jueves, 16 de junio de 2016

Abelardo Dimotta y el chamamé entrerriano




Abelardo Dimotta y su conjunto


Por "Guille" Lugrín*

Abelardo Dimotta vino al mundo en Villaguay, centro mismo de Entre Ríos si imaginamos un vuelo: de Islas al Mocoretá y desde el Paraná al Uruguay. Nació un 11 de diciembre, como Gardel pero en 1921, así que imaginemos, como dice “el Gallina” Alsina (compositor villaguayense que en 2004 comenzó a ser recuerdos y canciones), un pueblo nacido “de a poquito en el camino, refresco de caballos y viajeros, de posta fue cambiando tu destino a pago que aquerencia forasteros” (“Ta que soy de Villaguay”, chamamé). Estamos hablando de un Villaguay campero, incluso más que hoy, nada es lo que fue pero sigue siendo un pago criollo. Había gente de paso en abundancia, estaba el arroyo Villaguay pa'l este y el río Gualeguay al oeste, ¡igualito que hoy...mire usted!

Abelardo fue hijo de un hombre de no mala posición económica y una mujer charrúa: María Teresa Corrales. Apellido nombrado con un sustantivo y cercano al Gualeguay, suele denotar ascendencia charrúa, al igual que otros como Flores, Arroyo o Luna. 

Su madre murió siendo Abelardo un niño y ahí se abrieron dos versiones sobre su vida, que cuentan sus músicos, familiares o amigos: una, que indica que directamente se fue al campo, a Mojones Norte; y la otra (la cual parece la más acertada) es que su destino, juez mediante, fue un hogar en Viale, y que esos años tuvieron como signo la soledad, a pesar de estar internado con sus hermanos. Una soledad y una compañía: el acordeón, seguramente acorde a su edad, uno de dos hileras que era y sigue siendo el acordeón para “empezar”.

¿Vendrán de allí esas músicas hondas en tono menor? ¿Serán melodías redentoras de un abandono en pleno Montiel, perpetrado en un pueblo que se asomaba a los años '30? "Estando solo", "Causa triste", "Suerte escasa", "Motivo triste", y el mejor chamamé del universo, "Lamentándome", son algunos títulos de su obra, que dejan entrever una inspiración taciturna pero nunca opaca, sino más bien llena de vida y genio creador.

Con la mayoría de edad de su hermano “El Mingo” -“que más que hermano es amigo”, dice en una glosa y define sin querer (¿sin querer?) la entrerrianía- Abelardo se irá a vivir a Mojones Norte y allí se encuentran las versiones oídas. Llegará a ese “primoroso vergel” donde “la Estancia La Isabel brinda allí sus esplendores, que aroma con bellas flores, que hermoso lugar aquél”. Vivirá en una costilla, sino el corazón, de la Selva Montielera. Cruzará el Gualeguay a caballo en idas al pueblo (Villaguay), será músico en los galpones con peones de facón y sudor, bautizará a perros con nombres como “El carretel”. Después se irá a Buenos Aires a comienzo de los años '40 para llegar a ser artista de la RCA Víctor, años luego fijará residencia en la ciudad de Rosario (como otros grandes: Tarragó Ros y el entrerriano Ramón Merlo, padre de “Monchito”). Pero el Montiel será un eterno regresar para Abelardo, como se percibe en la glosa de "Camino a la Tapera":

Cuando voy para mi pago
Villaguay de mis amores, 
olvido mil sinsabores 
que llevo dentro del alma. 
Tan solo busco la calma 
junto a todos mis paisanos, 
que son como mis hermanos, 
amistades verdaderas, 
cuando voy pa’ la Tapera
de mis lares entrerrrianos.


Armando Dimotta (hijo), Víctor Velazquez, un amigo y Abelardo Dimotta

Abelardo compuso más de 200 temas entre chamamés, rasguidos, valseados y alguna chamarrita. Y hay un número parecido de anécdotas que se cuentan por ahí. Por ejemplo su mascota, que lo acompañaba en radios y actuaciones: ¡una mona era! La que si se ponía demasiado juguetona en los ensayos, Abelardo sacaba carpiendo con el 38 (siempre a mano). Otra es que Don Abelardo no era afecto a fotos y mucho menos a filmaciones, quizá influenciado por sus raíces aborígenes maternas. Así fue que el día que acompaño a la estrella Ramona Galarza en canal 7, situación soñada para cualquier músico…lo hizo desde atrás de los decorados evitando la cámara! No faltan las de facones y mujeres, alguna le salió brava, pero tranquilos, el Maestro siguió con su verdulera diatónica de tres hileras y doce bajos hasta 1992. 

Su discografía es extensa aunque desorganizada por así decirlo, y mucho tiene que ver el párrafo anterior. Alternó grabaciones en R.C.A. de gran éxito teniendo por cantoras a las paraguayas Hermanas Caballero o el gran, gran cantor Julio Luján (de Villaguay también), con otras en sellos de menor importancia. Pero hay algo que nunca varió: su talento a la hora de crear, que lo llevó a ser el estandarte de todo un estilo en el chamamé: el estilo entrerriano, el nuestro. Él lo llenó de originalidades armónicas y acordes “inesperados”, siempre en tono menor y con gusto a mixtura con milonga en sus melodías, así como nuestro paisaje entrerriano de norte a sur. Abelardo Dimotta no tenía solo una particularidad con el instrumento, sino que inauguró todo un campo compositivo, lleno de musicalidad, de Montiel, de Gualeguay crecido, de soledades en orfanatos de Viale y de entrerrianía. Por eso no dudaron en grabar sus temas Ernesto Montiel, Damasio Esquivel, Millán Medina, Tarrago Ros, Héctor Ballario, entre muchísimos más.


El estilo compositivo entrerriano que Abelardo enriqueció y compartían otros pioneros como Ramón Sixto Ríos (Federación) autor de “Merceditas”, chamamé representativo de nuestras formas, José y Antonio Pilepich (Concepción del Uruguay), “Pancho” Casís (La Paz), Lorenzo y Eusebio Vega (Sauce de Luna), o el ya mencionado Julio Luján. Lo compartían porque es la forma en que nuestro paisaje interpreta al chamamé, paisaje donde nosotros vivimos y nuestras propias raíces se delinearon a través del tiempo. El paisaje lo envuelve todo.

Abelardo Dimotta nunca olvidó su tierra, ni la tierra lo ha olvidado. Es momento, señoras y señores, que nosotros hagamos lo nuestro.

Agradecimientos: a Ricardo Dimotta, Patricia Gattini y Luis Bertolotti.

(*) "Guille" Lugrín nació en Concepción del Uruguay y reside en Paraná. Es cantautor, curioso del folklore entrerriano, integrante del Movimiento de Música Entrerriana “De Costa A Costa”, y es una de las voces y el director artístico del Ensamble “La Creciente”. www.guillelugrin.com.ar

Nota: Abelardo Dimotta falleció el 15 de junio de 1992 en la ciudad de Rosario, Santa Fe.

Publicado en la forma impresa en la revista "Orillas" N° 50, páginas 24-25 (12 y 13 de abril de 2014).

Las dos primeras fotografías fueron extraídas del sitio https://www.facebook.com/AbelardoDimottachamame

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