martes, 10 de marzo de 2009

Destino de provinciano - Por "Kiko" Blanco

"Amigos:

Sin considerarme un poeta, quiero contarles que me costó un poco escribir “Destino del Provinciano”. No por sus palabras que la conforman que son sencillas, sino por lo que tenía que contar. No quería tirar "pálidas" ni ser pesimista, por que a pesar de todo, seguramente también como ustedes, tengo esperanzas. Pero hay una realidad que no puedo callar.

Soy un provinciano, orgulloso de mi origen. Hoy lejos de mi terruño, de mi pago natal. Si bien siendo joven experimenté la tristeza que causa el destierro, al irme de mi pueblo por decisión propia en búsqueda de mejores horizontes, no tuve sufrimientos ni faltancias (tal vez por que mis padres pudieron darme lo necesario). Pero fui y soy testigo de los padecimientos que mucha de mi gente, mis hermanos provincianos, que aun hoy lo siguen experimentando y en carne propia. Es verdad que hoy hay más trabajo, que ha mermado el éxodo hacia las grandes capitales (no así del campo a las ciudades), pero también es verdad que aun nos sigue golpeando la pobreza, la miseria, la explotación, el abuso, los salarios de hambre con sus cataratas de consecuencias, la falta de oportunidades en nuestros jóvenes, el olvido en nuestros abuelos. El que no me crea, que se llegue a orillas de su pueblo y conviva un rato con esos hermanos que allí viven, o que se pegue una vuelta por el campo, por una estancia, una chacra y vea en que condiciones y como viven los peones rurales o los pequeños agricultores, o que se venga a recorrer un barrio humilde o una villa miseria del Gran Buenos Aires. Y después que compare como viven unos pocos y otros muchos (laburantes) argentinos. Algunos también, entre los que me incluyo, por las circunstancias de la vida y a la que sumamos seguramente el esfuerzo propio, vivimos bien, sin lujos pero sin que nos falte lo esencial, alimento, vestimenta, salud y estudio en nuestros. Pero nos duele esa otra realidad que la sufren muchos de nuestros hermanos, no solo en el mundo, sino en nuestro propio país, uno de los más ricos por naturaleza.

Pensemos por un instante que el Ramón de estos versos, pudimos haber sido cualquiera de nosotros.

Dios quiera un futuro mejor para nuestros hijos".

"Kico" Blanco

blancoagustin3@hotmail.com


DESTINO DEL PROVINCIANO


Cuando le llegó la edad

que tuvo que decidirse,

sólo encontró dos caminos

el de quedarse o irse.


Ser peón como su padre

ése el de los mil oficios,

trabajo de sol a sol

pero sin ninguno fijo.


El que enriquece al patrón

que hace estudiar a sus hijos

para que después gobiernen

y se repita lo mismo.


Y no lo pensó dos veces,

era triste ese camino

y se embarcó a Buenos Aires

buscando un mejor destino.


Por fin el micro llegó

a su destino Retiro,

muchos sueños en el alma

poca ropa en su bolsito.


Se serenó al divisar

a sus parientes queridos

cumplieron y le esperaron,

andén el sesenta y cinco.


Esa noche no durmió

y en esa casa de tíos

soñó despierto Ramón

tantos sueños incumplidos.


“De día trabajaré

y en la nocturna me animo

terminar la secundaria

y así alegrar a los míos”.


“Voy a ayudar a mis padres

y hermanos cunumicitos,

tendré un salario digno,

podrán estudiar mis hijos”.


San Cayetano escuchó

después de tantos pedidos,

le llamaron de una obra

sin extras y sin recibos.


De día entre los andamios

y las noches compartiendo

en una pequeña pieza

con sus sobrinos durmiendo.


Telegrama de la empresa,

despedido y mientras tanto

hace un tiempo es cartonero,

"poriajhú" pero honrado.


Ya pasaron varios años

y otra vez desocupado

no falta el vino en la villa,

Ramón extraña su pago.


En una carta su madre

le hizo saber su llamado

"che membú te necesito,

tu padre mal ha enfermado”.


Bicicleta y grabador

sus únicos capitales

alcanzan para el boleto

del micro y llanto que salen.


¿Por qué un criollo honesto

no tiene oportunidades?

¿por qué en mi país tan rico

hay tantas desigualdades?.


¿Por qué el corrupto triunfa?

siempre pierde el laburante,

ya estado cansado mi pueblo

escuchen los gobernantes.


Unos pocos, tienen todo

y el resto solo migajas,

el rico es el que disfruta

y el pobre es el que trabaja.


Como Ramón, silenciosos

sin violencias deseamos

aunque sea en nuestros hijos

paz, dignidad, buen trabajo.


La realidad sentenció

el final de este relato,

aunque queda la esperanza

de un interior olvidado.


Destinado a ser peón

con su sueño hecho pedazos

vuelve Ramón a su pueblo,

¡Destino del Provinciano!!!

1 comentario:

  1. Realmente tocan mi sentir esos versos de Kiko Blanco. Cuánta razón tenés chamigo, que en tus versos se vén las cosas de las cuales no hablamos, porque todos queremos estar callados cuando duele laherida interna que no ha sido curada atravéz de los años. Impresionante la sencilles de los versos, que dicen muchisimo más que lo que yo pueda escribir para detallarlos. Te felicitio Kiko Blanco.
    Bien Pablo, por tu cálides inigualable y tu sentir chamigo, que se extiende por todo el pago.

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