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lunes, 17 de agosto de 2009

Tango y chamamé - Parte 1

Melodías y ensueños volcados sobre el pentagrama del sentimiento popular.

En virtud de la indudable esencia criolla que inspira a numerosos tangos de la "guardia vieja", cuyas raíces folclóricas se advierte nítidamente, no es raro observar a notorios cultures del 2 x 4 inclinándose hacia el repertorio musical correntino, al cual enriquecieron con el aporte de bellas páginas. Se entiende por "guardia vieja" al período de 40 años transcurridos entre 1880 y 1920, caracterizado por el surgimiento de la etapa de gestación del tango. Con él nace la especie, su ordenamiento instrumental y se determina su combinación con el violín, la flauta y el arpa, que sería posteriormente reemplazada por el bandoneón, aerófono introducido por la inmigración europea en el año 1870.

Los "boliches tangueros" comienzan a tener grupos musicales alrededor de 1905, si bien no era todavía orquestas típicas con bandoneones, destacándose el que estaba en la esquina de Suárez y Necochea, definida por Tailón como la calle "Corrientes vieja". Sin embargo, esa clásica esquina porteña sivió como lanzamiento para los primeros conjuntos orquestales como los de Genaro Spósito ("El Tano Genaro"), de San Telmo; Eduardo Arolas, apodado "El tigre del bandoneón", de Barracas; Vicente Greco, de San Cristóbal y Juan Maglio ("Pacho"), de la barriada de Balvanera. Por aquella época ingresan a los grupos "tangueros" los bandoneones, lo que determina que se acuñara la conocida frase "Tango y bandoneón son una misma cosa".

Siguiendo esta premisa, no podemos dejar de mencionar a los precursores y entre ellos, además de los nombrados, a Domingo Santa Cruz, Cipriano Nava, Arturo Berstein y Agustín P. Berto. No pueden omitirse en esta rápida enumeración de los pioneros del tango al famoso Minotto de Cicco, quien cumplió exitoso ciclo integrando la típica de Francisco Canaro, a Pedro Maffia, Pedro Láurenz, Ciriaco Ortiz, Anselmo Aieta y otros tantos bandoneonistas que marcaron la evolución técnica del instrumento, determinando que desasparezcan la flauta primero y después la guitarra.

1. El aporte de músicos ciudadanos al cancionero correntino.

Transcurre el año 1930 cuando el director artístico de la empresa discográfica RCA Víctor, Juan Carlos Casas, sugiere al cantor Samuel Aguayo la peregrina idea de bautizar a los aires musicales correntinos con una nueva designación, interesado en congraciarse con el público de la provincia guaraní, principal mercado comprador de sus placas. Para lograr ese objetivo, el intérprete paraguayo llega a menudo hasta la ventana de Francisco Pracánico, trayéndole la serenata que lo indujera a colaborar con él. De ese modo inusual y lejos de su ámbito de procedencia, surgió el vocablo "chamamé", cuya etimología y significado nunca pudieron precisarse fehacientemente.

Colabora en dicho emprendimiento Diego Novillo Quiroga suscribiendo la letra del primer tema rotulado como "chamamé correntino": "Corrientes poty" ("La flor de Corrientes"), que llevan al disco Samuel Aguayo y su tribu el 11 de enero de 1931, en una placa de 78 rpm identificada con el número 60.625. Dicha obra no tardó en sumarse a la discografía de dos figuras fundamentales dentro de la temática ciudadana: Dorita Davis e Ignacio Corsini. Como queda dicho, el tango y el chamamé siempre marcharon de la mano en el concierto de la música nacional.

Diego Novillo Quiroga

El escritor y periodista Novillo Quiroga nació en San Pedro (provincia de Buenos Aires) en 1899, realizando ponderable trabajo literario cuyos mayores logros son el poemario neocriollo "Vincha" (1929), el cancionero "Rasjidos" (1930) y el volumen de cuentos camperos "Pampa de recuerdos" (1939), donde efectúa sentida evocación de Ricardo Güiraldes y de su inmortal personaje, Don Segundo Sombra, con quienes se topa cierto día a los 14 años en un polvoriento camino "presuntuoso de gauchismo, conquistas y guapezas". Falleció en Buenos Aires en 1950.

Francisco Pracránico

Creador de temas de repercusión popular y consumado pianista, Francisco Pracránico nació en San Fernando (Buenos Aires) el 15 de mayo de 1898, vinculándose con el ambiente "tanguero" a partir de la adolescencia. Fue uno de los compositores más prolíficos, como que se deben a su fecunda inspiración 900 piezas del género ciudadano y 400 de diferentes ritmos. En 1925 escribe "Tango porteño", para que lo cante el "chansonnier" Maurice Chevalier en un teatro de la metrópolis, tocándole enseñarle también la fonética.

Otros títulos de su fecunda producción que siguen vigentes en el gusto popular son los tangos "Madre", "Si se salva el pibe", "Corrientes y Esmeralda", "Te odio" y la ranchera "Afilador". Por su famosa agrupación musical orquestal desfilaron en distintas épocas valores de los quilates de Aníbal Troilo, Juan D'Arienzo, Anselmo Aieta, Edgardo Donato y Miguel Caló.

También revistan calificadas voces como las de Ada Falcón, Azucena Maizani, Tania y Carlos Duarte. Retirado del quehacer artístico, murió en Buenos Aires el 30 de diciembre de 1971.


(Fotografía de: Todotango.com

Agustín Magaldi

Bautizado "La voz sentimental de Buenos Aires", el cantor Agustín Magaldi nunca tuvo oportunidad de visitar la provincia de Corrientes. Sin embargo, el apogeo de su ascenso triunfal realiza significativo aporte al cancionero correntino, en su doble condición de compositor e intérprete. Fue además el único de nacionalidad argentina de la trilogía fundamental de la canción criolla, dado que Charles Romuald Gardes -Carlos Gardel- nació en Toulosse (Francia) en 1890 y Andrés Ignacio Corsini era nativo de Troina (Italia), donde vino al mundo en 1891. Por su parte, Agustín Magaldi Coviello nació en Rosario (Santa Fe) en 1898, hijo de un matrimonio oriundo de la Calabria. La discografía magaldiana comprende un total de 312 placas, registradas en los sellos Brünswick y RCA Víctor, respectivamente. En el disco B. 1627 de la primera empresa graba la chamarrita de Alfredo Gobbi (padre) "La correntina" en 1929. Posteriormente, el binomio Magaldi - Noda retorna a la Víctor en virtud de haber cesado sus actividades la otra grabadora. Así el 11 de mayo de 1933, Magaldi sólo deja impreso el tango "Dios te salve m' hijo", y en el reverso, con la segunda voz de Pedro Noda, el chamamé "Che cuñataí", cuya versificación pertenece a Nicolás Trimani y la melodía al dúo mencionado. Dicha placa que lleva el número B. 37392, no constituye un hecho aislado, ya que el 16 de junio de 1934 graba como solista la ranchera "Se quema, se quema y se quemó" y formando rubro con Noda una rareza musical: la correntina (¿?) "Lamento guaraní"). Su voz dulce y trémula, consecuencia de una tartamudez congénita, provoca sentimientos de fascinación colectiva y cuando hacia el final de su corta trayectoria lo aqueja pertinaz afonía, apenas disimulada por sus innegables recursos interpretativos, con buen tino decide incorporar entre sus acompañantes al arpista paraguayo Félix Pérez Cardozo, quien neutraliza las falencias del cantor con la sonoridad del instrumento. Víctima de una afección hepática, falleció en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1938, tras soportar delicada intervención quirúrgica. El velatorio de sus restos en el Luna Park y la posterior inhumación en la necrópolis de la Chacarita, constituyeron palpables demostraciones de congoja popular. Artista sensible, Agustín Magaldi fue, ante todo concepto, un ser humano que sólo podía despertar afecto y admiración.

El binomio Magaldi - Noda.
(Fotografía de: El Tango y sus Invitados

Continuará...

Prof. Emilio Noya
Revista "Cuando el Pago se hace Canto" - Edición Nro. 28. Pags. 47-51. 2008.
Publicación anual de la Fiesta Provincial "Cuando el Pago se hace Canto", La Paz, Entre Ríos.