón). "Pocholo" Airé se va y cuando surge la propuesta de una grabación (el 1er. disco larga duración), Cáceres y Sheridan viajan a Buenos Aires con Oscar "Cacho" Espíndola (invitado solamente para esta grabación) y Roberto Galarza para grabar "Viajeros de sueños" en agosto de 1978. En este disco aparece por primera vez "Niña del ñangapirí" cantado por Julio Cáceres. A pesar de no integrar todavía el grupo, "Tito" Gómez era el principal melodista de los versos de Julián Zini. De los 12 temas grabados, la autoría de "Tito" Gómez aparece en 6 temas ("Desde la patria chica", "Canto agradecido", "Niña del ñangapirí", "Nuestros sueños y la distancia", "A orillas de tu silencio" y "A un amigo verdadero").
En octubre de 1978, Roberto Galarza se retira y se integra Carlos Núñez. Con él presentan el disco en giras por todo el país. En octubre de 1978 también se integra Ricardo "Tito" Gómez, quedando entonces conformada la agrupación de la siguiente manera: Cáceres, Sheridan, Núñez y Gómez, quienes graban el 2do. trabajo titulado "El camino del amor". Carlos Núñez se aleja, se reintegra nuevamente "Pocholo" Airé y graban el 3er. disco titulado "Chamamecero" en julio de 1980. Posteriormente, se va "Pocholo" Airé y entra Rudy Flores y graban el 4to. disco "Nuestro canto" en 1981, siendo éste el último disco en el que participa "Tito" Gómez con "Los de Imaguaré".


"Los de Imaguaré". Año 1979. Julio Cáceres, Carlos Núñez, "Tito" Gómez y Joaquín Sheridan.


REENCUENTRO

Años más tarde, en 1986, Ricardo "Tito" Gómez se "reencuentra" con el  "Gringo" Sheridan (habían sido compañeros de grupo en "Los de Imaguaré") y forman el "Grupo Reencuentro" junto también a los hermanos Miguel Angel "Michel" Sheridan y Santiago "Bocha" Sheridan, más Orlando "Carozo" Gutiérrez (los hermanos "Gringo" y "Michel" Sheridan habían dejado "Los de Imaguaré" en el año 1985). Con esta agrupación grabaron los dos primeros discos "Neike chamigo" (1986) y "El canto de nuestra gente" (1987). Más tarde se va "Carozo" Gutiérrez y entra Carlos Miño. Con esta nueva agrupación graban "Por el viejo camino" (noviembre de 1988), siendo el último disco que graban los hermanos Sheridan ya que fallecen trágicamente en 1989 en Bella Vista. En el año 1992, el grupo graba el disco "Al fin de cuentas" y acá aparece nuevamente "Niña del ñangapirí" con las voces de Santiago "Bocha" Sheridan (1ra. voz), Mario Prieto Linares (2da. voz) y "Tito" Gómez (3ra. voz), más el acompañamiento de "Pocholo" Airé en guitarra y Roberto Romero en acordeón. Este fue el último disco de "Reencuentro" en el que participó "Tito" Gómez. Posteriormente, el grupo graba el último trabajo titulado "Por este sueño azul" (año 1993) con otros integrantes (Santiago "Bocha" Sheridan, Mario Prieto Linares, Ramón "Pocholo" Airé y "Ricardito" Silva).



Grupo "Reencuentro" (Año 1987). De izquierda a derecha: Miguel Angel "Michel" Sheridan, Carlos Miño, Joaquín "Gringo" Sheridan, Ricardo "Tito" Gómez y Santiago "Bocha" Sheridan.


Resumiendo...

Participación de Ricardo "Tito" Gómez en grabaciones con "Los de Imaguaré":
"El camino del amor" (1979)
"Chamamecero" (1980)
"Nuestro canto" (1981)

Participación de Ricardo "Tito" Gómez en grabaciones con "Grupo Reencuentro":
"Neike chamigo" (1986)
"El canto de nuestra gente" (1987)
"Por el viejo camino" (1988)
"Al fin de cuentas" (1992)


NIÑA DEL ÑANGAPIRÍ

Por Ricardo "Tito" Gómez

Corrían los años '70 y siempre apasionado por las motos, me enteré que había llegado una al pueblo, fui a verla y me quedé muy loco, más que de costumbre. Yo ya tenía una, muy maltrecha de tanto correrla pero ésta era cero kilómetro y sabía que si la compraba la iba a poder preparar para las carreras de motos que siempre fueron mi pasión, paralelamente con la música. Tan maravillado me tenía esta máquina, que me iba todas las noches a mirarla a la mueblería de Seiguer con un temor parecido al pánico para que nadie me la comprara. Además, sabía, que de vender la mía podría comprarla con el dinero obtenido por esa venta a crédito porque don Seiguer ya me había financiado la primera moto y yo había cumplido con regularidad las cuotas, o sea, que tenía el crédito asegurado para la nueva. Entonces puse un aviso en el diario y en esa espera estaba cuando me llamó Julián para que fuera a la Iglesia Las Mercedes, de mi pueblo adoptivo de Mercedes, soy nacido en la Liverpool del chamamé o sea, Curuzú Cuatiá, gracias a Dios. A regañadientes fui y me dijo que quería que le pusiera música a un nuevo poema, ya que él, me había elegido como su melodista, era su elegido, cosa que no me resultaba tan simpática en ese momento motoquero en el que estaba, como diría el genio escritor de mi hermano Bosquín Ortega, vivía mis locuras "equidistante de manubrios y diapasones". Entonces tomé la guitarra y le puse la música de la primera parte y me asaltaron las ganas de saber si podía concretar la operación de la moto nueva; resultado... quedó la melodía por la mitad y le dije: "me voy Julián porque tengo que hacer". En el altillo que queda frente a la Iglesia de Las Mercedes, donde nos reuníamos todas las tardes a ensayar "Los Hijos del Paiubre", se juntaron Joaquín "Gringo" Sheridan, Francisco Cerimele, Carlitos Núñez, Julio Cáceres y el propio Julián Zini, a tratar de completarla con la música del estribillo. Después de vanos intentos infructuosos ya que los versos de "ese estribillo" tenían una métrica bastante larga que requería un desarrolllo melódico importante, no lo podían terminar. Entonces Julián dijo: "acá hay una sola salida, hay que llamarlo a Tito" y alguno de los allí reunidos le dijo: "vo´ nomá sabé que el loco va a venir, si está desesperado tratando de vender su moto". Entonces Julián con una sonrisa socarrona contestó: "ya vas a ver cómo va a venir". Yo estaba plastificado al lado del teléfono esperando que me llamaran para comprarme mi vieja moto, entonces apenas sonó el teléfono, con toda premura levanté el tubo y del otro lado que escuché? La voz de Julián que me decía: "vení rápido para acá que aquí hay un comprador para tu moto". Las cuadras que me separaban de la Iglesia eran apenas metros para mi ansiedad. Iba en la vieja moto a todo lo que daba, despreciando la aceleración, los frenos, y pensándome regresando en la nueva máquina. Cuando llegué al altillo, le pregunté a Julián: "¡¡¿Dónde está el comprador de mi moto?!" y respondió él: "En seguida viene, fue a hacer una diligencia y ya vuelve". Me puso una guitarra en los brazos, la letra enfrente de los ojos y encendió un grabador diciendo: "mientras tanto, terminame pues la canción que me dejaste inconclusa", y yo sin ninguna gana y como para que me deje de hinchar el cura, le puse la música del estribillo como al descuido, porque mi mente estaba en ese otro tema que me tenía preocupado.


Jamás imaginé que esa canción hecha como al descuido, iba a ser el clásico que me identifica en la actualidad, más que ninguna de mis otras canciones. Los misterios que tiene la gente cuando hace suya una canción...Un lindo recuerdo...


La foto es meramente ilustrativa, aunque la "Niña del ñangapirí" era una cosita así, muy similar a la niña de la foto en lo de bellamente juvenil...

Nota del administrador del blog: al final..."Tito" vendió la moto y se compró la nueva...



NIÑA DEL ÑANGAPIRÍ

Letra: Julián Zini
Música: Ricardo "Tito" Gómez


Hoy anduve por el monte de mis años inocentes
pellizcando la dulzura roja del ñangapirí,

y un noviembre de hace mucho se estrujó contra mis dientes,

y sangró un bello recuerdo de mi tiempo cunumí...

Yo era chico todavía, gurisito cabezudo,

que aprendió a robarle al monte su dulzor primaveral.

Y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo
cuando te cambié un puñado por un beso, te acordás...?

Yo me fui como los ríos, sur abajo de la vida...
Vos quedaste en mi Corrientes y ya nunca más te ví...
Hoy que vuelvo niño-hombre con el alma dolorida,
te recuerdo emocionado, niña del ñangapirí...!

Recitado

Y ojalá que un viento norte, 
de esos vientos musiqueros
que en la noche de mi pueblo
desparraman serenata y sapukay,
lleve lejos, no sé a dónde...
y te deje en tu ventana 
esta flor de mi ternura
que nació por recordar...

Yo era chico todavía, gurisito cabezudo,
que aprendió a robarle al monte su dulzor primaveral.

Y esa siesta entre zorzales, fui pombero corajudo

cuando te cambié un puñado por un beso, te acordás...?

Yo me fui como los ríos, sur abajo de la vida...

Vos quedaste en mi Corrientes y ya nunca más te ví...

Hoy que vuelvo niño-hombre con el alma dolorida,
te recuerdo emocionado, niña del ñangapirí...!

"Niña del ñangapirí", por "Los de Imaguaré" (año 1978, disco "Viajeros de sueños"). Canta: Julio Cáceres.

"Niña del ñangapirí", por "Grupo Reencuentro" (año 1992, disco "Al fin de cuentas"). Cantan: "Bocha" Sheridan, Mario Prieto Linares y Ricardo "Tito" Gómez.

sábado, 4 de febrero de 2017

Historiando cantares - Recuerdos de Ypacaraí

Hola amigos.
En esta oportunidad les traigo la historia de esta bella guarania titulada "Recuerdos de Ypacaraí", compuesta por el paraguayo Demetrio Ortiz (1916-1975) y cuya letra le pertenece a la argentina Zulema de Mirkin (1929-2012).
Será hasta la próxima.
Pablo


Lago de Ypacaraí, San Bernardino, Paraguay
(fotografía extraída del sitio https://www.flickr.com/photos/victor_servian/9113081374)

En el año 1947, Demetrio Ortiz trabajaba como músico en un club de San Bernardino, localidad sobre uno de los laterales del lago de Ypacaraí, Paraguay. Al segundo día de estar allí, pasó una hermosa chica caminando por la calle del hotel en que se hospedaba. Él la saludó y ella se dio vuelta correspondiéndole su saludo con una tímida sonrisa. Demetrio Ortiz siguió sus pasos, hasta que la chica entró en una casa, y él se quedó en la esquina contemplando su alrededor. Al rato, la chica salió de la casa y comenzó a caminar. El músico se puso a su lado e inició una conversación que ella aceptó. Así, la chica le contó que la noche anterior había estado en el festival en el que había actuado Demetrio Ortiz, felicitándolo por ello. En esa conversación, ella se puso a entonar viejas canciones en guaraní con voz dulce y melódica. Luego, hicieron planes para volver a verse en el futuro. Él la visitaría en San Bernardo y ella iría a verlo a Asunción. Este proyecto no logró cumplirse y llegar a un final feliz, debido a la contienda civil que en el año 1947 azotó a Paraguay, produciéndose el desencuentro entre ambos.


Demetrio Ortiz
(fotografía extraída del sitio Americanosfera).

Tiempo después, en el año 1951, estando Demetrio Ortiz en la ciudad de Córdoba, actuando como integrante del conjunto de Félix Pérez Cardozo, al encontrarse a la noche en la habitación del hotel en que se alojaba, no se sentía bien, y estando solo, triste, sin familia, y lejos de su tierra, y comenzó a recordar los días felices de su pasado, y entre ellos aquella historia del lago de Ypacaraí. Allí mismo, pulsó su guitarra, y pensando en aquella muchacha compuso la música de "Recuerdos de Ypacaraí". Un año después, en 1952, en Buenos Aires, le entregó la música a Zulema de Mirkin, y ella le adaptó los versos que tiene la hermosa obra musical.

Zulema de Mirkin, cuyo nombre completo es Zulema Estela Carneiro de Mirkin, nació en la ciudad de Buenos Aires, barrio de Palermo, el 29 de julio de 1922.


Zulema junto a su esposo Jorge Mirkin
(fotografía extraída del sitio ABC Color).

La canción "Recuerdos de Ypacaraí" fue estrenada por Luis Alberto del Paraná en el teatro "Politeama" de Buenos Aires, de la calle Corrientes y Paraná, en un festival llevado a cabo por la colectividad paraguaya en el año 1953.

La letra de "Recuerdos de Ypacaraí", nació cuando en el año 1952 Zulema de Mirkin y Demetrio Ortiz fueron presentados en el café de Av. de Mayo al 1400, vereda norte, a la altura de la salida del subterráneo de la estación Sáenz Peña, donde se reunían los paraguayos del ambiente artístico. Allí, Demetrio Ortiz le cantó las notas de la música compuesta en Córdoba unos años antes, y luego Zulema de Mirkin le escribió los versos en su casa de entonces, calle Martínez de Hoz 550, hoy calle Arturo Illia, de la localidad de Villa Sarmiento, Ramos Mejía Norte, provincia de Buenos Aires.

El título de la obra vino al final, porque una vez que estuvo terminada, solamente le faltaba el nombre de un lago con cinco sílabas para que entrara en la métrica de los versos y en las notas de la melodía. Así fue que cuando solamente faltaba el nombre de un lago de cinco sílabas, Zulema de Mirkin le preguntó a Demetrio Ortiz, y él le dijo "Ypacaraí".Ella le dijo "...entonces ya está", y la letra quedó concluida.

Zulema de Mirkin hasta ese entonces no conocía el lago de Ypacaraí, y tardó 43 años en conocerlo, ya que recién en el año 1995 el Gobierno de Paraguay la invitó a asistir a un acto en homenaje a Demetrio Ortiz, al cumplirse 20 años de su fallecimiento. Recién entonces Zulema de Mirkin, autora de la letra de "Recuerdos de Ypacaraí", conoció el lago que baña las costas de San Bernardino.

La canción "Recuerdos de Ypacaraí" fue grabada casi inmediatamente de compuesta por Samuel Aguayo con su gran orquesta paraguaya el 14 de septiembre de 1953 y luego el 16 de agosto de 1956 con su gran orquesta paraguaya y coro. "Recuerdo de Ypacaraí", a su vez, fue incluida en varias películas como "El asesinato de Trotski" (1972), con Alain Delon y Richard Burton, en "La burrerita de Ypacaraí" (1962), con Isabel Sarli y Armando Bo, y en "Ochocientas leguas por el Amazonas" (1959).

Nota 1: para conocer más sobre el lago de Ypacaraí, hacer click AQUÍ.
Nota 2: Zulema de Mirkin falleció el 2 de junio de 2012.

RECUERDOS DE YPACARAÍ

Una noche tibia nos conocimos
junto al lago azul de Ypacaraí.
Tú cantabas triste por el camino
viejas melodías en guaraní.

Y con el embrujo de tus canciones
iba renaciendo tu amor en mí.
Y en la noche hermosa de plenilunio
de tus blancas manos sentí el calor
que con sus caricias me dio el amor.

Dónde estás ahora kuñata
î
que tu suave canto no llega a mí
dónde estás ahora, mi ser te añora con frenesí.
Todo te recuerda mi dulce amor
junto al lago azul de Ypacaraí,
vuelve para siempre
mi amor te llama, kuñataî.

Texto extraído del libro:
Roberto Gutiérrez Miglio 2008. Samuel Aguayo, el rey de la canción guaraní. Ed. El Reino Guaraní. p. 89-91.


"La burrerita de Ypacaraí", película de Armando Bo, con Isabel Sarli y Luis Alberto del Paraná (1962)

jueves, 8 de diciembre de 2016

Historiando cantares - Diversión de mi pago

Hola amigos.
En esta oportunidad quiero dejarles la historia del chamamé "Diversión de mi pago", obra musical de Ramón Quevedo y Lilito López. Fue grabada por primera vez en el año 1974 por Ramón Quevedo y su conjunto correntino.
Hasta la próxima.
Pablo



Ramón Quevedo y su conjunto correntino. De izquierda a derecha: Tito Salinas, Ramón Quevedo, Jorge Acosta y "Petu" Fernández. Año 1974.


Si bien el chamamé "Diversión de mi pago" es de carácter instrumental, en su título subyace una idea, una pintura, muy familiar para los autores del tema con vivencias relacionadas con la vida rural, con las tareas que se desarrollan en el campo. Lilito López nació en Quitilipi, provincia del Chaco, y Ramón Quevedo en el distrito Bandera del departamento La Paz, provincia de Entre Ríos. Pero Ramón Quevedo dejó el distrito Bandera cuando tenía 7 años de edad, con destino a San Jaime de la Frontera (departamento Federación, Entre Ríos) trabajando como peón en los obrajes, cumpliendo en dicha tarea una etapa laboral de su vida.

La diversión en el pago -que este chamamé recuerda con su título- se refiere a los domingos cuando los trabajadores de los obrajes y demás tareas rurales concurrían a las canchas o espacios libres donde se disputaban carreras cuadreras, carreras de sortija, con bailes, guitarreadas y canto, juego de taba, campeonatos de truco y otros juegos de naipes como el patillo y el boto.

Los concurrentes a la diversión jugaban por dinero por lo cual aquellos peones que concurrían allí después de haber cobrado, con su jornal íntegro, podían llegar a perder en 10 minutos todo el dinero que llevaban. Los juegos por dinero más el consumo de bebidas alcohólicas que allí se vendían en muchos casos ocasionaban peleas entre los jugadores que podían llegar a tener un final sangriento.

Las bebidas, al igual que las empanadas fritas (ya que no había hornos), las despachaban los vendedores poniendo a su alrededor arpilleras pintadas con cal, a modo de carpa, para que no pasara el viento ni el sol y quedar así resguardados.

A esa diversión la gente llegaba desde lejos, muchas veces caminando hasta cuatro o cinco leguas por el campo, saliendo el domingo a la madrugada para poder llegar a la fiesta a una hora adecuada.

El chamamé "Diversión de mi pago", con los recuerdos de aquellos domingos de campo y de fiesta, fue inspirado y compuesto en el año 1973 por Ramón Quevedo y Lilito López en la casa del primero, en calle Potosí 862 de Villa Jardín (partido de Lanús, Buenos Aires), y grabado por Ramón Quevedo y su conjunto correntino en el año 1974 (disco "Ramón Quevedo y su conjunto correntino", sello Prodisco N° 2002, con Ramón Quevedo en acordeón, Tito Salinas en bandoneón, y Alfredo Alonso, Jorge Acosta y José María "Petu" Fernández en guitarras).

Bibliografía consultada:

Gutiérrez Miglio, R. 2007. Quevedo-Maidana y su conjunto correntino en el mundo del chamamé. Ediciones El Reino Guaraní, Buenos Aires. 96 p.

martes, 17 de mayo de 2016

Historiando cantares - Vieja matera de estancia

Hola amigos.
Les traigo la historia del chamamé "Vieja matera de estancia", grabado por el Conjunto Ivotí en el año 1994. La autoría le corresponde al poeta santafesino Pablo Machado, mientras que la música es de Nardo Arballo quien era el 2do. acordeón del Conjunto Ivotí al momento de grabar el tema. 
Este disco fue el trabajo Nro. 15 de Ivotí, estando formado el conjunto Juan Carlos Mansilla (guitarra, canto, glosas y dirección general), Juan José Chazarreta (1er. acordeón), Nardo Arballo (2do. acordeón), Rubén Valenzuela (guitarra y 1ra. voz), "Toti" Aguilar (arreglos en guitarra y canto) y Reinaldo Filipi (sapucay).
Un agradecimiento a Gustavo Machado por permitirme publicar la historia de estos versos pertenecientes a su padre.
Pablo




"Vieja matera de estancia" (Pablo Machado - Nardo Arballo)

Nardo Antonio Arballo alias “El Peti” (por su baja estatura) fue una de las acordeones fundamentales de Ivotí. No es común que componga en tonos mayores y menos en Sol Mayor, ya que la gran mayoría de sus melodías son en tono menor dándoles ese toque de nostalgia que a mi entender tienen los temas en modo menor, pero esta vez nos sorprende a todos al traer a un ensayo esta bella composición en modo mayor y otro tema más también en Sol Mayor ("Para los Molina").
Pablo se quedó encantado con esa melodía y dijo: "¡ya vuelvo!"... Salió medio escarbando con la camioneta rumbo a mi casa y a los cinco minutos estaba de vuelta con una hojita escrita a máquina… "¡A ver Peti tocala de nuevo!"…Y le extendió el papel a Carlos que la recitó sobre la melodía.
Al terminar los tres se dieron la mano y así nació "Vieja matera de estancia" entre gestos de aprobación y un comentario de Pablo: "¡anoche no me podía dormir y me levanté a escribirla porque me daba vuelta esa letra!".
Esa matera era la vieja matera donde la peonada de la estancia "El Peligro" mateaba y hacía sus diarios guisos y asados.
En agosto del ’94 fue grabado por Ivotí (disco "Por una nueva esperanza"). El tema tal cual lo conocemos fue compuesto el 16 de octubre de 1993.

(Adjunto foto del original donde pueden verse las traducciones de puño y letra hechas por Pablo Machado)

viernes, 22 de abril de 2016

Historiando cantares - Viejo sombrero ala diez

Hola amigos.

Quiero dejarles hoy la historia del chamamé "Viejo sombrero ala diez" grabado por el conjunto "Ivotí" en el año 1993 (disco "Sentir nacional"). La letra es obra del poeta Pablo Machado, mientras que la música corresponde a Juan José Chazarreta.
Un agradecimiento a Gustavo Machado, hijo de don Pablo, por compartir esta historia.
Pablo



Néstor Maldonado (con su sombrero ala diez), Pablo Machado y Ramón "Monchito" Merlo
(fotografía de Gustavo Machado)

"VIEJO SOMBRERO ALA DIEZ" (Pablo Machado - José Chazarreta)

Pablo no era hombre de andar en los boliches o “bolichos” como les decimos comúnmente pero una noche se le dio por ir a ese bolicho del Barrio “El Silencio” de los pagos de Ceres al que se hace referencia en “Entre Amigos y Chamamé” (cuya letra, dicho sea de paso, le pertenece a Pablo y que fuera cedida en agradecimiento por gestiones en SADAIC a quienes figuran como autores).
Pablo siempre fue muy carismático y admirado por la paisanada porque encontraban en él al poeta simple que hablaba por ellos en las glosas y versos de los chamamés. Tal vez por eso un muchachón se le acercó entre amistoso y picadamente desafiante con su sombrero en la mano y le propuso: ¡Don Pablo le regalo mi sombrero pero con la condición que le haga un chamamé!.
Pablo lo aceptó de muy buen grado y se lo trajo para la casa… Era un sombrero no tan viejo pero si muy mal tratado por lo propio de las tareas rurales… Ese sombrero no era un adorno de una persona disfrazada de paisano sino de un auténtico criollo de campo, manchado por el polvo y las lluvias y vuelto a acomodar por el sol.
Deben haber pasado como 2 años hasta que uno de esos días en que uno se pone a hacer “limpieza”, dentro de un baúl lleno de cosas viejas apareció el sombrero… Por eso dice “...y en un baúl lo encontré”.
Luego Juan José Chazarreta, el “Tapecito del chamamé", acordeonista y creador del recordado Conjunto "Iverá", que para ese entonces ya integraba Ivotí, creó esa hermosa melodía y al ensamblarle la letra nació “Viejo sombrero ala diez”.

(Adjunto foto del original escrito a máquina por Pablo Machado)

Gustavo Machado



Nota: El sombrero "ala diez" recibe dicha denominación porque el ala mide 10 cm de ancho.


Predio de la bailanta oficial del Festival de Chamamé de Federal, Entre Ríos (09/02/08) 
(fotografía de Pablo Velazquez)

sábado, 9 de abril de 2016

Historiando cantares - Del campo me despedí

Hola amigos del blog.
En esta oportunidad les dejo la historia de este chamamé que el conjunto "Ivotí" grabara en el año 1991 y que apareciera en el álbum "Vamos a ver cómo se revuelca el toro" (1992). La letra es del poeta Pablo Machado, con música de Ramón Lezcano (guitarra y voz del conjunto".
Un agradecimiento a Gustavo Machado, hijo de don Pablo, por compartir esta historia.
Pablo

Néstor Maldonado, Pablo Machado y Edgar Estigarribia
(fotografía de Gustavo Machado)

"DEL CAMPO ME DESPEDÍ" (Pablo Machado - Ramón Lezcano)

Ramón Lezcano venía llegando en su bicicleta a uno de los ensayos de Ivotí con esa melodía. La venía tarareando y medio entresilbando, como quien hace algo para mantener la boca ocupada mientras le alcanzan un mate…Al bajar de la bicicleta, medio como una chanza y para indicar el final del recorrido y del chamamé le hizo el clásico: chaaaan… Pablo y Mansilla ya estaban sentados tomando unos amargos y mirándolo a Ramón casi al unísono le dijeron: ¡a ver, cantá de nuevo eso!... Ramón tuvo que recurrir a su memoria porque la venía improvisando y enseguida sacó su guitarra y le fue dando forma, no tal cual se grabó año y medio después sino más lento y con algunas diferencias sustanciales pues estaba pensado más para ser cantado que para glosa.
Al terminar el ensayo se la dio en un cassette a Pablo y le dijo: ¡a ver Pablo que letra se le puede poner a ésto!.
Esa misma tarde Pablo se sentó con el grabador y la escuchó repetidamente hasta que de pronto tomó una carpeta donde escribía y así de un solo tirón plasmó la letra en unos pocos minutos.
La letra original no es exactamente como la conocemos ya que como explicaba es un tema cantado y no recitado. (Adjunto una foto donde pueden verla ya escrita a máquina y pegada sobre la manuscrita que es exactamente igual).
Cuando finalmente se decidió que se grababa como glosa tras modificar y aligerar la melodía, Pablo le modificó lo que sería la segunda parte cantada para darle más énfasis.
La letra cuenta su propia experiencia cuando es despedido de la Estancia "El Peligro" donde fue encargado por más de 25 años a raíz de cambio de dueños de la firma en el año 1989… Justamente el tema data del 16/07/89.

Gustavo Machado


Video del "Conjunto Ivotí" interpretando "Cuando del campo me despedí". 
La persona que interpreta al paisano despedido por el patrón, no es nada más ni nada menos que el propio autor de la letra de este tema: Pablo Machado (1941-1996), padre de nuestro gran amigo Gustavo.
Vaya este video a modo de homenaje para don Pablo Machado. 
Fragmento obtenido del video http://www.grancosa.com/videos/ivotiH264.mov 
Gracias Angel Miguel
Pablo